Etiquetado: atención integral y centrada en la persona

«Una oportunidad de un mundo mejor»

Declaración en favor de un necesario cambio en el modelo de cuidados de larga duración de nuestro país

La crisis sanitaria que estamos padeciendo como consecuencia de la pandemia COVID-19 evidencia con crudeza asuntos relacionados con la consideración y atención a las personas en situación de fragilidad, discapacidad y dependencia, muchas de ellas personas de edad avanzada y otras más jóvenes con grandes necesidades de apoyo.

Se trata de realidades que, sin ser nuevas, -de hecho vienen siendo objeto de debate y denuncia hace tiempo-, se hacen visibles ahora, ante la dureza de las situaciones que estamos viviendo. Noticias que nos conmueven, información e indicaciones diversas que se suceden y que en ocasiones nos confunden, temores y decisiones que entrañan importantes conflictos éticos que hay que abordar en tiempos imposibles.

Ahora, sin lugar a dudas, es momento de arrimar el hombro, de moderar nuestra “tormenta de emociones”, de postergar críticas catastrofistas o interesadas, para así contribuir, todos juntos, a salvar vidas y a minimizar los impactos negativos de todo esto. Las conclusiones llegarán luego, de la mano de datos fiables que nos permitan comparar situaciones, actuaciones y resultados.

Sin embargo, esta crisis está contribuyendo a que afloren carencias importantes en nuestro actual sistema de cuidados. También está evidenciando riesgos futuros en torno a cómo conjugar valores que deben estar equilibrados en el cuidado, como la salud y la libertad de las personas. Será, por tanto, imprescindible que, una vez superado este episodio, abramos un debate sereno que conduzca a una revisión en profundidad del actual sistema de cuidados de nuestro país, contemplando sus fortalezas, pero sin obviar o restar importancia a sus carencias, ahora más que nunca visibles, y así poder afrontar con valentía y decisión los principales retos pendientes.

Asuntos como la real garantía en la continuidad de los cuidados, la coordinación entre sistemas y servicios y por qué no, las dificultades que la actual estructura competencial conlleva a la hora de afrontar un modelo integrado de servicios e intervenciones profesionales, deberán ser objeto de análisis en pos de la coherencia, la eficacia y la eficiencia que necesitamos.

En este sentido, pensando en este futuro próximo, que vislumbramos como una oportunidad quienes firmamos este documento, queremos compartir algunas consideraciones:

Sobre el cuidado en casa

1/ La crisis del COVID19 pone de manifiesto la gran invisibilidad y los escasos medios que hoy existen para garantizar un cuidado adecuado en el entorno domiciliario. Ante la ausencia de datos sobre cómo afecta la crisis sanitaria a las personas que reciben cuidados en casa, no es aventurado suponer que los contagios se han producido de una forma exponencial y que, tanto las cuidadoras como las personas que reciben cuidados, se han encontrado ante una importante improvisación y desprotección. En el ámbito del empleo de hogar y cuidados, donde se presta atención a cientos de miles de personas, es muy probable que haya sucedido lo mismo. Sin olvidar que decenas de miles de mujeres que trabajan en este sector no disfrutan de las mínimas condiciones de seguridad y legalidad, con las consecuencias personales que esta situación genera.

2/ La inmensa mayoría de las personas mayores en situación de fragilidad o dependencia, así como las personas de menor edad que tienen discapacidad, viven en su casa y han expresado con contundencia y de forma repetida, según las investigaciones sobre este tema, su deseo de continuar viviendo en ella y de seguir participando en su comunidad. Consideramos que, por tanto, es urgente e imprescindible avanzar en el diseño de una propuesta de atención integral en el domicilio que sea capaz de incorporar y coordinar los distintos papeles que cumplen los agentes implicados en esta atención: familias, servicios sociales en general y SAD en particular, atención primaria y especializada de salud, sector de empleo de hogar y cuidados, asistentes personales, voluntariado, servicios de proximidad e iniciativas de participación comunitaria.

3/ Es necesario disponer de un modelo de atención sociosanitaria integrada y centrada en las personas que viven en sus domicilios, desde la coordinación de aquellos servicios y apoyos necesarios para obtener la mejor calidad de vida de ellas y de su entorno familiar. Los consensos científicos de organismos internacionales, como la OMS o la OCDE, así lo recomiendan y sugieren como metodología óptima y eficiente para llevar a cabo la gestión de casos (o coordinación de apoyos). Sin olvidar la necesaria sostenibilidad económica de las medidas que se emprendan, consideramos que debe avanzarse con determinación en este camino, si queremos dar respuesta a los deseos de las personas y sus familias y evitar soluciones institucionales no deseadas. Ello exigirá un claro incremento presupuestario en este sector a corto plazo, si bien, a mediano plazo, se obtendrán importantes resultados de eficiencia en los cuidados prestados
y mejoras en la calidad de vida de las personas que los reciben.

Sobre el cuidado en centros residenciales

4/ Reconocemos y valoramos el esfuerzo “heroico” que están realizando los profesionales de los servicios residenciales en esta crisis, cuidando a las personas sin medios de protección y pagando el precio de un gran número de infectados. Las numerosas iniciativas de los centros que han decidido confinarse en equipo, quedándose a vivir con las personas hasta que esto pase, muestran la profesionalidad, el compromiso y la gran humanidad presente en este sector. Una decisión que debe ser reconocida y aplaudida.

5/ La escasez de profesionales y el carácter a menudo precario de las condiciones de trabajo en los servicios residenciales, algo ya sabido pero hasta la fecha no tomado como una prioridad social, es flagrante. Sin ser esta la condición única ni suficiente para garantizar la calidad de cuidados y apoyos, es una cuestión que debe ser seriamente considerada, como ya ha señalado el Defensor del Pueblo.

6/ Las personas que enferman en un centro residencial -en una situación como esta, de máxima gravedad- y siendo el principal grupo de riesgo, tienen derecho a la atención sanitaria pública por su condición de ciudadanos/as, tanto en atención primaria de salud como en especializada.

No es admisible que sean privados/as de este derecho por su edad avanzada o por tener una gran discapacidad. El conjunto de los poderes públicos y, en particular, las CCAA que son quienes tienen la competencia de gestionar, financiar y/o de supervisar estas instituciones, deberán fortalecer los mecanismos de evaluación, supervisión y coordinación de las mismas para evitar situaciones indeseables como las que se han producido.

