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El proyecto Comunidades de Cuidados ya es una realidad
Tejer redes que faciliten el cuidado de las personas mayores fomentando su autonomía personal en cualquier situación, incluidas aquellas en las que existen problemas de autonomía personal, es el leitmotiv del proyecto Comunidades de Cuidados que van a llevar a cabo la Asociación Jubilares, la Asociación Andecha y la Unión Democrática de Pensionistas. El proyecto, financiado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, se llevará a cabo en 9 comunidades autónomas.
El vínculo sellado entre la Asociación Jubilares, representada por Miguel Ángel Mira, la Asociación Andecha, representada por Cristina Martín, y la Unión Democrática de Pensionistas (UDP Mayores), representada por Carlos Martínez, permitirá el desarrollo y la evaluación de proyectos de autocuidados, cocuidados y cuidados profesionales tanto en comunidades intencionales de cohousing, como en otras redes vecinales en el ámbito rural.

Las líneas de intervención del proyecto radican en: El impulso del cohousing senior o vivienda colaborativa para personas mayores como una propuesta intencional y que las comunidades que lo lleven a cabo cuenten con herramientas para el cocuidado integral de las personas. El estudio del impacto en la vida de las personas que forman parte de las comunidades de cohousing ya existentes comparadas con aquellas personas institucionalizadas. El desarrollo de estrategias de cocuidados en entornos rurales para que las personas mayores puedan continuar viviendo en sus lugares de residencia, cuidándose y sabiéndose cuidadas. Por último la transferencia de conocimiento y la incidencia para que se conozca más y se puedan tomar decisiones a distintos niveles que favorezcan esta cultura de cuidados, además de promover espacios de aprendizaje común.
En definitiva el proyecto Comunidades de Cuidados busca que todas las personas mayores puedan continuar su proyecto de vida.
Felices fiestas compartidas
Siempre en comunidad, con otras personas, amigas, vecinas, familiares, compañeras, contactos de redes sociales o incluso desconocidas que meramente devuelven una sonrisa…
… Compartiendo, participando, colaborando, construimos la Navidad… y nuestra propia vida.
¡Muy felices fiestas y un gran 2016 de parte de Jubilares!
Las paradojas de la vejez
Nuestra sociedad envejece. Es un hecho en nuestro país y en todos los países desarrollados. El envejecimiento de la población no se debe (solo) al hecho de haber logrado aumentar la esperanza de vida a casi el doble en los últimos años, sino porque nacen menos niños y recibimos menos inmigrantes jóvenes.
De Laura Carstensen hemos hablado alguna vez en nuestro blog. Como psicóloga y directora del Centro de Longevidad de la Universidad de Standford asegura que las personas mayores son (al menos estadísticamente) «más felices» que las jóvenes. ¿Una simpleza? ¿Una mala interpretación de las encuestas a personas mayores, incapaces de enfrentarse a las cosas negativas de la vida? En esta charla TED la doctora Carstensen lo niega y esboza, con un buen puñado de ejemplos provenientes de sus investigaciones, el sustento de aquello que llama la paradoja de la vejez: «reconocemos que no viviremos eternamente, y eso cambia de manera positiva nuestra perspectiva de la vida«.
(Charla TED «Laura Carstensen: Las personas mayores son más felices». Subtitulado al español)
La tesis es la de que viendo más cerca el final, priorizamos, valoramos la vida… En cierto sentido, y en oposición al estereotipo que comentábamos hace una semana, las personas mayores serían incluso más eficientes (en las relaciones, en la actividad diaria…). Socialmente se trata, como bien expresa Carstensen en su monólogo, de encontrar la forma de «capitalizar» esa felicidad de las personas mayores para mejorar la calidad de vida en todas las edades.
En un mundo que avanza hacia una pirámide de población invertida (más personas mayores que jóvenes), los mayores tomarán las riendas, y dejando el miedo a la longevidad (o peor, al envejecimiento de la sociedad) a un lado, harán suyas las palabras de aquel nonagenario citado en el vídeo: «Dejemos de hablar de cómo salvar a la gente mayor y comencemos a preguntarles cómo pueden ayudarnos».
