Etiquetado: intergeneracional

¿Qué piensas del modelo actual de los Centros de Mayores?

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¿Imaginamos cómo nos gustaría que fuera nuestra edad adulta? Y si ya somos adultos o mayores, ¿frecuentamos un centro de Mayores? ¿Nos gusta? ¿Estamos cómodos? ¿Nos gustaría que los equipamientos nuevos tuvieran en cuenta otros criterios a la hora de establecer cuáles son los usuarios que los utilizan?

No son tan fáciles las respuestas, ni tan evidentes.

La entidad de innovación social mYmO, con el apoyo de la Dirección General de Mayores del Ayuntamiento de Madrid, está realizando una investigación en relación al modelo de los Centros de Mayores. Qué escenarios se proyectan para el futuro y qué opinan las personas adultas y mayores (>50años), en concreto de 4 barrios: CostillaresAtalaya de Ciudad Lineal y Santiago Apóstol Pinar del Rey de Hortaleza.

Tanto si perteneces a estos barrios como si no, nos encantaría que pudieras circular el cuestionario entre las personas mayores de 50 años de tu entorno y/o contestarlo tú misma. La investigación no será vinculante pero ayudará el Ayuntamiento de Madrid a tomar en cuenta lo que opinan las personas que viven la ciudad, cuyas necesidades están en continuo cambio. Así que es una oportunidad para todos para reflexionar y opinar.

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¿Qué escenario nos parece más adecuado?

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¿Toda esa experiencia se va a perder?
Es una pena que tanto conocimiento, el que atesoran las personas mayores, se pierda sin que seamos capaces de establecer verdaderos canales y estructuras para su transmisión, al margen de las familias o las universidades.

¿Cómo vamos a compartir espacios?
También se nos ocurre pensar que después de muchos años trabajados a muchas personas mayores no les apetece lidiar con el ruido y la energía de los jóvenes que están en otra etapa vital cuyas necesidades son tan distintas que hacen pensar que sea muy difícil compartir espacio sin que alguien se quede atrás.

A los jóvenes no les interesa
Muchos jóvenes “nos miran como si fuéramos unos ancianos y yo no me siento nada anciano”. “Sería bonito compartir alguna actividades pero no creo que a los jóvenes les interese para nada”.

Queremos estar entre pares
«Para que un espacio funcione hay que tener vivencias y objetivos vitales compartidos, niños y jóvenes ya son suficientes en familia…»

¿Intergeneracional?
«A mí me encanta estar con personas jóvenes, siempre aprendo algo nuevo».

Centros de mayores
«Cosas de viejos, yo no quiero ir, no soy vieja, no quiero estar en un lugar de retiro».

Estas y muchas más las reflexiones que están saliendo de las entrevistas que está realizando mYmO. Los cuatros escenarios imaginados van del simple mantenimiento de la situación tal como está, hasta la posible reconversión de los centros de mayores, pasando por situaciones intermedias de mayor o menor apertura para actividades intergeneracionales, con la interacción de otras generaciones y con diferentes finalidades.

Las posibilidades son infinitas y la manera de enfocar los cambios también. De momento ésta es sólo una investigación, no nos asustemos. Aunque también es verdad que otras comunidades están haciendo grandes cambios. Por ejemplo en Cataluña la Generalitat está empezando a cambiar la normativa de los Centros de Mayores – Casal d’Avis para convertirlos en centros cívicos intergeneracionales. Quizás para diseñar mejor el futuro nos toque seguir reflexionando.

¿Nos compartes tu visión?

Muchas gracias. Aquí tienes el enlace al cuestionario. Si crees que alguna persona de tu entorno esté interesada no dudes en compartir esta información.

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10 opciones para «compartir piso»

Dado el interés de este artículo, lo actualizamos con la información que nos vais dejando en vuestros comentarios.
¡Gracias por ello!

Hogar y café

hogar-cafe-cartel-01Recientemente la Fundación Pilares para la Autonomía Personal ha puesto en marcha en Madrid el programa de vivienda compartida para mayores de 60 años «Hogar y Café». Aquí un artículo específico. (Actualización 5 de agosto de 2019).

Compartir casa, ¿cosa de jóvenes?

Cualquier persona que quiere compartir piso acude a los portales de vivienda, donde ya existe tal opción, y puede encontrar decenas de miles en nuestro país: «pisos compartidos» en Idealista, en Easypiso, Pisoscompartidos… Sin embargo, el segmento de la población a quien va dirigido es, más o menos descrito de forma explícita, sin duda joven. Idealista, por ejemplo, tan solo diferencia entre «18-25, 25-35 y más de 35 años». En Easypiso, según cuenta ABC, no hay más de 100 personas jubiladas inscritas…

Tradicionalmente eran los y las estudiantes las personas que requerían de esta forma de vida, fundamentalmente por precio, pero también porque vivir con otras personas ofrece la independencia deseada: compartir tareas domésticas deja más tiempo para otras actividades; esa pequeña economía común ayuda a liberar de la dependencia económica parental. Así que nuevamente descubrimos que estar con otras personas, paradójicamente (en realidad, es lógico) nos hace más autónomas.