7/ Necesitamos un cambio en profundidad del modelo de alojamientos para personas mayores o personas con discapacidades que precisan apoyos para continuar con sus proyectos de vida. Es preciso que las alternativas de alojamiento que dispensen cuidados e intervenciones profesionales se orienten desde una atención centrada en las personas y no desde objetivos de mera custodia. La experiencia de otros países, avalada por décadas de desarrollo y evidencia científica, sugiere la bondad de desagregar los conceptos “vivienda” y “cuidados” haciendo depender cada uno de su ámbito competencial natural. Esta diferenciación, además de racionalizar el gasto en recursos destinados a los cuidados, nos alejaría definitivamente de los modelos institucionales. La vivienda garantiza espacio propio, intimidad; y en los entornos domésticos los cuidados y apoyos se ofrecen en función de las diferentes necesidades que genera el itinerario de cada situación de dependencia.

8/ Nos preocupa especialmente que, una vez concluida esta crisis sanitaria, se acabe priorizando la seguridad a costa de todo y se produzca un retorno al modelo institucional hospitalario como solución para el cuidado de las personas más dependientes que viven en centros residenciales. Una cosa es que las personas que allí vivan reciban la atención sanitaria que precisen y otra que las residencias acaben siendo hospitales. No podemos olvidar que habitualmente nuestro deseo es vivir “como en casa” cuando no es posible vivir en nuestro propio hogar. Existe sobrada evidencia científica que demuestra que las residencias tradicionales institucionales, donde se homogeneiza la atención, no ofrecen calidad de vida ni facilitan la participación, la contribución y la vida plena de las personas, ya que son lugares donde estas fácilmente pierden el control sobre ella. Los resultados demoledores de la evaluación de los centros psiquiátricos y asilos hace muchas décadas propiciaron la abolición de este tipo de instituciones. Es necesario apostar de una forma decidida por nuevos diseños arquitectónicos y nuevas fórmulas organizativas y de gestión lo más similares al hogar, donde se garantice la intimidad, se personalice el cuidado y se evite la continua rotación de profesionales, y donde el tiempo y las actividades se organicen pensando en las personas y en alimentar una vida con sentido. Es imprescindible apoyar y cuidar a los y las profesionales, dignificando su labor, supervisando el desarrollo de sus competencias de atención integral y relacional, invirtiendo en el cuidado de los equipos y en la mejora de las organizaciones. Esto no puede considerarse como algo superfluo y por tanto prescindible. Solo así podremos avanzar en el buen cuidado.

9/ Consideramos de especial importancia erradicar definitivamente los macrocentros y dejar de percibir como un lujo las habitaciones individuales. En los centros que almacenan personas, donde la mayoría de las habitaciones son compartidas, donde las personas permanecen casi todo el día en salas repletas de “internos” alineados, evitar el contagio cuando hay enfermedades fácilmente transmisibles, puede acabar siendo una misión imposible. Pero no es este el único riesgo de este tipo de recursos. En ellos, conocer y tratar de una forma personalizada a quienes allí viven se puede acabar percibiendo como una utopía inalcanzable.

Un riesgo que convierte lo cotidiano en un espacio adverso y perjudicial. Debemos, por tanto, trabajar por dejar atrás definitivamente este diseño residencial que responde a un modelo institucional del siglo XIX que ya ha sido abandonado hace décadas en otros países. Por ello, consideramos urgente que, desde el parque residencial que ahora existe, se generalice su tránsito hacia el cambio de modelo, contextualizándolo en la realidad concreta de cada centro.

Sobre los estereotipos en relación a la vejez y a la discapacidad

10/ Esta crisis también pone de manifiesto la existencia de numerosos y profundos estereotipos que todavía prevalecen y forjan una visión distorsionada, negativa y uniforme sobre las personas mayores, las personas con discapacidad y la vejez.

11/ Se repiten discursos que meten en el mismo “saco” de las personas mayores a un amplio grupo con características y necesidades muy diferentes. Unas, -la mayoría- son totalmente autónomas y no tienen problema alguno, mientras que otras se encuentran ciertamente en situaciones de gran vulnerabilidad y con necesidad de cuidados y protección. El mero hecho de haber cumplido cierta edad no las hace iguales. Esta es una narrativa que alimenta la pérdida de valor social de un grupo que se visualiza como uniforme y, esencialmente, no competente. Todo lo cual lleva a pensar en la vejez como una etapa vital que difumina las diferencias individuales, mientras que la evidencia gerontológica señala, justamente, todo lo contrario.

12/ Escuchamos y leemos comparecencias, noticias y redes sociales impregnadas de un lenguaje paternalista que apela a la lástima o a la obligación de devolver, como si de un favor se tratara, a “nuestros mayores”, a “nuestros abuelitos”, lo mucho que hicieron por la sociedad actual. Términos emocionales y seguramente bien intencionados que, sin embargo, delatan la ausencia de una mirada donde las personas de edad avanzada son, antes que nada, ciudadanas o ciudadanos adultos, con derechos y deberes.

13/ Algo similar sucede en relación a las personas con discapacidad, que frecuentemente son nombradas por sus patologías o déficits- también lo escuchamos repetidamente en esta crisis-, lo que conduce a etiquetarlas en categorías vinculadas a sus carencias o dificultades, obviando su singularidad, sus fortalezas, así como su capacidad de contribución a la sociedad.

14/ Las situaciones de amenaza que ponen en riesgo a las personas con mayor vulnerabilidad no deben suponer una pérdida de la consideración del valor y de la competencia de estas. Todas las personas necesitan, necesitamos, un trato de igualdad con el resto de la ciudadanía. Homogeneizar, homogeneizarnos, aunque sea a través de valores como el “respeto”, puede ser muy peligroso. Todas las personas merecemos respeto y trato digno, cualquiera sea nuestra edad o necesidad de apoyos.

15/ Por ello, consideramos también necesario realizar una profunda reflexión sobre nuestra mirada a la vejez, a las personas mayores y a la discapacidad, revisar nuestro lenguaje colectivo que continuamente estigmatiza e infantiliza a estas personas. La evidencia científica sitúa estas conductas en la base explicativa de los malos tratos. Porque nuestras palabras construyen y, también, contribuyen a crear un mundo mejor que todos y todas anhelamos.