Y es que encontramos una segunda paradoja: la de una sociedad aterrada por el creciente aumento de una parte de la población que a su vez parece (al menos estadísticamente) ser feliz…
Pues bien, aquí dejamos nuestra respuesta, la que pretende, desde la acción de las personas mayores, «ayudar» a esa sociedad paralizada, asustada por su irremediable envejecimiento: comprendiendo que tenemos por delante una gran oportunidad, reivindicamos que las personas mayores puedan vivir de forma autónoma, compartiendo sus cosas, su experiencia, su valor como seres humanos. Apostemos por sistemas y servicios centrados en la persona. Escuchemos y fijémonos en los mayores, que sí se valen por sí mismos, que quieren vivir incluidos en la comunidad, y envejecer de forma activa, entendiendo esto como la participación plena y el protagonismo en todos los ámbitos de la propia vida. Facilitemos que se pueda vivir hasta el final en casa, o en residencias que podamos considerar como tales, o en jubilares… Entonces se devolverá el enorme beneficio de la inversión realizada: calidad de vida en los barrios y municipios donde vivan, y un entorno más humano, una actividad contagiante, una visión positiva de la vida, la felicidad compartida de la que (al menos estadísticamente) disfrutan las personas mayores.
Cambiar de rumbo
El cohousing moderno surgió como consecuencia de la insatisfacción que generó la evolución de la sociedad urbana en los años sesenta y setenta del siglo XX. El rápido crecimiento de las ciudades derivó en entornos impersonales, orientados a favorecer la comodidad en el uso del coche antes que a la vida social entre los residentes. La gente comenzó a añorar las relaciones vecinales de lo pueblos o los barrios urbanos tradicionales, e idearon mecanismos para poder recuperarlas. Más tarde las personas mayores entendieron que estas relaciones les eran especialmente valiosas, ya que les permitían afrontar el envejecimiento con mayor autonomía e independencia, y nació el Senior Cohousing.
La evolución de nuestras sociedades es un fenómeno complejo en el que intervienen muchos factores y las predicciones resultan complicadas. Es a la vista de los resultados cuando se puede realizar un análisis crítico e intentar corregir desrivas no deseadas.
El pasado jueves 27 de marzo, en el espacio de coworking Espíritu 23, Social&Social celebró su jornada «Espacios humanos». Además de nuestra presentación de la actividad en la ASOCIACIÓN JUBILARES, pudimos disfrutar de otro puñado de iniciaitivas que son buen ejemplo de estas «correcciones» de rumbo :
– Verónica Sánchez nos presentó n’UNDO: una propuesta puramente arquitectónica que descubre el potencial de la resta, el poder de mejora que en muchas ocasiones tiene el desmontaje ordenado y racional frente ala acumulación de intervenciones. Con esa visión analizan el panorama que han dejado años de excesos en la construcción y encuentran una multitud de oportunidades para ejemplificar su planteamiento.
– Sandra Magro de CREANDO REDES introdujo el concepto de «Restauración Ecológica«. Evidenció la desconexión que hemos alcanzado entre el habitante de la ciudad y los procesos normales del ecosistema en el que vive. Los urbanitas vivimos al margen, y demasiado a menudo en contra, de los procesos naturales que aún en las grandes ciudades nos siguen rodeando. Entender estos procesos puede ayudar a tomar decisiones simples y más sensatas que redundarán en beneficios en múltiples planos: natural, cultural, económico y social.
– Toni Martín, director de la editorial ECOHABITAR aporta nuevos planteamientos económicos ante el convencimiento de la insostenibilidad del sistema vigente. Desde su gestión empresarial, ejercida sobre unos supuestos de decrecimiento, a sus temas de trabajo que parten del «ecologismo profundo» para abordar la arquitectura ecológica y el movimiento de las ecoaldeas como laboratorios de desarrollo de prácticas exportables al resto de entornos.
– Angela Müller fundadora de ARQUITECTURA DE MATERNIDADES busca aportar soluciones a la demanda de aquellas mujeres que no se encuentran cómodas ante la atención habitual al parto, que les resulta en exceso medicalizada. Presentan diseños más cálidos y confortables, buscando atender las necesidades de todos los intervinientes: madre, bebé, matrona y acompañante.
La iniciativa de Social&Social resultó una jornada muy fructífera con intercambio de experiencias y plateamientos. Por nuestra parte nos quedamos con ese espíritu crítico que compartíamos todas las propuestas. Detectar cuando el camino que seguimos no nos lleva donde queremos ir permite cambiar de rumbo a tiempo, y esto es aplicable tanto en conjunto a la sociedad como a la vida de cada uno.