Un modelo en el recuerdo: "las chicas de oro" y una mesa camilla que las une hace más fuertes

Un modelo en el recuerdo: «las chicas de oro» y una mesa camilla que las hace más fuertes

Joyners

En ese tipo de portales de búsqueda el perfil habitual es el de personas que quieren compartir espacio de estudio con jóvenes universitarios, personas que desean mayoritariamente encontrarse con otras de su edad. Habiendo detectado una necesidad entre personas de otras edades, han surgido empresas como Joyners, que recuerdan que el envejecimiento poblacional lleva a la búsqueda de «nuevos formatos de hogar que nos ayuden a encarar la etapa adulta mejorando nuestra vitalidad». Su lema: «comparte hogar y disfruta de tu etapa adulta».

Joyners

La Casica de mis Abuelos

Hace años que Inés Hernández, fundadora de La Casica de mis Abuelos, lleva empeñada en fomentar una alternativa residencial para el envejecimiento activo: la más sencilla de llevar a cabo, viable económicamente, la que da salida a esa gran cantidad de grandes pisos vacíos repartidos por el centro de nuestras ciudades: compartir casa. Su empresa ayuda en la gestión de la asistencia a domicilio que se haya de requerir según el grado de dependencia de sus moradores. Así definen dos modelos:

Casica Abuelos

Viviendas compartidas:
Varias personas mayores comparten una misma vivienda (que puede ser la de uno/a de ellos/as), así como los gastos que se generan en ella. Deciden las normas de convivencia, se hacen compañía mutuamente, y se apoyan en las necesidades que vayan surgiendo. Cuentan con profesionales de referencia quienes median en la convivencia y con quienes pueden contar siempre que lo necesiten para aconsejarles y gestionarles soluciones ante las situaciones que vayan surgiendo.
Viviendas intergeneracionales:
Una persona mayor ofrece alojamiento en su domicilio a otra persona de una generación diferente que contribuiría con los gastos de la convivencia en común a cambio de apoyo, compañía y ayuda para realizar diferentes trámites. Existen profesionales que gestionan estos alojamientos, quienes supervisan esta convivencia y ayudan a que ésta sea adecuada en todo momento.

Compartir piso no es solo una alternativa en sentido negativo (por miedo) a la residencia de mayores, sino que se convierte en oportunidad para una lograr un estilo de vida que conduce a un envejecimiento activo seguramente más rico en compañía de otras personas.

Asociación Cicerón

En el extranjero se lleva mucho tiempo proponiendo esta forma de residencia no meramente espontánea sino organizada para un buen envejecimiento. Así comentamos ya en nuestro blog el caso francés y hace unos días leíamos sobre iniciativas en Alemania. En nuestro país hemos compartido piso de forma callada, pero hoy los medios online y redes sociales están ayudando a difundir el modelo cuando este es estructurado como tal. Así, la Asociación Cicerón creó ya en el año 1982 la vivienda de mayores «Cicerón-Torrijos», en la provincia de Toledo:

Logo_Asociación_CicerónEs una vivienda unifamiliar, similar a los hogares castellanos tradicionales, donde convive un grupo de 12 personas mayores (mujeres y hombres) sin lazos de consanguineidad que merced a la dinámica grupal existente han forjado vínculos de afecto y ayuda mutua CUASI-FAMILIARES, recordando un sistema comunal en el que las personas participantes comparten de forma más o menos equitativa y solidarias las tareas domésticas, económicas, sociales con la ayuda de dos Auxiliares de Vivienda que les acompañan en los cuidados que precisan y en otras actividades básicas de la vida diaria, y de una Coordinadora que es el motor y alma de la Casa, con una función añadida importante consistente en acercar los recursos socio-sanitarios a los inquilinos de la vivienda, como mediadora de recursos. “Diríamos que es una vivienda normal, para gente normal, donde cada residente hace una vida habitual a la que llevaba en su anterior domicilio y que está ubicada en un barrio céntrico de Torrijos (Toledo)”.Representa un modelo alternativo a las clásicas residencias.