Finalmente

16/ Consideramos que todo esto hace necesario la urgente revisión del actual modelo de atención a personas que precisan apoyos o cuidados para disfrutar de una vida plena, para dar respuestas diversas, globales y ecosistémicas y, con ello, el correspondiente escenario de financiación pública de los distintos servicios de apoyos y cuidados de larga duración, hoy día escaso y con notables diferencias entre los territorios autonómicos.

17/ Asimismo, quienes firmamos este documento, esperamos que esta crisis pueda convertirse en una oportunidad de lograr una mejor atención a las personas que la precisan, avanzando en la construcción de una sociedad de los cuidados donde el reconocimiento, la participación y el apoyo a quienes son más vulnerables, necesariamente se conviertan en un compromiso y en una prioridad social central.

Descarga en pdf la declaración (firmantes según actualización 8/04/2020): DECLARACIÓN

FIRMAS:

Los abajo firmantes (figuran por orden alfabético), apoyan este documento a título personal.  Asimismo, deseamos clarificar que ante la gran diversidad de representación del mundo asociativo hemos  incorporado sólo a las organizaciones de personas mayores y de discapacidad de ámbito estatal. Desde el reconocimiento de la labor de otras muchas asociaciones y entidades de carácter autonómico y local, incluyendo las que realizan iniciativas de acción voluntaria en torno a las personas mayores o defienden sus  derechos en calidad de familiares de afectados, invitamos a adherirse a esta declaración a todos quienes así lo deseen, enviando un correo donde se solicite la inclusión a esta lista inicial que por rapidez no se ha hecho más extensa, indicando: nombre, apellidos, profesión y centro/entidad de trabajo. cambiomcuidadosesp@gmail.com

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Aquí el «Manual de Senior Cohousing». ¡Gracias!

Hoy lunes 13 de julio, a las 18,00h finaliza la campaña de crowdfunding (financiación colectiva) de uno de nuestros proyectos colaborativos en que hemos destinado mcuho esfuerzo e ilusión en los últimos tiempos: la traducción y edición en español del libro más influyente sobre este modelo residencial (y estilo de vida en comunidad):  el Manual de Senior Cohousing de Charles Durrett. Este arquitecto americano fue quien recogió la experiencia danesa y logró reformular los principios y plasmar el método que garantiza el éxito de un concepto que bautizó como «cohousing». Desde entonces, con uno u otro nombre, se han constituido cientos de comunidades  en todo el mundo. Traducir el libro al español, en palabras de su autor, era «una deuda pendiente».

Gracias, especialmente a entidades como Fundación Pilares, Matia Fundazioa, Sostre Cívic, Serpentina Senior, Living Cohousing, Cohousing Verde, Lledó, AV Creation…, y otras más de sesenta personas u organizaciones,  el proyecto sí saldrá a la luz en septiembre. La traducción y maquetación está siendo realizada por voluntarios de Jubilares, y la edición corre a cargo de Dykinson.

Agradecemos el esfuerzo a todas las personas que habéis participado en ello (¡y las que lo haréis, que aún estáis a tiempo!). Nos iremos poniendo en contacto con vosotras para haceros entrega de las recompensas: libros, marcapáginas, workshop con Charles Durrett…

Aquí el proyecto: vkm.is/manualseniorcohousing

Manual Senior Cohousing - Jubilares

¡Estamos trabajando ya la maquetación de las 400 páginas del libro!

La presentación del libro se realizará el 24 de septiembre en la sede del CEAPAT, de IMSERSO. En una completa jornada sobre Senior Cohousing que contará con la presencia del mismo Charles Durrett, podremos conocer cómo los principios de la Autonomía personal y la Participación se emplean de forma efectiva para la generación de alternativas residenciales como el “cohousing” para personas mayores y otros colectivos vulnerables, coherente con el paradigma de Atención Integral y Centrada en la Persona. La jornada servirá para  presentar, frente a un enfoque de modelo arquitectónico residencial, una visión del cohousing como proyecto integral que genera un estilo de vida autónomo y de inclusión en la comunidad, a partir de un inusual trabajo de participación directa de las personas implicadas en todo momento.

Seguiremos informando de esto y mucho más.

¡Feliz verano!

La quinta generación. Modelos residenciales para personas mayores

A partir de una artículo del sociólogo Miguel Montero, incluido en el libro «Innovaciones en Residencias para personas en situación de dependencia. Diseño arquitectónico y modelo de atención» sobre el caso alemán, nos proponemos esbozar los distintos modelos residenciales que se han ido sucediendo a lo largo del último medio siglo, y presentar dónde nos encontramos al respecto en la actualidad.

Montero menciona allí un interesante documento (pdf en alemán) elaborado por la KDA (Kuratorium Deutsche Altershilfe) que plantea, para Alemania, una cronología en absoluto trasladable a nuestro país. Sí lo es la sucesión de modelos, que hemos ido adoptando aquí con décadas de retraso. Es muy ilustrativo, y es por ello que lo traemos aquí para nuestra reflexión. Así podemos hablar de cuatro modelos, correspondientes a cuatro «generaciones». Miguel Montero los describe así:

modelos-residencias-mayores

Ilustraciones obtenidas en el documento «Aproximaciones para la reordenación de las residencias de personas mayores»: Peter Michell-Auli y Christine Sowinski, «Die 5. Generation:KDA-Quartiershäuser. Ansätze zur Neuausrichtung von Alten- und Pflegeheime». Kuratorium Deutsche Altershilfe, Köln 2012

1ª Generación. Modelo institucionalizante – asilo (Alemania, 1940-60)

  • La persona es cuidada como «acogida»
  • Se emplean recursos escasos en su atención
  • Las habitaciones son compartidas, con baños comunes
  • 13m2 por persona.

