Etiquetado: discapacidad

Cohousing: autonomía y participación. Durrett en Madrid

Actualización: Vídeo de la jornada completo aquí.

En unos días tendrá lugar la Jornada de Formación Especializada en Servicios Sociales de IMSERSO «Cohousing: Autonomía y Participación en la creación de alternativas residenciales». La Asociación Jubilares ha colaborado en la organización de la misma. Entre sus objetivos se encuentran:

  • Cartel Cohousing 2015Dar a conocer cómo los principios de la Autonomía personal y la Participación se emplean de forma efectiva para la generación de alternativas residenciales como el “Cohousing” para personas mayores y otros colectivos vulnerables.
  • Presentar, frente a un enfoque de modelo arquitectónico residencial, una visión del cohousing como proyecto integral que genera un estilo de vida autónomo y de inclusión en la comunidad, a partir de un inusual trabajo de participación directa de las personas implicadas en todo momento.
  • Finalmente, exponer los retos y las oportunidades del modelo “cohousing” como modelo coherente con el paradigma de Atención Integral y Centrada en la Persona, así como el carácter ejemplificante para el desarrollo de alternativas residenciales o de vida en comunidad en diversos colectivos.

La jornada está dirigida a profesionales del ámbito de la gerontología, organizaciones de personas con discapacidad, responsables de adminstraciones públicas (especialmente ayuntamientos), pero sobre todo a las personas mayores o cercanas a la edad de jubilación, y personas de cualquier edad interesadas en formas de vida colaborativa. El lugar de encuentro será el CEAPAT (Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas), C/ Los Extremeños, 1, Madrid. La entrada es gratuita. Aquí, el programa.

Puedes inscribirte aquí: http://www.imserso.es/imserso_01/innovacion_y_apoyo_tecnico/formacion_especializada/index.htm

El «creador» del Cohousing: Charles Durrett

DurrettHemos de agradecer enormemente el esfuerzo del arquitecto Charles Durrett, que aceptado la invitación para desplazarse a Madrid para compartir con todas las personas asistentes su vasta experiencia en la creación de experiencias de Cohousing y Senior Cohousing. Fueron precisamente él y su mujer, Kathryn McCamant, los que, después de recorrerse decenas de comunidades en Europa, introdujeron en los años 80 el término «Cohousing» en el Oxford English Dictionary. Desde entonces han asesorado sólo en EEUU a más de 50 comunidades y a muchas más en otros lugares del mundo. Y por cierto, popularizaron el término también en países de habla no inglesa.

Durrett no solo ha investigado durante décadas sobre Cohousing, escrito varios libros y trabajado como falicitador de este tipo de comunidades, sino que personalmente vive en ellas desde hace muchos años. Tendremos la oportunidad de charlar con él y plantear las dudas y curiosidades que os parezcan pertinentes, en una jornada que esperamos resulte eminentemente participativa.

Experiencias pioneras en España: Profuturo y Trabensol

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Jaime Moreno

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Felipe Martín

El lugar, el tiempo, las personas que impulsaron la creación de estos complejos residenciales, los métodos de creación de comunidad y diseño del lugar donde querían vivir… son diferentes. Pero en todo caso ambas experiencias son fruto de una principal necesidad (querer tomar las riendas de la propia vida en la etapa de mayor) y ambas se desarrollaron con mucha intuición, con referencias diversas aunque sin el conocimiento que hoy día tenemos acerca de las experiencias de Cohousing en todo el mundo. Será interesante contrastar con la experiencia de Durrett, y conocer, por boca de algunos de sus creadores (Felipe Martín, de Profuturo; Jaime Moreno, de Trabensol), cómo se gestaron; también cómo viven estas comunidades en la actualidad.

La atención a la dependencia. Cohousing como oportunidad para personas y colectivos en situación de fragilidad

Pilar Rodríguez

Pilar Rodríguez

Son asuntos que preocupan a las personas mayores que se acercan al concepto de Cohousing: ¿qué ocurre con la dependencia? Hoy tenemos claro que la independencia y la autonomía son cuestiones muy distintas. Ésta última es un derecho y se ha de garantizar en todo caso. Las oportunidades que ofrece el modelo de Cohousing (tanta comunidad como se desee, tanta privacidad como quieras; desarrollo de actividades significativas para la propia vida; accesibilidad en el caso de los jubilares, participación hasta límites inéditos…) son garantía de éxito para un envejecimiento exitoso, donde la persona es dueña de su vida. Los servicios de atención, cuando son necesarios, se han de diseñar sobre estos fundamentos. Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal, nos contará cuáles son esos principios y los criterios de planificación, integral y centrada en la persona, coherentes con ellos.