Bienestar psicológico en el envejecimiento
Con los recursos sociosanitarios existentes en la actualidad en nuestro país… ¿Están siendo cubiertas las necesidades psicológicas que acontecen en el trascurso del envejecimiento?
Es la pregunta de inicio que se plantea para una interesante jornada, la del próximo 28 de febrero, que organizan conjuntamente el Colegio de Psicólogos de Madrid, la Asociación Española de Psicogerontología y el Área de Gobierno de Familia, Servicios Sociales y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid. En ella tendremos la oportunidad de presentar, como una de las «experiencias innovadoras» que han de favorecer el bienestar psicológico de las personas mayores, nuestro proyecto, el de la creación de comunidades de mayores (tipo senior cohousing) con previsión de Atención Integral y Centrada en la Persona:
El programa se centra en la puesta en valor de la labor ejercida por los profesionales de la psicogerontología, dando a conocer su rol y delimitando su espacio en el sector, para que de este modo se logre una atención integral a mayores y cuidadores. Pero no sólo es necesario un abordaje integral, sino también personalizado donde se respete en todo momento la singularidad y voluntad de la persona que está siendo cuidada. Es por ello que los modelos de atención centrada en la persona están siendo en los últimos años estudiados y materializados con éxito en el campo de la gerontología.
La presente jornada pretende crear un punto de reflexión y crecimiento en torno a los modelos de atención centrada en la persona, y esclarecer el papel del psicólogo en los trabajos interdisciplinares donde se aplica.
La psicogerontología es, como especialidad de la psicología, una disciplina muy ligada en la historia a la psicología del desarrollo y, concretamente, al modelo del ciclo vital. Se ocupa del estudio del envejecimiento (proceso que ocurre en el transcurso de la vida), de la vejez (diferencias individuales atribuidas a la edad) y de las aplicaciones de estos conocimientos para promover el bienestar de las personas mayores y otros implicados. Y es que resulta indudable la importancia de las condiciones psicológicas subjetivas como predictoras de la longevidad y de la calidad de vida.
La jornada se estructura como un conjunto de mesas redondas:
0.- Presentación. Dolores Navarro Ruiz, Fernando Chacón Fuertes, Estefanía Martín Zarza
1.- Estado actual de la Psicogerontología. Mari Cruz Tena-Davila Mata. La psicogerontología como disciplina aplicada (Rocío Fernández-Ballesteros). El rol del psicogerontólogo en los equipos interdisciplinares (Vera Santos Martínez).
2.- La atención centrada en la persona (ACP). Fundamentación e introducción. Estefanía Martín Zarza. La ACP como nueva cultura de cuidados en los centros de atención a las personas con demencia (Josep Vila Miravent). Buenas prácticas en los centros gerontológicos residenciales y de Día (Pura Díaz Veiga)
3.- Aplicaciones de la ACP. Carlos Blanco Bravo. Cuidar sin atar. Cómo conseguir un cuidado digno libre de sujeciones (Manuel Nevado Rey). Afectividad y sexualidad en la vejez desde el modelo biográfico-profesional (Félix López Sánchez). Duelo en las personas mayores (Alba Payás Puigarnau)
4.- La Atención centrada en el cuidador. Ana Buñuel Heras. Fomentar el autocuidado para cuidar mejor (Andrés Losada Baltar). Espiritualidad, culpa y perdón en cuidadores (Javier López Martínez)
5.- Experiencias innovadoras. Antonio Lorenzo García Moreno. Proyecto Jubilares (Miguel Ángel Mira Illana). Buenas prácticas en la atención integral y centrada en la persona. (Pilar Rodríguez Rodríguez). Programa de Apoyo a los Mayores Vulnerables con Especial Referencia al Aislamiento y el Maltrato (Pilar Serrano Garijo)
6.- Coloquio y cierre.
Lugar: Centro Cultural Buenavista. Distrito de Salamanca.
Ayuntamiento de Madrid. Avenida de los Toreros, 5. Madrid
Aquí dejamos el díptico con el programa completo y sus horarios y el enlace para la inscripción. Os esperamos.