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Las fotos muestran el día a día de un lugar donde las actividades de la vida cotidiana, las actividades «con sentido», son las que cobran verdadero significado para los moradores de la casa compartida, que realmente se sienten seguros, participan y mantienen o mejoran su salud. Recordamos, esa es la definición de envejecimiento activo.

Residencia-hogar. O Lecer, Atendo

El modelo hogar es clave en el diseño de la vivienda. Eso supone contar con una estética doméstica (no residencial, hotelera u sanitaria), pero sobre todo con una personalización del espacio en que se vive. Esa personalización, por supuesto, se lleva a los servicios asistenciales cuando son necesarios. Así, contando con una verdadera asistencia integral y centrada en la persona (AICP), la diferencia se hace mínima entre una «vivienda compartida con AICP» y una «residencia-hogar», como la que propone O Lecer en Vigo, una de las Buenas Prácticas de la Red Modelo y Ambiente de la Fundación Pilares. Estas pequeñas residencias pueden implantarse en grandes pisos, como el de Atendo, que sirve a 12 personas en el centro de Vigo.

Provivienda. «Compartiendo casa, compartiendo vida»

provivienda Compartir piso no es tan fácil como encontrar compañeros. Es importante que la solución sea accesible a todas las personas. Es en este sentido en el que trabaja la Fundación Diversitas y su iniciativa Provivienda. Como comentaba Marta Romero en Envejecimiento [en-red], personas que viven solas, o que tienen dificultad para alquilar una vivienda, pueden solicitar la participación en este programa de «solidaridad y convivencia»:

fundacion-diversitas“Compartiendo casa, compartiendo vida” es un proyecto de convivencia entre personas solas, mayores de 65 años, y personas o familias con dificultades de acceso a la vivienda. Éste surge con el fin de aprovechar las potencialidades de ambos grupos de población y desarrollar un espíritu solidario, fomentando la creación de redes de apoyo intergeneracional e intercultural.

“Compartiendo casa, compartiendo vida” se caracteriza por que la persona mayor ofrece su vivienda habitual para compartirla con familias o personas que, por alguna razón, tienen dificultades para acceder a una vivienda en el mercado libre del alquiler.  A cambio del alojamiento, la persona o personas que entran a vivir en la casa acompañarán en el hogar y ayudarán a la persona mayor en sus tareas diarias, creándose un espacio de convivencia beneficioso para ambas partes:

  1. Por un lado, se facilita el acceso a la vivienda a personas o familias en situación de vulnerabilidad social
  2. Por otro lado, se mejora la calidad de vida de las personas mayores

Durante este proceso, Provivienda, en colaboración con Fundación Diversitas, realiza acompañamiento, mediación y seguimiento de la convivencia, para asegurar que la relación se desarrolla correctamente.

Fundación Llars CompartidesFundació Llars Compartides

La Fundación Llars Compartides trabaja en una línea similar, en este caso alquilando los pisos de que ella misma es propietaria. Cuenta en la actualidad con 8 pisos en Barcelona y 1 en Badalona, donde conviven 3 ó 4 personas. Así describen su trabajo:

Ofrecemos la posibilidad de disfrutar de una vivienda adecuada a:

  • Personas mayores que a pesar de cobrar una pensión, tienen dificultades para acceder a una vivienda digna y/o accesible.
  • Personas mayores que sufren soledad, falta de apoyo familiar o quieren simplemente optar por un estilo de envejecimiento autónomo.

La Fundación es la arrendataria de los pisos. Los residentes de los hogares pagan a la Fundación en función de su nivel de renta, como máximo un tercio de su pensión, y se hacen cargo entre todos de los gastos de suministros. Semanalmente supervisamos la convivencia y el bienestar de los residentes de los hogares. Todas las peticiones que atendemos vienen derivadas por los servicios sociales municipales.

Los amigos crean «familia» que se apoya, que aúna esfuerzos. El testimonio del vídeo es emocionante y muy ilustrativo.

Otras fórmulas: estudiantes, intercambios…

estudiante y persona mayorPara lo alargar más el texto, dejaremos para otro post iniciativas de tipo intergeneracional, basadas inicialmente en la convivencia de estudiantes que «acompañan» a personas mayores; éstas a su vez ofrecen la calidez de un hogar y la posibilidad de acceso a un piso en condiciones económicas. Ese intercambio aparentemente pragmático y unidireccional de compañía se torna finalmente una experiencia enriquecedora para ambas partes, de ayuda mutua solidaridad intergeneracional. Existen programas de este tipo en multitud de universidades españolas.