Gonzalo Berzosa

Gonzalo Berzosa

Gonzalo Berzosa, Director de la Escuela de Familias y Discapacidad de la Fundación Mapfre, quiere lanzar un guante: las personas con discapacidad intelectual y cognitiva y sus familias requieren de soluciones que, nuevamente, garanticen altas cotas de autonomía e inclusión en la comunidad. Los valores del Cohousing parecen dar respuesta a esta necesidad. ¿Cuáles son los retos que plantea este modelo de cara a colectivos vulnerables?

Presentación de «El Manual de Senior Cohousing»

cubierta.inddFue una afortunada noticia que IMSERSO eligiera para el encuentro que venimos comentando una sede con la significación del CEAPAT. Es asimismo una verdadera alegría para todos que sea precisamente en ese lugar donde vea la luz la edición en español del mítico Manual del Senior Cohousing, escrito por Charles Durrett en 2009 para el público norteamericano. La lectura del libro servirá para darse cuenta de que no somos tan distintos daneses, estadounidenses, españoles, latinoamericanos… sino personas con necesidades similares e igualmente preparadas para ejercer nuestros derechos y nuestra sed de vida colaborativa. La aportación de nuestra Asociación Jubilares no se basa tanto en una supuesta adaptación al contexto español de un modelo que es sin duda universal, sino más bien en el trabajo para la evolución de dicho modelo, como diseño integral y centrado en la persona y basado más que nunca en la autonomía personal y la inclusión en la comunidad. Es la razón para añadir en este libro dos anexos al trabajo original de Charles Durrett, y que pretenden introducir una mirada complementaria.

El libro, editado por Dykinson con la colaboración de Jubilares, es ya una realidad gracias al trabajo de socias y amigas de nuestra (vuestra) asociación, así como a la participación económica de más de 80 personas y organizaciones, mediante la campaña de crowdfunding en Verkami. A todas ellas, muchas gracias. Por cierto que es de justicia destacar la especial aportación de las siguientes entidades:

logos Manual Senior Cohousing: Cohousing Verde - Dédalo - Lledó Iluminación - MMN Arquitectos - Matía Instituto Gerontológico - Living Cohousing - Fundación Pilares - Serpentina Senior - Sostre CívicDurante el mes de septiembre mantendremos el precio especial de lanzamiento que propusimos durante la campaña de crowdfunding (30€ + gastos de envío si es necesario). Puedes dirigirte a info@jubilares.es para solicitar tu ejemplar si así lo deseas.

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Viviendas «adecuadas». Es de ley

Derecho a una vivienda digna. Sergio Barranco

Derecho a una vivienda digna. Sergio Barranco

Tenemos derecho a una vivienda DIGNA: coherente con nuestra naturaleza (humana), confortable, resistente a las condiciones ambientales, con el tamaño adecuado, en condiciones de salubridad e higiene…

Pero además, tenemos derecho a una vivienda ADECUADA: a nuestras necesidades, condiciones o circunstancias. como seres humanos que nos relacionamos con los demás y con la naturaleza, que permita nuestro desarrollo personal, la participación social, la libertad y la autonomía…

Por cierto que una vivienda adecuada solo es posible en un entorno adecuado: infraestructuras, espacios públicos, equipamientos,…

Esto no solo es válido para las personas mayores, ni para las dependientes, ni para las personas con discapacidad, ni para las inmigrantes, ni para las que poseen pocos recursos, no solo es un derecho de las personas que se están muriendo, ni de las que trabajan lejos de su hogar, ni de las que no recuerdan dónde está su casa… ¡Es para todas!

Viviendas y entornos que promuevan el encuentro y formación de tejido social, en lugar de aislarnos, que compongan lugares donde vivir todos juntos. En realidad no es mucho pedir, ya estamos en 2014:

Constitución Española (1978). Art. 47

«Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.»

Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Art. 25

«Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.»

Pacto Internacional del los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966). Art. 11.1

«Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia…»

Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006). Art. 28.1

«Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a un nivel de vida adecuado para ellas y sus familias, lo cual incluye alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a la mejora continua de sus condiciones de vida, y adoptarán las medidas pertinentes para salvaguardar y promover el ejercicio de este derecho sin discriminación por motivos de discapacidad.»

Mayores dependientes, mayoría independiente

Una quinta parte de las personas mayores (las que ya han cumplido los 65) se encuentra en situación de dependencia.
Otro 10% tiene algún tipo de discapacidad.