2ª Generación. Modelo hospital (Alemania, 1960-70)

  • La persona es cuidada como «paciente»
  • Especial atención en la técnica geriátrica
  • Espacios comunes centralizados
  • Atención reactiva, con externalización de la rehabilitación
  • 28,5m2/persona

3ª Generación. Modelo residencia (Alemania, años 1980)

  • Visión integral de la persona
  • Modelo de atención centrado en las competencias (no en los déficits)
  • Autonomía, individualidad, atención activadora
  • Espacio individuales de «vivienda», con baño propio
  • Espacios comunes descentralizados
  • Agrupaciones de 20 a 40 personas
  • Alternativas: centros de día/noche, viviendas tuteladas, servicio de atención a domicilio (SAD)
  • 38,8m2 / persona

4ª Generación. Modelo familia (Alemania 1990-2000)

  • Centrado en la persona
  • Atención integral, centrada en la historia de vida
  • Personal especializado con presencia continua
  • No hay separación entre cuidados, tareas domésticas y asistencia social
  • No hay sistemas centralizados de atención (ej. cocinas)
  • Agrupaciones de 8-12 personas
  • Alternativas: pisos compartidos, proyectos de barrio (se desplaza la atención, no la persona)
  • 40m2 / persona

En España conviven en la actualidad residencias de 2ª y 3ª generación. Y desde hace pocos años se comienzan a implantar, con mucha fuerza, complejos residenciales de 4ª generación, con «unidades de convivencia» y atención centrada en la persona tal y como se describe más arriba. Es de destacar el esfuerzo que están haciendo en este sentido administraciones como la Junta de Castilla y León y el Gobierno Vasco, y organizaciones como la Fundación Matia y la Fundación Pilares para la Autonomía Personal.

La quinta generación: autonomía personal con inclusión en la comunidad

El documento mencionado de la KDA plantea una 5ª generación para las viviendas que esta entidad promueve en Alemania, que denominan «proyectos de distrito» (quartierskonzept). El nuevo modelo asume los logros del modelo familia y añade tres importantes principios: vida íntima, vida comunitaria, vida pública. Se trata de potenciar la individualidad, pero también la apertura a una comunidad más amplia. Las claves para ello son:

Cocina adaptada para una mayor autonomía personal. Foto: Carpintería Arguti (http://www.arguti.com)

Cocina adaptada para una mayor autonomía personal. Foto: Carpintería Arguti (http://www.arguti.com)

  • Apartamentos en lugar de habitaciones (es decir, con cocina individual)
  • Residencia como «centro comunitario» que participan en la vida social del barrio o la ciudad

La «5ª generación» se expresan en nuestro país con propuestas que incluyen atención integral centrada en la persona, ya sean jubilares (con iniciativa y autogestión de los propios interesados), o apartamentos con servicios (promovidos por un tercero), algunas viviendas con este tipo de atención (ej Etxean Ondo Domicilios), pisos compartidos intergeneracionales con estudiantes y atención a domicilio, etc. siempre que prevean a su vez una relación de inclusión en una comunidad más amplia. En este sentido, nos encontramos hoy en un momento en el que la apuesta más ambiciosa pasa por un modelo en el que la integración de «cuidados, tareas domésticas y asistencia social» (4ª generación) trasciende las paredes del complejo residencial.

manifestación personas mayoresEl modelo asistencial, en esta 5ª generación, se completa con una mejora de los sistemas de atención a domicilio, con propuestas de participación ciudadana, de mejora de los entornos de barrio y ciudad (ej. proyecto de Ciudades Amigables con las Personas Mayores…).

Como hemos comentado en otras ocasiones, la Unión Europea apuesta en la actualidad por una transición que va desde la atención institucional a los cuidados basados en la comunidad. Creemos que la opción más coherente con esta idea, y el mayoritario deseo de permanecer en el hogar será la paulatina transformación de comunidades de barrio a entornos donde envejecer en casa y verdaderamente incluidos en la comunidad.

El fin del modelo asistencialista

Jornada AICPEl modelo de atención a las personas con discapacidad y/o en situación de dependencia, donde un «experto» decide por la persona cada vez está más cerca de quedarse obsoleto. No nos vale ya el modelo paternalista que comprende a las personas con dependencia como «incapaces morales» de tomar decisiones por sí mismas. Así lo aseguraba ayer Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal. Se trata de dar protagonismo a la persona que requiere de la atención, para lograr una efectiva autonomía, independientemente del estado de salud o su grado de dependencia.

La apuesta: Atención Integral y Centrada en la Persona

No es una opinión aislada. Tampoco una teoría inalcanzable en la práctica. Venimos insistiendo desde hace tiempo que no lo es, y ayer tuvimos nuevamente la oportunidad de comprobarlo con una reivindicación unánime, de entidades de tanta representación como la SEGG, el CERMI, la Fundación ONCE o el IMSERSO, por la necesidad de generalizar el modelo de Atención Integral y Centrada en la Persona (AICP)

Principios y criterios AICP

Pilar Rodríguez. Principios y criterios para fundamentar un modelo de atención integral centrado en la persona. Informe Portal Mayores nº 106

En la jornada de ayer, reunidos en la sede del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, nos encontramos decenas de representantes de Administraciones Públicas, ONGs, asociaciones y fundaciones, profesionales y empresas, todas ellas con un objetivo compartido: poner de nuevo en común  la evidencia científica del éxito del nuevo modelo, basado en la participación de la persona en todas sus dimensiones. la Atención Integral y Centrada en la Persona (AICP).

César Antón, Director General de IMSERSO, aseguraba que hemos conquistado derechos sociales en los últimos años, gracias al trabajo de toda la sociedad, aunque siempre se tiene que seguir avanzando. El nuevo modelo de atención «es un presente ya, y desde luego es el futuro«. Para ello se ha de efectuar una transformación paulatina de los modelos de organización, la formación, una adaptación del trabajo de los profesionales, una mayor implicación de las familias… No hay marcha atrás.

La Administración Pública considera la AICP «presente y futuro», tal y como dijo César Antón, idea que apoyaron los representantes de otras administraciones como Josep Oliva, diputado de Bienestar Social de la Diputación de Barcelona, o  Milagros Marcos, consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de Castilla y León: no queremos vivir en un hotel, dijo ella, aunque sea de 5 estrellas, queremos vivir en nuestra casa. Para ello en Castilla y León se cuenta con más de 500 servicios «a la carta», servicios profesionales a domicilio. «Hemos dejado de pensar en historias médicas para pensar en historias de vida». Hemos dejado de jugar con puzzles o leer el periódico, si eso no lo hacían antes las personas atendidas, para criar gallinas, plantar lechugas, tener mascotas, ir a la compra… si eso es lo que quieren las personas.