Se trata de la fórmula extendida en muchos países es el homesharing, o intercambio de alojamiento por ayudas de algún tipo (cuidados, tareas domésticas, etc.). En este directorio se presentan estos 16 programas:

  • Fundació Catalunya La Pedrera. Programa VIVE Y CONVIVE con 34 programas en universidades españolas:Girona, Lleida, Tarragona, Badalona, Barbera del Vallès,Castelldefels, Cerdanyola, L’Hospitalet de Llobregat, Salt, Reus, Manresa, Mataró,Sabadell,Sant Cugat, Terrassa, Vic,Palmade Mallorca, Castellón, Valencia,Gandia,Madrid,Alcalá de Henares, San Sebastián de los Reyes, Zaragoza, Cáceres, Badajoz
  • Albacete: Ayuntamiento. «Convivencia entre mayores y jóvenes estudiantes»
  • Alicante: Asociación Universitaria para la promoción del voluntariado. «Alojamiento por compañía» (mayores y estudiantes)
  • Almería: Universidad de Almería. «Programa de alojamiento de estudiantes universitarios con personas mayores»
  • Barcelona: Almics de laLLAR.
  • Bilbao: Universidad de Bilbao-Deusto. Convivencia Intergeneracional y Ayuda Mutua
  • Cádiz: Junta de Andalucía. «Programa de convivencia de jóvenes universitarios con personas mayores y/o discapacitadas»
  • Granada: Universidad de Granada. «Alojamiento Alternativo: Tercera edad-estudiantes».
  • Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de Las Palmas G.C. «Servicio de Alojamiento Alternativo»
  • León: E.U.T.S. Nuestra Señora del Camino de León. «Servicio de Convivencia Ancianos – universitarios»
  • En Madrid al menos 7 universidades participan en el programa «Convive» en colaboración con la ONG Solidarios para el Desarrollo:
  • Málaga: Universidad de Málaga. «Programa de Alojamiento de Estudiantes Universitarios con Personas Mayores»
  • Murcia: Universidad de Murcia. «Convivencia ENTRE generaciones» (mayores-estudiantes)
  • Salamanca: Universidad de Salamanca. «Programa de Alojamientos Compartidos entre Universitarios y Personas Mayores»
  • Santiago de Compostela: Instituto Gerontológico Gallego. «Convivencia Intergeneracional»
  • San Sebastián: Ayuntamiento. «Programa para la convivencia entre estudiantes y personas mayores»
  • Sevilla: Universidad de Sevilla. «Programa de Alojamiento de Universitarios/as con Personas Mayores, Discapacitadas y Padres/Madres con hijos a su cargo»
  • Valladolid: Universidad de Valladolid. «Programa de acercamiento intergeneracional»

(Información de contacto para todos estos programas, aquí: homesharing-en-espana-2015)

El intercambio de casa o habitación, en muchos casos compartiendo espacio con los residentes habituales, también está incrementando un verdadero auge en los últimos tiempos. Páginas como Airbnb lo favorecen; también proyectos planteados de forma específica para personas mayores, como LinkedAge, del que ya hablamos aquí en otra ocasión. En algunos casos el objetivo es aprender otros idiomas, algo para lo que no existe una edad…

Seguimos constatando que en nuestro país existe un interés creciente en fórmulas alternativas a las opciones residenciales habituales. La reformulación paulatina de los roles familiares («no quiero ser una carga para mis hijos»…), la crisis económica, la asunción de derechos como la propia autonomía personal… llevan a considerar como opciones reales aquéllas que hace tiempo sólo eran objeto de charla de bar: ¿Y si vivimos todos juntos?

Un jubilar (cohousing) no es una casa compartida

Finalizamos aclarando, para evitar confusiones, que el modelo que desde nuestra asociación principalmente fomentamos, el «jubilar» (senior cohousing), no es implica «compartir piso». Cada una de las unidades residenciales que conforman la cooperativa tiene carácter de vivienda de uso privativo, si bien existen zonas comunes, consideradas como extensión del hogar, y que favorecen la vida comunitaria. El cohousing aporta más opciones de privacidad o comunidad, a costa también de construir una comunidad más grande (15-30 viviendas).

y-si-vivimos-todos-juntosUn jubilar es este modelo autopromovido y autogestionado de cooperativa, mas es objetivo prioritario de la asociación Jubilares apoyar también iniciativas como las comentadas en este artículo, como entornos donde envejecer de forma autónoma e inclusiva. La vivienda compartida es una opción real, asequible y enriquecedora para vivir en compañía, con el soporte emocional que aporta resiliencia y autonomía personal, ayudando a desarrollar  y mantener nuestras múltiples capacidades.

Si conocéis algún proyecto o referencia más os agradeceríamos que lo añadiérais en los comentarios; así podemos completar esta pequeña guía. También animamos a comentar acerca de vuestra propia experiencia, si la tenéis en cualquiera de los casos.