Aclaración: no debemos confundir «dependencia» (como estado de salud) con «tasa de dependencia», que es un índice demográfico que expresa el número de personas inactivas respecto de la población activa. Este indicador sí irá en aumento en los próximos años debido al descenso de la natalidad y el incremento de la esperanza de vida. Pero no hace ncesariamente que seamos personalmente más «dependientes»… Veamos:

dependencia y discapacidad mas de 65

Porcentajes de discapacidad y dependencia en personas de 65 y más años.
Fuente: INE: INEMBASE: Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia (EDAD) 2008. Consulta en febrero de 2011.

Según Cristina Villaplana, «El Consejo de Europa (1998) definió de manera general la dependencia como el estado en el que se encuentra una persona que necesita la asistencia de otra para realizar determinadas actividades». En España la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, «establece 3 grados de dependencia: dependencia moderada cuando la persona necesita ayuda para realizar actividades de la vida diaria al menos una vez al día, dependencia severa cuando necesita ayuda dos o tres veces al día, y gran dependencia cuando necesita ayuda varias veces al día y debido a su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisa del apoyo continuo de otra persona.»

Parece que, desde las distintas hipótesis que mantienen los expertos citados por Villaplana, a pesar de la futura previsión de mayor esperanza de vida, el tiempo en que, de promedio, permanezcamos con algún tipo de dependencia, se mantendrá constante o se reducirá moderadamente. Es decir, viviremos más años y el tiempo de «vida libre de discapacidad» aumentará en la misma cantidad.

Mientras, seguiremos manteniendo unos 3-5 años con discapacidad (algo más las mujeres que los hombres), según la distribución que nos mostraban Antonio Abellán y Rogelio Pujol en un interesante artículo de Envejecimientoenred:

figura-2-esperanza-de-vida-libre-de-discapacidad-por-edad-y-sexo-total-nacional-2008

Esperanza de Vida Libre de Discapacidad, por edad y sexo, total nacional 2008

En otro artículo estos mismos autores muestran cómo la «mala salud mental» está presente en el 15% de los casos de las personas entre 65-74 años, y aumenta hasta poco más del 30% en las personas por encima de los 85 años. En fin, no son datos que agraden a nadie, pero en todo caso vienen a desmentir el estereotipo de persona mayor como principalmente dependiente o con mala salud… Una gran mayoría de las personas mayores no tienen ningún tipo de discapacidad ni dependencia.

Ya vemos que las estadísticas nos ofrecen hoy muchos años de buena salud y algunos con discapacidad. Nos interesa reflexionar sobre el caso de personas que envejecen juntas.  En una residencia de mayores el porcentaje de personas dependientes es mucho más alto (la mayor parte acuden cuando ya están en situación de dependencia). Pero las personas que viven en su casa, también en un jubilar (=»senior cohousing» con previsión de AICP) pueden tener en principio un perfil similar al conjunto de la población. Así pues, podemos concluir que pasados unos años en una cooperativa tipo jubilar:

– Estadísticamente se alcanzaría con el tiempo un porcentaje relativamente estable de un 20% de personas dependientes (30% con discapacidad) en mayor o menor grado, suponiendo un grupo de personas todas de más de 65. Por ejemplo, para una comunidad de unas 40 personas, 8 de ellas podrían ser dependientes. De ellas, las de «moderada dependencia»se pueden ayudar de forma espontánea por los amigos con los que vive, o con un asistente que ayuda a varias personas. Si el grupo cuenta con personas de edad algo menor, la estadística sería más baja.

– Aunando la gráfica de esperanza de vida y esperanza de vida libre de discapacidad podemos concluir que, pasados los años de vida en una comunidad tipo jubilar, no es lógico pensar en un resultado de personas mayoritariamente dependiente. Se trata de uno de los clásicos miedos que nos han sugerido en algunas ocasiones. El perfil del grupo, incluyendo una rotación natural de integrantes de la cooperativa, será más bien una distribución de personas dependientes y no dependientes cercana a la regla general comentada (el 20%). La mayor parte de las personas fallece sin pasar por una etapa de dependencia. Y las nuevas generalmente vuelven a ser no dependientes.

Habitantes del senior cohousing Solinsieme, en Saint Gall (Suiza)

Aunque manejamos ciertas hipótesis, aún no disponemos de evidencia científica acerca de si la vida activa que aportan los «cohousing» puede aumentar la esperanza de vida, reducir los tiempos de dependencia o simplemente hacerlos más llevaderos. Y es que los ejemplos internacionales de senior cohousing rara vez cuentan con la posibilidad de que, por ejemplo, un enfermo de Alzheimer siga permaneciendo en ese hogar. Muchos de los complejos ni siquiera son accesibles a personas con alguna discapacidad física. Pero sí que disponemos de estudios que corroboran la hipótesis en entornos análogos, como Unidades de Convivencia en residencias… Nuestra asociación apuesta por un modelo de vida en cohousing hasta cualquier nivel de dependencia. Es el deseo de la mayoría de los que se embarcan en esta aventura. Y hoy sabemos que es posible «vivir en casa» con la asistencia (de tipo domiciliaria) adecuada, bajo un modelo de atención integral y centrada en la persona.