La evidencia: Red de Buenas Prácticas Modelo y Ambiente

creatividadpremio5No solo los servicios públicos han apostado por este modelo, las empresas privadas han corroborado  que la Atención Integral y Centrada en la Persona es una opción de mejora de la productividad, se trata en todo caso de sistemas eficicientes desde el punto de vista de la gestión de los servicios, aseguraba Pilar Rodríguez. La prueba concluyente son las múltiples Buenas Prácticas de la Red Modelo y Ambiente, de las cuales ayer tuvieron público reconocimiento un puñado de ellas, en el I Premio Fundación Pilares 2014:

1) Como Buenas Prácticas más votadas en una primera fase por los internautas:

Xerocátering, servicio de atención social y alimentaria a personas mayores y/o en situación de dependencia. Grupo Sociser, en la categoría de «Servicios o programas de atención o intervención»

Asociación Jubilares, en la categoría de «Diseño y actuaciones ambientales y arquitectónicas»

Etxean Ondo Residencias y centros de día. Gobierno Vasco, Fundación Matia, en la categoría de «Investigación, evaluación y formación y/o acompañamiento»

2) Como Buenas Prácticas premiadas por el jurado:

Servicios o programas de atención o intervención: Atención Integral al Nuevo Lesionado Medular y/o sus Familias. Federación Nacional ASPAYM. Un proyecto que demuestra que se puede hacer música con un dedo, que «el mundo tiene infinitas posibilidades».

Diseño y actuaciones ambientales y tecnológicas: Programa de Adaptación Funcional de Viviendas de personas mayores de 65 años en la provincia de Barcelona. Servicio de Apoyo a Programas Sociales, Área de Atención a las Personas, Diputación de Barcelona. El proyecto ha permitido en poco tiempo que en 2.500 familias se haya mejorado la calidad de vida para seguir viviendo EN SU HOGAR.

Productos de apoyo y TIC: #ASPACEnet. ASPACE (Confederación Española de Federaciones y Asociaciones de Atención a las personas con Parálisis Cerebral y Afines). Ayer mismo era noticia: «hoy, por primera vez, Jose Manuel ha conseguido enviar un wsp de forma autónoma a su chica gracias al proyecto aMiAlcance!!!!»

Fabero En Mi Casa

Cuca, la perra-guía jubilada de la ONCE, adoptada en la residencia de Fabero

Innovaciones organizativas y metodológicas: “En mi Casa” de Fabero hemos adoptado una perra guía jubilada de la ONCE. Residencia San Blas de Fabero en León, Gerencia de Servicios Sociales, Consejería de familia, Junta de Castilla y León. Se trata de Cuca: la perra, una de las mascotas de la residencia, subió también a recoger el premio. Un gran símbolo…

Investigación, evaluación y formación y/o acompañamiento: Método RETAD: Rehabilitación y Entrenamiento con Tecnologías para Alzheimer y otras Demencias. ASISPA.

Acciones de comunicación: Entremayores. Nuestros Mayores Publicaciones.

La jornada de ayer fue una celebración, la de la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad y/o en situación de dependencia desde el respeto pleno a su dignidad y derechos y contando con su participación efectiva. Para ello colaboraron con la Fundación Pilares la  Fundación ONCE , Fundación Matía, Personalia, Asispa, Cermi, Ceapat, SEGG y la web acpgerontología de Teresa Martínez. Enhorabuena a todos, se trata de un esfuerzo colectivo que ya está dando importantes frutos.

La Fundación Pilares nos informó además de que se ha abierto el plazo de matrícula para el Máster en Atención Integral y Centrada en la Persona en Ámbitos de Envejecimiento y Discapacidad que organiza la Universidad de VIC para el curso 2014-2015, con la colaboración de la Fundación Pilares, la Fundación Matía, la SEGG y la administración pública Catalana.

 

Castilla y León decide «dar el paso definitivo»

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En 1987 una ley danesa prohibía la construcción de residencias tradicionales (institucionalizantes, tipo «hospital» u «hotel») en aquel país. No es el único lugar donde ocurre eso desde hace décadas. En la mayor parte de Europa, y desde la década de los 80, las personas tienen derecho a recibir atención en modelos tipo hogar. En nuestro país, la Ley de 2006 que solemos llamar de dependencia (y a veces olvidamos: «…y autonomía personal»), expresa el derecho a “la capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias así como de desarrollar las actividades básicas de la vida diaria.”

El modelo «en MI casa» se extenderá a todas las residencias de personas mayores en la comunidad autónoma de Castilla y León.

En coherencia con ello, el objetivo del modelo experimentado en los últimos tiempos en Castilla y León «en MI casa» es que la persona se encuentre efectivamente «como en casa». Allí cada persona puede elegir sus propios horarios, qué desea comer, qué actividades realizar… Se cuenta con la historia de vida (los acontecimientos más importantes de sus vida, los aspectos positivos, sus capacidades, sus ilusiones, sus realizaciones, sus relaciones) y el proyecto de vida (las metas que la persona se propone, sus sueños, preferencias, gustos, intereses, y los recursos y apoyos necesarios). Las actividades a realizar son significativas incluidas en la cotidianeidad del hogar (preparar comidas, lavar la ropa, coser, tejer, cuidar las plantas…).  Los profesionales no llevan uniformes porque «un hogar no es una institución». La historia clínica, que narra nuestras limitaciones, pasa así a segundo plano, para que la historia y el proyecto de vida vayan por delante, poniendo en valor nuestras capacidades, todas las que nos queden.

Logo EN MI CASALos módulos de convivencia son de hasta 12 habitaciones, principalmente de uso indiviudal. La decoración, participada por los usuarios de cada unidad, está basada en el «modelo hogar«, con elementos personales del residente y buscando la calidez del espacio: luces indirectas, rincones de estar, cortinas, cojines, cuadros, lámparas…

Hasta ahora el proyecto «en MI casa» se ofrecía en 44 unidades de convivencia en toda la comunidad autónoma. Ahora la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, ha anunciado que tras evaluar los buenos resultados obtenidos hasta ahora, «ha llegado el momento de dar el paso definitivo para su extensión». Así se espera que en 2015 al menos 100 unidades de convivencia estén operativas.