¿Tu ciudad, amigable con las personas mayores? Tú eres responsable

El «tú» del título no es solo una opción de estilo. Apelamos a tu responsabilidad personal…

logo-ciudades_final-1En otras ocasiones hemos comentado sobre el proyecto de la OMS de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores. Ahí puedes leer sobre el origen, sus principios (inclusión, diversidad, dignidad y opción de vida, autonomía… ) y objetivo final (prolongación de la vida libre de dependencia).

Recordamos que se trata de un proyecto de la OMS, liderado en España por IMSERSO. A día de hoy ya son 35 ayuntamientos que en España los que se han comprometido para ser «ciudad amigable». Aprovechando que el jueves pasado participamos en la interesantísima jornada de la semana pasada sobre «¿Cómo ser una ciudad amigable para las personas mayores? hoy el foco lo ponemos en el rol que, dentro de la Red, juegas tú mismo.

Y es que, como recordaba Carlos Martínez, de UDP, «llamar amigo es interesarse por él, echar una mano, colaborar… amar». El proyecto de Ciudades Amigables es así un proyecto de solidaridad intergeneracional (sirve a todas las personas, no solo a las de mayor edad) que necesariamente te implica a ti. Porque nadie puede imponer la amistad…

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Mapa de ciudades españolas adheridas a la Red Mundial. Obtenida de IMSERSO, junio de 2014

Es la gran novedad de este proyecto, que te incumbe no solo como receptor, consumidor u objeto de programas destinados a personas mayores y a ciudadanos y ciudadanas en general, sino a ti como principal partícipe.

Lo definitorio de esta pionera experiencia esencialmente local y al tiempo global, es que tratamos de un proceso participativo, donde la OMS, el IMSERSO, tu ayuntamiento, tu asociación de vecinos y, sobre todo, tú mismo, trabajáis en equipo.

Sobre la jornada comentada, te recomendamos la crónica de la revista Autonomía Personal. Así nos centramos en lo que más nos interesa: qué puedes hacer tú para que tu ciudad sea amigable con las personas mayores (… con las personas).

La iniciativa es tuya

Tradicionalmente en las políticas cuyo objetivo son las personas mayores «se cocinan los platos y se nos invita a la mesa, pero no se nos ha dado la oportunidad de elegir el menú». Así lo expresaba Luis Martín Pindado el jueves pasado. Nosotros añadiríamos aún más: ¿por qué no nos dejan entrar en la cocina? ¿e incluso comprar los ingredientes en el mercado? Pues bien, el proyecto de Red de Ciudades Amigables es facilitador de todo ello. El proceso de inclusión, como decía Carmen Rodríguez (Santander, ciudad amigable), comienza ya en la toma de decisiones.

Seguramente tienes cosas que decir acerca de la «amigabilidad» de tu ciudad para con las personas mayores. No se trata solo de un problema de accesibilidad, quizá has observado que «los impresos oficiales son difíciles de leer, y hasta de comprender». Quizá echas en falta espacios adecuados para desarrollar actividades que necesitas, a lo mejor la farmacia está demasiado lejos, quizá el transporte, o la falta de sombras en la calle, el desconocimiento de las nuevas tecnologías… no facilitan tu vida diaria. Posiblemente no es nada de esto, y sí otras muchas cosas que tú sí sabes.

No hace falta esperar a que los servicios municipales pongan en marcha el proceso. Tienes la posibilidad de instar a tu corporación local a incorporarse a la red. Muchas no lo habrán hecho por desconocimiento. Se trata de que la alcaldía firme una carta de compromiso con la Red. Es recomendable que haya amplia mayoría por parte de los representantes políticos, pues es un proyecto a largo plazo. Una vez hecho esto hay que poner en marcha las cuatro fases:

La reflexión y las propuestas son tuyas

  • Áreas ciudades amigablesFase 1 (años 1-2): se crea el mecanismo que servirá a la participación de las personas mayores (tú mismo) en el ciclo de la Red, se hará una evaluación inicial para observar si la ciudad está adaptada, se formula un plan de acción que incluirá el método de evaluación del progreso del plan.

El proyecto tiene un enfoque participativo ascendente: parte de la experiencia de las personas mayores, de tu propia experiencia, sobre qué es o no amigable. Para ello, mediante la organización de grupos focales, se realiza una investigación en la que tendrás que responder, junto con otras personas, organizaciones sociales, proveedores de servicios… a unas preguntas que, para mayor facilidad, forman parte de un protocolo previamente elaborado.