Ecos del cambio con Jubilares
A través de Ecocentro TV se ha emitido una entrevista a Miguel Ángel Mira, presidente de la asociación Jubilares, donde en tan solo 6 minutos podéis encontrar un breve resumen del modelo jubilar, el senior cohousing, qué labores realiza nuestra asociación, qué valores la inspiran:
Como comenta Miguel Ángel, la iniciativa de los propios usuarios y la autogestión de las comunidades es la que garantiza la autonomía, derecho subjetivo de ciudadanía desde la última Ley de dependencia, en cualquier momento de la vida. Y es que, a diferencia de las experiencias en otros países, un jubilar es un «senior cohousing» que puede comprenderse como equipamiento de bienestar social por el hecho de dar consideración al tema asistencial; un jubilar es vivienda para toda la vida. Como también se explica aquí, el protagonismo de las personas mayores se extiende a nuestra propia organización como asociación.
Tratamos de pequeñas iniciativas transformadoras de la realidad a escala más amplia. Son, en ese sentido, «ecos» de un cambio global. Las comunidades que proponemos son, como explica Miguel Ángel, «sitios inspiradores de valores como la colaboración, la autoayuda mutua, la solidaridad, los principios que tiene una cooperativa. (…) Son máquinas de transformar la sociedad».
En este espacio audiovisual, «Ecos del cambio», se presentan propuestas quea nivel cultural, político, económico y social pretenden dar respuestas a problemas de nuestro mundo actual: nuevas formas de consenso, de democracia o de comunicación, la economía solidaria, la banca ética, la vida sana, la tecnología limpia, nuevas formas de emprender, de producir, de relacionarse en sociedad, de hacer justicia, de tratar a la naturaleza y al prójimo, de crecer, de recuperar el contacto con lo más verdaderamente humano.
WeDO Jubilares
Desde la semana pasada Jubilares es reconocido como Buena Práctica de WeDO, el programa de la Comisión Europea ‘for the Wellbeing and Dignity of Older People’ (para el Bienestar y Dignidad de las Personas mayores).
WeDO fue un proyecto europeo (2010-2012) coordinado por la AGE Platform Europe y cofinanciado por la Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales de Comisión Europea, en el que participaron 18 socios de 12 países.
El objetivo de este proyecto era desarrollar una asociación duradera y creciente de organizaciones para promover el bienestar y la dignidad de las personas mayores vulnerables y personas con discapacidad y prevenir el maltrato en todos los ámbitos a través de la promoción de la calidad de los cuidados de larga duración. El proyecto desarrolló un Marco de Calidad Europeo para los servicios de atención de larga duración. Además, se puso en marcha la Asociación WeDO en la que participan organizaciones europeas, como nuestros socios de la Fundación Pilares, líderes por cierto de la coalición española, comprometidas con su difusión.
El proyecto WeDo supuso la continuación del proyecto EUSTACEA (2008-2010), coofinanciado por la Dirección General de Justicia de la Comisión Europea y el programa Daphne; y en él se desarrolló la Carta Europea de derechos y responsabilidades para las personas mayores que necesitan asistencia de larga duración.
Además de la nuestra (Jubilares: senior cohousing in Spain), las otras buenas prácticas españolas recogidas en el catálogo de WeDO son a día de hoy: The residence I would like to live in, Together for prevention, Workshop: «Risk Prevention in the elderly», de FATEC; Open Document of Rights and Freedoms of the dependent elderly, del Ayuntamiento de Barcelona; Accompanying the disease, de Amics de la Gent Gran, The pilot project «En mi casa» (In my house) sets up small group living clusters in a public nursing home, Transport on demand in Castilla y Leon, dede la Junta de Castilla y León; Libera-GerProject, de la Fundación Cuidados Dignos; Etxean ondo: nursing homes and day-care facilities , Etxean ondo: households and environment, del Gobierno Vasco; Caregivers for older people: situation before the Dependency Act and evaluation of programs for carers, de la Universidad Carlos III de Madrid; Best Practices Network Modelo y Ambiente, de la Fundación Pilares.
Jubilares: senior cohousing in Spain
¿Eres habitante o ciudadano?
Es la pregunta que ha lanzado Francisco Abad hoy en la presentación, como parte de la Semana de Puertas Abiertas del CEAPAT, del informe Entornos Inteligentes, Accesibles y Amigables, texto que pretende reunir las ideas del programa OPTICAE 2013.