La accesibilidad en la evacuación, una asignatura pendiente

«No es una utopía. Que el diseño de la ciudad sea para todos, niños y mayores, que se deje de hablar de lo accesible porque esto será inherente al diseño».

Miriam Pastor Seller es arquitecta experta en accesibilidad, autoprotección y protección pasiva y activa. Su trabajo de posgrado «Claves en la Accesibilidad Intermodal» le valió el premio PRODIS 2012-13. El viernes pasado charlamos con ella sobre este documento y su trascendencia en la comprensión de una ciudad para todos.

Escaleras Moncloa2Los intercambiadores de transporte son espacios de relativa nueva creación. Miriam Pastor decidió estudiar la manera en que se favorece el uso y la orientación («wayfinding») de «todos los usuarios«.

En colaboración con el CRTM se decide analizar el Intercambiador de Plaza Elíptica de Madrid, aunque el diagnóstico y las medidas propuestas son válidos para otros intercambiadores «con el objetivo de alcanzar una óptima interrelación de todos con el transporte y sus instalaciones. De una forma más ambiciosa el trabajo pretende que se formule la normativa vigente integrando aspectos de accesibilidad».

El análisis se dirige hacia el acceso y uso, pero también en la evacuación del edificio. Los dos primeros aspectos suelen tomarse en consideración y en el diseño de los edificios y espacios públicos es habitual considerar a las personas con alguna discapacidad. Pero en la evacuación encontramos graves carencias. El problema no es propiamente del edificio, sino de la normativa. Así los estudios de Miriam se centran en este último aspecto, comparando nuestra normativa con la vigente fuera de nuestras fronteras y proponiendo un buen número de ideas para mejorar en este sentido. «Con este trabajo se pretende resaltar que la estandarización de estas medidas supondría una mejora sustancial de la calidad de las medidas de evacuación, al igual que ya ha ocurrido en la actualidad en otros campos de la vida diaria, como por ejemplo los autobuses de piso bajo o las rampas de uso peatonal construidas en dependencias del metro, que aumentan la comodidad del transporte».

Las ideas incluidas en su trabajo benefician a los potenciales usuarios. Éstos eran personas con algún tipo de discapacidad permantente (personas que requieren silla de ruedas, o muletas, o con deficiencias visuales, auditivas o intelectuales), o discapacidad transitoria (personas con muletas, embarazadas, personas que portan carrito o portadores de bolsas u objetos en general), así como personas mayores y personas que no conocen el idioma. Personas por cierto «seguramente con capacidades distintas a las que tenemos tú o yo. Jamás deberíamos hablar de «discapacitados», sino de «personas con alguna discapacidad»«. El método aplicado por Miriam fue analizar cada uno de los parámetros estudiados y aplicarlos a cada grupo de personas mencionado.

«La participación de los usuarios al formular propuestas es básica, ya que conociendo su percepción de los espacios podemos entender mejor el factor comportamiento, además de en el uso, en la evacuación, fundamental en el diseño de todo espacio». Las personas con discapacidad intelectual del grupo «Autogestores de la fundación Aprocor» lograron ponerse en situación y señalar importantes ideas. Miriam recuerda con emoción cómo de fructífera fue la experiencia. «Por ejemplo uno de ellos decía: «yo lo primero que haría en esa situación es llamar por teléfono». Así encontramos por ejemplo que la cobertura móvil es fundamental en este tipo de lugares».

El resultado del trabajo de Miriam Pastor fue una treintena de medidas cuya estandarización es posible. Esperemos por tanto que trasciendan, como era el objetivo inicial, a la normativa y hacia otros edificios de uso público de cualquier comunidad autónoma.

¿Una utopía, decíamos al principio? Creemos como Miriam que no. La accesibilidad será inherente al diseño, como lo es la salubridad o la seguridad estructural. Se trata de seguir dando ejemplo, para ello aprovechamos para recordar que en la Segunda Fase del Proyecto ESTAC el Ceapat quiere dar continuidad a su proyecto creado en 2012 con el objetivo de identificar, seleccionar y presentar ejemplos de buenas prácticas en establecimientos y equipamientos accesibles y amigables, que sean referencia de interés y puedan servir como modelo. Se pueden remitir las nuevas experiencias hasta el 22 de noviembre. Las primeras se pueden ver aquí.