El grupo focal lo formáis unas 8-10 personas, de distinto estatus, edad, etc. Las cuestiones se plantean en torno a las 8 áreas del gráfico, y tienen un efecto de impacto múltiple (la mejora del transporte quizá podría conllevar una mejora en tu dieta, que a su vez mejora tu salud, con ello la economía de la población, que facilita un mejor transporte…)

El desarrollo de los programas, la evaluación y la redefinición pueden ser tuyas

La evaluación arroja interesantes propuestas. La semana pasada nos contaban los responsables de los ayuntamientos más avanzados (Bilbao, Zaragoza…) que aquéllas suelen ser «moderadas y sensatas». Geoff Green (asesor de la OMS) recordaba cómo muchas de las medidas propuestas ni siquiera tienen coste económico. Y es que seguramente cuando sientes de forma responsable que tu voz servirá efectivamente a la mejora de tu ciudad, tu visión se vuelve ambiciosa pero realista.

  • Fase 2 (años 3-5): Las propuestas afectan de forma transversal a las áreas del protocolo de Vancouver pero también a las áreas de gestión del ayuntamiento (urbanismo, servicios sociales, movilidad, etc.). Con ello se definen ejes de intervención, luego programas y finalmente los proyectos que formarán parte de un plan de acción.

10141794556_e36f805742Reconozcámoslo, no en todos los municipios se ha dado este paso de forma absolutamente participativa. En algunos de ellos el Ayuntamiento o las empresas contratadas a tal fin han elaborado dicho plan de acción por sí mismas, contando solo con métodos de participación ciudadana en la evaluación inicial.  A veces cuesta el trabajo en las distintas áreas municipales. En varios casos la participación es aún escasa. Sería recomendable (insiste tú mismo) que tú sigas interviniendo en cada uno de los pasos: los programas, los proyectos, la reelaboración o rediseño de éstos, etc. Todo de una forma reiterativa y con el apoyo continuo de los partidos políticos con representación, las distintas áreas de gobierno…

En Zaragoza, por ejemplo, un grupo de trabajo, nuevamente con la participación de personas como tú, valida las propuestas que ha desarrollado el área de gobierno del ayuntamiento. Además, las personas mayores son las que también priorizan las acciones a emprender. Así el proceso es completamente transparente y participativo.

Otro ejemplo para ilustrar una participación a varios niveles: en Manresa el proyecto art k’suma provino de las propuestas de los grupos focales sobre la necesidad de programas intergeneracionales. Una concreción de ello es la beca anual a una iniciativa artística de tipo intergeneracional, donde nuevamente participan las personas mayores. Este vídeo y el mural que se describe en él fueron realizados por dos chicas y su abuela, con la ayuda de otras 15 personas mayores. El tema de la pintura también es pertinente: la evolución del ser humano a lo largo de toda su vida…

La evaluación y mejora es cosa tuya

  • coverNew-engFase 3 (año 5): Se envía a la OMS un informe sobre los progresos realizados, que será evaluado con los indicadores definidos en la primera fase.
  • Fase 4. Mejora continua: si se comprueba que tu ciudad ha hecho progresos, pasará a una fase de mejora continua, y será invitada a elaborar un nuevo plan de acción de hasta 5 años de duración. Tu ciudad pertenecerá a la Red mientras exista el compromiso de ejecutar nuevos ciclos

Tú decidiste en la fase 1 los indicadores con que se evalúan los resultados. Tú puedes continuar desde tu propia posición, en un proceso de mejora continua.

Una gran responsabilidad, sí, pero tienes ayuda

Pertenecer a la Red de Ciudades Amigables no es una «etiqueta» que pueda colocarse con fines electoralistas. Es un proceso continuo que solo es viable si tú mismo asumes el compromiso y trabajas para esa mejora del medio. El cartel de la red canadiense lo expresa con humildad: «en camino hacia las comunidades amigables con las personas mayores».

Este camino es compromiso de todas la comunidad, también la tuya. Como suele decir Paca Tricio, presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas, las personas mayores ya estamos cansadas de tanto estudio, proyección… ¿Cuándo vamos a hacer algo? Si te abruma la responsabilidad recuerda que tienes ayuda: un método. Todo lo participativo (no nos cansamos de repetirlo, porque también es la clave de construcción de un jubilar) tiene método. Siempre.

En este caso el método es el protocolo de Vancouver propuesto por la OMS, y adaptado en nuestro país por un excepcional equipo de trabajo. Éste ha elaborado el documento que te guiará en el proceso, Protocolo de Vancouver – adaptación al contexto España. También te indica Recomendaciones para la participación en la Red de Ciudades y Comunidades amigables con las personas mayores.

Finalmente, la propia Red sirve de guía. Puedes conocer qué están desarrollando cada uno de los municipios adheridos, en un proceso continuo de intercambio de información.