¿Qué es un entorno «inteligente»? Esta etiqueta que por tan empleada parece ya estar perdiendo significado, suele venir asociada a una escala determinada, la «ciudad». Y a otros conceptos como «TIC», «tecnología», «digital», «sostenible»… A esto, relacionado con la monitorización, sensorización, comunicación, reconocimiento de voz, teleservicios, eficiencia… el informe suma otras ideas, las que se pueden leer en la nube de palabras más empleadas por los cientos de participantes en este trabajo colaborativo:
…persona, social, servicio, ciudadano, mayores, público, participación…
¿Sorprendente? Creemos que no, que el acento empieza a ponerse ya en lo colaborativo, y con nosotros, lo piensan los que han elaborado el informe, un equipo técnico de personas pertenecientes a Ceapat-Imserso y Fundación Empresa y Sociedad y que recogen la aportación de personas del foro Amigos de Empresa y Sociedad, miembros de Post55, Entremayores, Fundetec y una veintena de expertos entrevistados, entre los que nos encontramos algunos miembros de la asociación Jubilares.
Creemos, tal y como ha expresado Francisco Abad esta mañana, que se está conformando un cambio en la sociedad que necesariamente va a contar con la ciudadanía como actor imprescindible. «De lo público-privado vamos a lo público-privado-ciudadano», comentaba Abad.
El texto, que puede descargarse íntegrmente AQUÍ, es una colección de propuestas sobre «accesibilidad, bienestar, comunicación, educación, participación, respeto al medio ambiente, sostenibilidad y responsabilidad social, teconología, tráfico y transporte». E inspira «nuevas actuaciones relacionadas a la vez con (…) nuevas formas de diseñar y ejecutar la participación, donde las personas ocupen un lugar privilegiado en línea con nuevas tendencias sociales: la innovación abierta, el laboratorio ciudadano, la economía colaborativa o el impulso compartido de proyectos basados en mejorar lo común, que es un nuevo concepto de lo público«.
Por parte de la asociación Jubilares, insistimos en la necesidad de contar con las personas para la creación de ciudad (y otros entornos a menor escala). Queremos ser ciudadanos antes que meros habitantes. Tampoco las ciudades inteligentes deben ser ciudades «robotizadas» donde nostros seamos menos inteligentes. Hemos de contar con la responsabilidad y el compromiso de las personas para construir entornos basados en modelos centrados en la persona. Para ello creemos fundamental observar los entornos en los que vivimos como «comunidades», más que como colección de edificios o redes de comunicación. Nos alegra enormemente observar que la mayor parte de las ideas expresadas por casi 500 personas van en esta línea, de forma que la conclusión del informe sea este: «El mayor reto parece ser que el ciudadano participe más activamente en el diseño de los nuevos entornos inteligentes. Las personas reclaman un mayor protagonismo en la generación de ideas y en la toma de decisiones que ahora están casi exclusivamente en el terreno de las empresas y los responsables políticos».
El futuro de los entornos en los que vivimos está en nuestras manos. En las de todas y cada una de las personas que damos nombre a nuestra ciudad, barrio u hogar. Sobre ello, Miguel Ángel Mira, presidente de Jubilares, tendrá la oportunidad de debatir en la Jornada «Escala Humana de la ciudad» el próximo miércoles 12, en una mesa redonda incluida en el mismo programa de Semana de Puertas Abiertas del CEAPAT. Os esperamos.
El riesgo de no hacer nada
No es la primera vez que comentando sobre el modelo de Jubilares alguien, de primeras, responde alguna o varias de estas sentencias:
«Será difícil que la gente se anime a cambiar de casa cuando se hace mayor»
«Qué pereza cambiar de vida, conocer gente nueva…»
«¿Y si sale mal? ¿Y si me canso de ver a los mismos?»
«Con lo bien que estoy en mi casa. Me gusta estar aquí, con mis cosas. ¿Por qué iba a cambiar?»
Estas afirmaciones encierran un pensamiento subyacente: «hacer es más peligroso que no hacer«. Gran error. Vivir es un riesgo, y tener previsión exacta de lo que va a ocurrir haciendo (o dejando de hacer) algo es una quimera.
Los riesgos de una vida en un jubilar son reales, no vamos a negarlo. Tan reales como los que existen al mudarse de casa, al tomar un trabajo, al subirse a un coche, al besar a alguien que nos gusta. Son los riesgos de vivir en sociedad, con sus conflictos de comunicación, los mismos que uno lleva siempre solventando con un marido, un jefe, los amigos… «La amistad profunda implica el riesgo de dejarse conocer y abrirse», dice Enrique Rojas. En fin, son los riesgos de vivir, vivir es un riesgo en sí.