El proyecto «en MI casa» forma parte de las buenas prácticas de la Red Modelo y Ambiente, un proyecto de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal mediante el que se  pretende recopilar, sistematizar y divulgar Buenas Prácticas (BBPP) , coherentes con alguna de las dimensiones relacionadas con el modelo de atención integral y centrada en la persona y dirigidas a incrementar la calidad de vida de personas en situación de fragilidad, discapacidad o dependencia. Durante el mes de abril una votación pública valorará dichas propuestas, entre las que se encuentran nuestra iniciativa «Asociación Jubilares«.  Os animamos a conocer la Red y participar con vuestro voto en las 6 categorías: para ello pulsa aquí.

La apuesta de la Junta de Castilla y León es una gran noticia. Insistimos hoy de nuevo: no hay marcha atrás. Las residencias de personas mayores, también las de titularidad privada, están asumiendo el reto. Este cambio supone una inversión con importantes retornos (económicos y sociales), coherente con el derecho subjetivo a la autonomía personal recogido en la Ley de Dependencia de 2006: una persona que necesita ayuda no puede por ello perder su condicón de persona y su dignidad. De ahí que éste sea el único camino.

Enhorabuena.

Mayores dependientes, mayoría independiente

Una quinta parte de las personas mayores (las que ya han cumplido los 65) se encuentra en situación de dependencia.
Otro 10% tiene algún tipo de discapacidad.

Aclaración: no debemos confundir «dependencia» (como estado de salud) con «tasa de dependencia», que es un índice demográfico que expresa el número de personas inactivas respecto de la población activa. Este indicador sí irá en aumento en los próximos años debido al descenso de la natalidad y el incremento de la esperanza de vida. Pero no hace ncesariamente que seamos personalmente más «dependientes»… Veamos:

dependencia y discapacidad mas de 65

Porcentajes de discapacidad y dependencia en personas de 65 y más años.
Fuente: INE: INEMBASE: Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia (EDAD) 2008. Consulta en febrero de 2011.

Según Cristina Villaplana, «El Consejo de Europa (1998) definió de manera general la dependencia como el estado en el que se encuentra una persona que necesita la asistencia de otra para realizar determinadas actividades». En España la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, «establece 3 grados de dependencia: dependencia moderada cuando la persona necesita ayuda para realizar actividades de la vida diaria al menos una vez al día, dependencia severa cuando necesita ayuda dos o tres veces al día, y gran dependencia cuando necesita ayuda varias veces al día y debido a su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisa del apoyo continuo de otra persona.»

Parece que, desde las distintas hipótesis que mantienen los expertos citados por Villaplana, a pesar de la futura previsión de mayor esperanza de vida, el tiempo en que, de promedio, permanezcamos con algún tipo de dependencia, se mantendrá constante o se reducirá moderadamente. Es decir, viviremos más años y el tiempo de «vida libre de discapacidad» aumentará en la misma cantidad.

Mientras, seguiremos manteniendo unos 3-5 años con discapacidad (algo más las mujeres que los hombres), según la distribución que nos mostraban Antonio Abellán y Rogelio Pujol en un interesante artículo de Envejecimientoenred:

figura-2-esperanza-de-vida-libre-de-discapacidad-por-edad-y-sexo-total-nacional-2008

Esperanza de Vida Libre de Discapacidad, por edad y sexo, total nacional 2008

En otro artículo estos mismos autores muestran cómo la «mala salud mental» está presente en el 15% de los casos de las personas entre 65-74 años, y aumenta hasta poco más del 30% en las personas por encima de los 85 años. En fin, no son datos que agraden a nadie, pero en todo caso vienen a desmentir el estereotipo de persona mayor como principalmente dependiente o con mala salud… Una gran mayoría de las personas mayores no tienen ningún tipo de discapacidad ni dependencia.

Ya vemos que las estadísticas nos ofrecen hoy muchos años de buena salud y algunos con discapacidad. Nos interesa reflexionar sobre el caso de personas que envejecen juntas.  En una residencia de mayores el porcentaje de personas dependientes es mucho más alto (la mayor parte acuden cuando ya están en situación de dependencia). Pero las personas que viven en su casa, también en un jubilar (=»senior cohousing» con previsión de AICP) pueden tener en principio un perfil similar al conjunto de la población. Así pues, podemos concluir que pasados unos años en una cooperativa tipo jubilar:

– Estadísticamente se alcanzaría con el tiempo un porcentaje relativamente estable de un 20% de personas dependientes (30% con discapacidad) en mayor o menor grado, suponiendo un grupo de personas todas de más de 65. Por ejemplo, para una comunidad de unas 40 personas, 8 de ellas podrían ser dependientes. De ellas, las de «moderada dependencia»se pueden ayudar de forma espontánea por los amigos con los que vive, o con un asistente que ayuda a varias personas. Si el grupo cuenta con personas de edad algo menor, la estadística sería más baja.

– Aunando la gráfica de esperanza de vida y esperanza de vida libre de discapacidad podemos concluir que, pasados los años de vida en una comunidad tipo jubilar, no es lógico pensar en un resultado de personas mayoritariamente dependiente. Se trata de uno de los clásicos miedos que nos han sugerido en algunas ocasiones. El perfil del grupo, incluyendo una rotación natural de integrantes de la cooperativa, será más bien una distribución de personas dependientes y no dependientes cercana a la regla general comentada (el 20%). La mayor parte de las personas fallece sin pasar por una etapa de dependencia. Y las nuevas generalmente vuelven a ser no dependientes.

Habitantes del senior cohousing Solinsieme, en Saint Gall (Suiza)

Aunque manejamos ciertas hipótesis, aún no disponemos de evidencia científica acerca de si la vida activa que aportan los «cohousing» puede aumentar la esperanza de vida, reducir los tiempos de dependencia o simplemente hacerlos más llevaderos. Y es que los ejemplos internacionales de senior cohousing rara vez cuentan con la posibilidad de que, por ejemplo, un enfermo de Alzheimer siga permaneciendo en ese hogar. Muchos de los complejos ni siquiera son accesibles a personas con alguna discapacidad física. Pero sí que disponemos de estudios que corroboran la hipótesis en entornos análogos, como Unidades de Convivencia en residencias… Nuestra asociación apuesta por un modelo de vida en cohousing hasta cualquier nivel de dependencia. Es el deseo de la mayoría de los que se embarcan en esta aventura. Y hoy sabemos que es posible «vivir en casa» con la asistencia (de tipo domiciliaria) adecuada, bajo un modelo de atención integral y centrada en la persona.