Te animamos a asumir el reto. Es responsabilidad tuya. Nuestra. Como ves no estás solo. Por nuestra parte, Jubilares, como asociación comprometida con la mejora del medio para la inclusión efectiva de las personas mayores, te tiende asimismo la mano para participar allí donde nos lo pidas, para acompañar, como es nuestra misión, en la medida que desees y a la escala que corresponda.

Ejemplos Internacionales (VIII): Cohousing intergeneracional Muir Commons

Muir Common collageSituada en Davis, California, esta comunidad celebró recientemente su 20º cumpleaños. Fue el primer ejemplo de cohousing creado en Estados Unidos, al estilo de los daneses. Con la ayuda de McCamant & Durret, la comunidad diseñó de forma participativa sus 26 unidades en torno a una casa común.

El cohousing intergeneracional reproduce la vida de pequeño barrio o aldea de antaño en la que los vecinos ayudaban a hacer la mudanza, a cuidar a los niños del otro, a la jardinería y la limpieza de lo común… Vivir compartiendo «para ser más libre». Eso lo entiende perfectamente el niño que puede moverse libremente por el complejo desde una edad muy temprana.

Si los ejemplos de «senior cohousing» (sean intergeneracionales o no) se orientan fundamentalmente hacia las personas mayores, los ejemplos de «cohousing» se vuelcan hacia los niños. Así Muir Commons tiene casi tantos niños y niñas como personas adultas (45 frente a 49). La rotación es parte de la vida de cualquier tipo de cohousing, y así después de 22 años de funcionamiento, en Muir Commons permanecen 5 familias de las 26 que lo iniciaron.

A diferencia de los modelos europeos, la administración estadounidense no ayudaba a la financiación de ninguna forma este tipo de iniciativas. Es por ello que para llevarlo a cabo, el grupo aceptó trabajar con un promotor o gestor que ya disponía del lugar para la construcción del complejo. Hasta que se mudaron allí solo tenían que pagar un 3% y una pequeña reserva. Esa ventaja en la financiación compensó algunas carencias del lugar, quizá demasiado pequeño para ellos. Trabajar con un promotor tiene más riesgos. En este caso esa empresa aceptó el proceso participativo de desarrollo del cohousing y asumió las decisiones del grupo (por cierto de forma consensuada), cosa que no es habitual.

Durante el proceso de diseño, los miembros de la comunidad llegaron rápidamente a acuerdos acerca de los conceptos generales (como los descritos anteriormente, o las relaciones espaciales entre funciones diversas: jardín, actividades de la casa común, etc.), más que con las decisiones más específicas de diseño. El programa (dependencias deseadas, su tamaño y relación entre ellas) se consensuó enseguida de forma muy clara, aunque resultaba abstracto sin imágenes arquitectónicas concretas. Se trata del método de diseño que Dorit Fromm llama «holandés», frente al «danés» donde el equipo de arquitectos va mostrando al grupo más imágenes sobre las que debatir la arquitectura final.

Formalmente se trata de un ejemplo ilustrativo de una serie de principios de diseño válidos también para jubilares o senior cohousing no intergeneracionales:

– Entrada formal de bienvenida desde la casa común

– Entradas informales desde el anillo verde que rodea el complejo

– La casa común da hacia las zonas comunes interiores, donde la mayor parte de las actividades tienen lugar.

– Las fachadas públicas (de la casa común como de las unidades de vivienda) no están dominadas por coches ni zonas de servicio. El parking de visitantes se sitúa junto a la casa común, de esta forma se evita que no residentes tengan que atravesar la comunidad.

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Cada vivienda privada tiene una puerta hacia el espacio común y otra de acceso privado. Además, «siempre puedes cerrar la puerta». Tanta comunidad como desees, tanta privacidad como desees. Esa es la gran clave del éxito.

A propósito de la película “EL CUARTETO”

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Cartel de la versión original: Quartet

En los últimos años estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo subgénero dentro de las comedias “dramáticas”, el de las películas sobre “mayores”. Para una sociedad que idolatra la juventud e ignora la vejez resulta una novedad ver propuestas que, desde el entretenimiento, nos muestren las situaciones a las que nos enfrentamos en el último tramo de la vida. Siempre en tono amable, se nos introduce en los problemas más específicos de esta etapa: la soledad, la enfermedad, el cambio de entorno, los problemas económicos,… Aunque parece que estén destinadas a este segmento de edad, por su factura y hechuras buscan atraer a todo tipo de público (algo parecido a lo que hace unas décadas el cine hizo con la adolescencia). “¿Y si vivimos todos juntos?”, “El exótico Hotel Marigold” y “El cuarteto” ilustran perfectamente esta nueva categoría.