¿Y si me quedo en casa? Aparentemente no cambia nada. Pero la realidad es que podría, como observamos a menudo, cambiar todo: la casa es la misma, pero esa rotura de cadera ya no permite salir a la calle (hay escaleras), dejamos de ver a los amigos (ellos también se hallan encerrados en esas jaulas de oro), dejamos de realizar las actividades cotidianas porque la casa se ha hecho demasiado grande… ¿Es eso «quedarse igual»?
Ante esto proponemos ampliar el círculo de la «zona de confort» (recordemos el fabuloso vídeo en el que comentábamos esto). Un jubilar permite «seguir viviendo» como uno quiere, porque elimina barreras y añade herramientas de vida. Se pueden mantener nuestras cosas, nuestra gente, nuestra familia, pero además añadir más apoyos, más oportunidades, más autonomía.
Miremos hacia arriba no vaya a ser que nos esté cayendo un piano encima. Miremos hacia abajo, como decíamos hace unos días, no vaya a ser que el nivel del agua esté subiendo. Si nos empeñamos en ignorarlo será demasiado tarde, no quedará otra que construir demasiado apresuradamente otra vida, quizá incluso impuesta por otros…
No es tan arriesgado seguir diseñando la vida como uno decida por sí mismo. A eso simplemente se debería llamar vivir.
Un poco de decoro… ¿es mucho pedir?
Vivimos una época, de la que parece que no hemos salido del todo, en la que la arquitectura olvidó el decoro. Vitrubio, allá por el siglo I a.C., definía ese decoro como «el aspecto correcto», «la perfecta adecuación del edificio». Y ejemplificaba diciendo que habían de emplearse columnas dóricas si un templo estaba destinado a Marte; o vestíbulos elegantes si el edificio es magnífico… Lo primero nos resulta lejano, pero lo segundo lo entiende cualquiera. Pues bien, ese decoro exige, por ejemplo, que un auditorio tenga un acceso de grandes dimensiones, o que la imagen de unos juzgados sea la propia de un uso público e institucional.
Desgraciadamente, ya sea por una buscada estética de la «tergiversación» o por mera ineptitud, hemos construido las últimas décadas juzgados que parecen oficinas, oficinas que parecen naves industriales, viviendas que parecen oficinas, residencias de mayores que parecen hospitales.
Los arquitectos que fundamos la asociación Jubilares siempre hemos defendido una arquitectura decorosa, esto es: los edificios han de parecer lo que son. Y algo más: una arquitectura humana, para las personas que las viven. Ambas cosas significan que los hogares para las personas, sean de la edad que sean, son hogares y una mínima ley de decoro dice que han de parecer hogares. Esto es aplicable a los jubilares, pero también a las residencias de mayores, a los senior resorts, los apartamentos con servicios o los tutelados…
La foto de arriba muestra un edificio proyectado por Frank Gehry. No se trata de una broma de mal gusto, el edificio ya está construido y es una clínica para personas con enfermedades degenerativas del cerebro, como Parkinson, Hurrington o Alzheimer. ¡Allí viven personas!
Las arquitecturas-manifiesto las sufren sus propios usuarios, como si no fueran los destinatarios de esos muros y espacios. El ejemplo es escandaloso, ciertamente exagerado, pero a nuestro alrededor existen múltiples ejemplos de edificios donde residen mayores en los que primando el carácter sanitario sobre el residencial, o donde por una pretendida «funcionalidad» tanto en el exterior como en el interior, se arruina la sensación de hogar. Creemos que se trata de un grave error de decoro.
Los protagonistas de los edificios residenciales de mayores son las personas que los habitan. Cualquier habitación ha de ser cálida, acogedora, ha de permitir la personalización que tiene cualquier espacio propio que habitamos a lo largo de la vida. Las casas de mayores (repetimos, se incluye cualquier tipo de residencia de media-larga estancia) han de parecer un hogar, oler como un hogar, oirse como un hogar, saber como tu hogar (sí, saber, permitiendo comidas a tu gusto, por ejemplo)… Hoy sabemos que esa sensación de bienestar que da saberse en tu propia «casa» es fundamental en la salud del que vive allí. Y esto comienza en el exterior.
Un poco de decoro… ¿es mucho pedir?