Vivir con un robot

De la película "Robot&Frank"«Investigadores diseñan un robot de bajo coste que asiste a personas mayores en sus domicilios». Es el titular que nos desayunábamos ayer. Un paso más en la aplicación de las nuevas teconologías a la asistencia de personas con dependencia o discapacidad, o simplemente para ayudar a hacer las cosas más fáciles.

El proyecto ha sido liderado por el investigador Joaquín Ferruz Melero, del Grupo de Robótica, Visión y Control de la Universidad de Sevilla y han participado investigadores de Sevilla, Huelva, Córdoba y Extremadura. El equipo funciona en «entornos domésticos inteligentes»; esto es, según la descripción en prensa, el robot comprende órdenes sencillas y realiza tareas en ese entorno; para ello esos espacios están dotados de sensores y actuadores ambientales que ayudan al usuario.

La novedad reside en la autonomía y el precio del robot, de medio metro de altura y unos siete kilos de peso. «El objetivo final es que el robot se compre al mismo precio que un electrodoméstico, entre 500 y 1.500 euros, porque se le pueden añadir extras. Incluso exploramos que se pueda alquilar por un tiempo», según Nieves Pavón, investigadora de la Universidad de Huelva.

Termina el artículo diciendo que «Los expertos trabajan ahora en experimentos que simulan cómo funcionaría el robot en un domicilio. El siguiente paso es configurar un prototipo más robusto para probar en residencias o grupos de varias viviendas con la idea de comprobar la aceptación del usuario

La noticia desde luego tiene su interés. El desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas a la asistencia es una necesidad real. Si hay que ponerle un pero a la noticia es la de la última frase, que nos alerta. A nosotros, que pensamos que las personas son el mejor medio y el único fin para vivir dignamente, que creemos en sistemas centrados en las personas, eso de «comprobar la aceptación del usuario» nos suena raro. ¿No será el robot el que tendrá que adaptarse a mí?

La otra cuestión que no hay que olvidar es que la ayuda innecesaria genera una nueva dependencia. Para cualquier ayuda al dependiente (sea mediante recursos humanos o materiales) habrá que lograr que dicha ayuda sirva realmente para hacer más autónoma a la persona y no cree más dependencia. En las actividades cotidianas encontramos la clave para un envejecimiento activo y una ayuda en exceso (en aquello para lo que sí estamos capacitados) puede llegar a incapacitar. Por el contrario, tal y como ya se está comprobando, lograr oportunidades para hacer, crear, pensar, moverse, comunicar… es la mejor forma de tener una vida saludable, autónoma y digna.

Queremos entornos, dispositivos inteligentes, pero no para que las personas lo sean menos. Enhorabuena por ese robot. Esperamos que logre hacer muchas cosas, cada vez más. También esperamos emplear nuestra propia inteligencia y no tener que usar de todas sus capacidades.

La futura vivienda de los mayores. ¿Cuestión de arquitectura?

NOTA 1-dic-2013: sentimos constatar que a día de hoy se ha retirado el enlace al vídeo recomendado en este post.

«¿Cómo queremos vivir cuando seamos ancianos?» Es la pregunta que plantea el video que nos llegó hace unos días que mostramos a continuación. (Pincha en la foto o aquí)

Viviendas para mayores

En él se expresa una idea preocupante: «El poder vivir de manera autónoma en la vejez es a menudo una cuestión de dinero».  Varias de las iniciativas que se presentan en el vídeo así lo ilustran, pero ¿son ejemplos significativos de lo que realmente está ocurriendo en el mundo? ¿Son las viviendas, y además a alto precio, las que garantizarán la autonomía? Los ejemplos mostrados de vivienda «sin umbral» o completamente acristaladas no son precisamente los más adecuados desde un punto de vista gerontológico y mucho menos sostenibles. Sorprende encontrar la casa de Philip Johnson como paradigma de arquitectura para la tercera edad, solo porque su autor vivió allí hasta su muerte…

El centro del video informativo es una exposición de arquitectura y sus palabras nos hablan de edificios, espacios, azoteas y cristales. Sí, incluso de «productos de mercado». Aunque se menciona el ejemplo de cohousing suizo Solinsieme, o el multigeneracional de Stuttgart, su descripción es meramente «visual». Ya lo hemos comentado en otras ocasiones, mirar el problema de la vivienda de los mayores desde el «producto arquitectónico» pensamos que es un error. Los modelos innovadores se fundamentan en las relaciones humanas, las previas y las que se proponen. Sin querer menospreciar el producto arquitectónico (es más, estamos por la redefinición de un buen producto más humano), el éxito de las experiencias de cohousing no viene principalmente de sus edificios, sino de la construcción previa de una fuerte comunidad. Y la solución para el alojamiento de los millones de personas mayores no residirá en un nuevo producto «vivienda flexible» como dice en el vídeo Annette Becquer, sino en la adaptación de las comunidades de vecinos, barrios y ciudades para que éstas logren una verdadera inclusión. Las residencias de mayores no se enfrentarán al futuro con la implementación de domótica y habitaciones más atractivas, sino con sistemas de organización y asistencia centrados en las personas. Finalmente, la clave de las ciudades amigables con las personas mayores no está en el diseño de aceras accesibles, ni en la colocación de bancos por parte de los poderes públicos, sino en los procesos participativos que transformarán esas ciudades.

Vivir de forma autónoma no puede plantearse como una cuestión de dinero. Se es verdaderamente autónomo rodeado de personas. La señora del vídeo, que regaló su preciosa casa a sus hijos y se construyó otra a su lado es autónoma porque vive cerca de sus hijos, más que por el diseño de aquella. El problema de la futura vivienda para los mayores tendrá que hacer olvidar al arquitecto su sueño ególatra centrado en los edificios y volver la mirada a la comunidad.

SOBRE LAS JORNADAS “INFLUENCIA DE LA EDUCACIÓN Y LA SENSIBILIZACIÓN SOCIAL EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD PARA TODAS LAS EDADES”:

logos CGCEES IMSERSO

Durante los días 1 y 2 de octubre se han celebrado en el salón de Actos del IMSERSO y dentro del “Plan de Formación Especializada en Servicios Sociales 2013” las Jornadas sobre “Influencia de la educación y la sensibilización social en la construcción de una sociedad para todas las edades” a las que hemos tenido la suerte de poder asistir. Han sido organizadas por el IMSERSO y el CGCEES (Consejo General de Colegios de Educadores y Educadoras Sociales).

En estos dos días se han presentado herramientas y enfoques con los que abordar los problemas derivados del proceso de envejecimiento de nuestra sociedad (desde la educación y sensibilización social con especial atención a las relaciones intergeneracionales), así como la puesta en común de experiencias reales llevadas a cabo en distintos programas. En otras palabras, buscar y analizar maneras de actuar para fomentar el envejecimiento activo y la integración social del mayor.

De las experiencias analizadas nos resultó especialmente reseñable por su longevidad, su impacto social y su elección como modelo ejemplar para otros municipios, la labor conjunta realizada en Marchena entre distintas administraciones (Ayuntamiento, Diputación y Junta).

De las variadas intervenciones realizadas en las jornadas, extraemos algunos conceptos que consideramos de interés y calado para mayor profundización:

Aprendizaje a lo largo de la vida: se define como toda actividad formativa emprendida en cualquier momento del ciclo vital de una persona con el fin de mejorar sus conocimientos teóricos o prácticos, sus destrezas, competencias y/o cualificaciones por motivos personales, sociales y/o profesionales. Hemos de concienciarnos de que siempre, aunque sea informalmente, estamos aprendiendo y debemos de estar preparados para que la vejez (por madurez, por el tiempo disponible, por la libertad de elección), pueda convertirse uno de los periodos más interesantes en nuestro aprendizaje y realización personal. Subyace en este concepto la visión de la tercera edad como un periodo más de cualquier biografía, plena de oportunidades de desarrollo y enriquecimiento personal, por encima de visiones tradicionales, segregadoras y paralizantes, que conciben la etapa de mayor como un “retiro” a todos los efectos.

Gerontopedagogía centrada en la persona: se desarrollan metodologías de enseñanza que superan el adoctrinamiento o la tutela. Se pasa a entender los procesos formativos como colaborativos entre los participantes, en los que se debe contemplar tanto los conocimientos previos de los asistentes y todo lo que éstos pueden aportar como la implicación emocional que a través de la  estimulación y la motivación configure las mejores vías hacia el aprendizaje.

plantando-en-el-parque1, del blog de Roser BatlleAprendizaje-servicio: estrategia educativa de presencia internacional que une el proceso formativo con el servicio comunitario. Utiliza como bazas la tangibilidad de sus resultados y la satisfacción de los intervinientes y consigue una fuerte motivación fomentando la concienciación, la observación, la curiosidad y la colaboración.

Red española de aprendizaje-servicio

Aprendizaje-servicio en el blog de Roser Batllé

Ciberanimación: Un enfoque de las nuevas tecnologías (generalmente denominadas TIC) que se centra en los objetivos a conseguir más que en los medios que se utilizan para conseguirlos. Se difumina la barrera entre el mundo “digital” y el mundo “real”: tras las TIC tan sólo hay personas que desean comunicarse y relacionarse, sólo que a través de unos canales específicos. Esta visión supone una superación de los enfoques de formación utilizados para las tecnologías, que sólo hacen énfasis en el manejo de la herramienta, para saltar a planteamientos “utilitaristas”: planteándome qué quiero conseguir, aprenderé a usar las herramientas tecnológicas que necesito para conseguirlo.

Sobre todos estos conceptos planea una visión que sin duda compartimos, la de una vivencia de la etapa de mayor activa, intensa, guiada por la curiosidad y el afán de mejora personal. Un actitud que supone el primer requisito para conservar la autonomía personal durante toda la vida.

En mi casa hasta cualquier nivel de dependencia

Etxean Ondo es un Proyecto Piloto promovido por Gobierno Vasco que pretende aplicar el Modelo de Atención Centrado en la Persona, orientado a «conseguir mejoras en todos los ámbitos de la calidad de vida y el bienestar de la persona, partiendo del respeto pleno a su dignidad y derechos, de sus intereses y preferencias, y contando con su participación». En el vídeo que presentamos, «Estar como en casa«, de la Fundación Matía, podemos ver cómo se revoluciona una residencia de mayores cuando las cuidadoras dejan de usar bata blanca y se dirigen a los mayores para preguntar «¿Y qué os apetece que hagamos?» o «¿Me echas una mano para poner la mesa?».

Los centros residenciales de mayores que han implantado este sistema en España son aún escasos. Pero los resultados de las unidades de convivencia donde «trabajar lo cotidiano como terapéutico» son espectaculares. Si la persona mayor puede hacer la cama, sigue haciendo la cama. Y la comida en la medida que pueda, la plancha… ¿Por qué no elegir el menú, con el consejo (no la imposición) de las cuidadoras… Y es que sabemos que una excesiva asistencia crea más dependencia.

Las dificultades que proyectos como Etxean Ondo han de salvar son enormes. Porque las normas que regulan las residencias de mayores imposibilitan la adaptación a las preferencias del mayor hasta el punto en que lo hace esta experiencia. Porque la resistencia inicial de los propios profesionales es alta… De los resultados que se obtengan en proyectos como este habrán de venir inevitables cambios normativos en la regulación de las residencias de personas mayores.

Para un jubilar, o senior cohusing, donde a diferencia de las residencias, la persona mayor sí vive en su propia casa sin la obligatoria tutela de un director de residencia o comisión gestora, el modelo de atención integral y centrado en la persona es el único válido, porque implanta solo los servicios de atención que se necesitan (no los ratios que marca una ley), porque la responsabilidad y la toma de decisiones sigue siendo de la persona, porque valora las capacidades sobre las discapacidades, porque garantiza la máxima autonomía de la persona, porque si en la residencia de mayores este sistema sirve para «estar como en mi casa», en el jubilar sirve para estar en casa hasta cualquier nivel de dependencia.