El cuarteto” (Quartet), estrenada recientemente, narra lo que sucede en una residencia para músicos retirados de Inglaterra durante la preparación de la gala anual que realizan para la recaudación de los fondos necesarios para su mantenimiento. La llegada de una nueva y afamada inquilina revolucionará los planes y trastocará ciertas relaciones de esta comunidad. El divismo, las rivalidades, la añoranza de la juventud colorean una trama cómica (con algún toque agrio) en la que los personajes se ven envueltos hasta su desenlace final. La residencia se ubica en una finca con mansión (donada a su fin por un rico director musical muerto sin descendencia) magnífico escenario para el desarrollo de la ficción.

Independientemente de sus valores cinematográficos nos interesa comentarla aquí porque ilustra perfectamente el tipo y categoría de actividades a promover y que deben coexistir en la rutina de nuestros jubilares.

–          Actividades principales destinadas al mantenimiento del conjunto. En la película la Gala anual es un método de recaudación con el que pagar los gastos de mantenimiento, una actividad a cambio de un servicio. Son músicos y prefieren practicar y actuar a cambio de dinero con el que sufragar los gastos (como en la vida activa de cualquier persona). Otra opción sería desempeñar personalmente esas funciones de mantenimiento: jardinería, limpieza, arreglos,…. Y, por supuesto, la combinación de ambas. Lo importante es llevar a cabo las posibles (en la medida de nuestras fuerzas físicas y de acuerdo con mis vecinos) fomentando la convivencia (reforzando vínculos emocionales) y reduciendo gastos.

–          Actividades de integración con el entorno social próximo. En la película las lecciones que uno de los personajes imparte periódicamente a un grupo de adolescentes de algún centro próximo (se supone). Debemos convertir nuestro jubilar en parte activa del barrio y, aprovechando nuestra experiencia, ofrecernos para ayudar y/o compartir experiencias. Este tipo de prácticas puede propiciar nuevas relaciones integeneracionales generalmente valoradas como muy gratificantes.

–          Actividades con mi entorno afectivo. En la película se observa cómo nietos reciben clases de música de sus abuelos y cómo el resto de la comunidad en principio tolera para luego colaborar y aplaudir los progresos. Podemos y debemos estar y apoyar a los nuestros, y si no los tenemos, “adoptar” los de los vecinos.

–          Actividades lúdicas. En la película algunos residentes reciben clases de “bailes latinos”, otros juegan al croquet,… actividades lúdicas en grupo que favorezcan la convivencia, la integración y refuercen los vínculos emocionales.

«El Cuarteto» es un ejemplo representativo del buen cine británico actual: sencillo de planteamiento y con sólidas interpretaciones. Y en este caso en particular destila amor a los personajes, a la música clásica, a la vejez y a la vida.

Manifiesto por una política de envejecimiento activo

Envejecimiento activoLa Asociación Mayores de Madrid XXI y la Fundación Pilares para la Autonomía Personal, como aportación al año del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, organizan la Jornada sobre envejecimiento y ciudadanía activa, que tendrá lugar mañana viernes 30 de noviembre de 2012, de 10.00 a 13.30h en el Salón de actos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (Pº del Prado nº18, Madrid).

Además de las intervenciones de los representantes de las entidades organizadoras, se contará con la presencia de la Fundación Matia/Ingema, Mayores 15M,  Fundación Amigos de los Mayores y el gerontólogo Antonio Martínez Maroto.

En el mismo acto se procederá a la lectura del MANIFIESTO PARA UNA POLÍTICA DE ENVEJECIMIENTO ACTIVO, a cargo de las entidades firmantes, entre ellas la asociación Jubilares.

Entre otras cosas afirmamos que la sociedad ha de dirigirse a:

«… Hacer posible que las personas que requieren apoyos por su situación de dependencia (tengan la edad que tengan) puedan seguir viviendo en su casa, mediante apoyos y servicios que, como derecho subjetivo, garanticen la atención y los servicios profesionales que precisen, de manera integral y personalizada.» Así como garantizar el derecho a «…alojamiento donde se reciba atención permanente de calidad y en los que se respeten los deseos de cada persona para evitar rupturas con el estilo de vida anterior, favoreciendo su autonomía y participación

Apostamos por el «diseño de viviendas para toda la vida y ciudades accesibles y amigables en un entorno sostenible…»

El manifiesto completo se encuentra aquí. La forma de adherirse a este manifiesto si estáis de acuerdo en sus líneas fundamentales, es remitir un correo electrónico a pilares@fundacionpilares.org

Actualización: os presentamos la lectura del manifiesto en el vídeo grabado por la Asociación Cicerón: