Etiquetado: Cohousing

Jubilares refuerza el papel de las cooperativas de cohousing en la actividad asociativa

La Asamblea General de Jubilares ha aprobado la renovación de la Comisión Gestora con la incorporación de Abante Jubilar Sevilla a la vicepresidencia y de Ad Petrum a una de las vocalías, una decisión que consolida el creciente protagonismo de las cooperativas de cohousing en la gestión asociativa.

La Asamblea General de Jubilares, celebrada el pasado 26 de abril, fue el punto de encuentro de buena parte del tejido asociativo, que aprobó por unanimidad la entrada de nuevas personas y entidades socias, la memoria económica y la memoria de actividades de 2023. La Asamblea renovó la composición de la Comisión Gestora, en la que están representadas la mayor parte de las cooperativas socias. La composición de dicha Comisión es la siguiente:

La cada vez mayor implicación de las cooperativas en la Asociación Jubilares coincide con el dinamismo que está experimentando el movimiento de cohousing o vivienda colaborativa, que atrae a cada vez más personas como alternativa de vivienda y convivencia, tanto en las modalidades sénior como intergeneracional. En ambos casos, Jubilares se posiciona como entidad dedicada a impulsar comunidades (sénior o no) para toda la vida, que contemplen una estrategia de cuidados.

Próximas actividades

En la Asamblea se puso en común la actualidad de los distintos proyectos de cohousing de las cooperativas socias, así como las actividades previstas próximamente, entre otras, la revisión de los estatutos asociativos en la que está trabajando ya un grupo de trabajo específico y la celebración de sesiones formativas sobre accesibilidad y Atención Integral y Centrada en la Persona (AICP).

Jubilares contribuye al movimiento colectivo que impulsa la vivienda colaborativa en Madrid

La Asociación Jubilares ofrecerá un taller sobre la organización de los cuidados y la convivencia en el foro de la vivienda colaborativa Convive Madrid (Rivas Vaciamadrid, 16 de septiembre de 2023).

Jubilares, entidad pionera del cohousing en nuestro país, está contribuyendo activamente a consolidar el movimiento que promueve el modelo de vivienda cooperativa en cesión de uso (también denominada vivienda colaborativa o cohousing) en la Comunidad de Madrid. Como parte de esta contribución, la Asociación participará en su primer encuentro el próximo 16 de septiembre en la localidad de Rivas Vaciamadrid: el Foro Convive Madrid.

La Asociación Jubilares llevará a cabo, junto con la cooperativa Entrepatios, un taller dedicado a la organización de los cuidados y la convivencia en los cohousing, una sesión de trabajo en la que Jubilares desplegará su experiencia como asociación pionera en esta labor, con una metodología contrastada y un enfoque integral de los cuidados: desde el autocuidado hasta el diseño y desarrollo de entornos físicos y sociales cuidadores.

Este evento, para el que ya está abierta la inscripción, pretende dar a conocer las numerosas experiencias de cohousing en Madrid como “solución viable, sostenible y deseable para el acceso a la vivienda y la vida en comunidad”, dos de los principales retos de nuestra sociedad, que afectan especialmente a regiones como la madrileña. 

Paralelamente, el Foro Convive Madrid se concibe como un espacio para ”establecer alianzas público-cooperativas, fortalecer lazos entre los proyectos, compartir experiencias e iniciativas y seguir reforzando capacidades y conocimientos del sector”.

Con este fin, en este evento se darán cita representantes institucionales de Madrid y otras autonomías, cooperativas de cohousing y entidades que, como la Asociación Jubilares, son referentes en el ámbito del cohousing, ya sea desde el ámbito de la facilitación, el acompañamiento legal, arquitectónico, financiero, etc.

Además, en la mesa dedicada al diálogo entre cooperativas, participarán dos de las experiencias destacadas del panorama madrileño: una de nuestras cooperativas socias, el Jubilar Villa Rosita y Cohabita Rivas —un proyecto en cuyo nacimiento y desarrollo ha trabajado intensamente la Asociación Jubilares—.

Convive Madrid está organizado por la coordinadora de viviendas colaborativas de Madrid, de la que forman parte, entre otras entidades, Jubilares, el Jubilar Villa Rosita y Amigos de Madrid. Asimismo, Jubilares es miembro de la Promotora del Común del Grupo Cooperativo Tangente que, junto con el Grupo de Trabajo de Vivienda Cooperativa en Cesión de Uso de REAS, prestan apoyo técnico tanto al evento de septiembre como a la Coordinadora. El Foro cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid.

La Asociación Jubilares anima a participar en este encuentro, de indudable interés para todas aquellas personas que ya estén implicadas en proyectos de cohousing o que estén interesadas en hacerlo, así como a ayuntamientos, entidades de la economía social y solidaria, etc., especialmente (aunque no solo) de la Comunidad de Madrid. 

Más información e inscripciones en la web de Convive Madrid: https://madridconvive.org/

El Jubilar Villa Rosita celebra la colocación de su primera piedra

El acto simbólico de colocación de la primera piedra del Jubilar Villa Rosita reunió en un acto festivo a las personas que componen esta cooperativa junto con representantes de la Administración local y autonómica. Jubilares también estuvo allí.

El pasado 4 de mayo el Jubilar Villa Rosita celebró un acto muy especial: la colocación de la primera piedra de su comunidad. Tras siete años de intenso trabajo para «asentar los cimientos humanos antes de empezar la construcción», como ha manifestado la propia comunidad, llegó la hora de comenzar a levantar las viviendas.

Villa Rosita, que recibe el nombre de la finca de Torrelodones que será su hogar, es una de las referencias del cohousing sénior en nuestro país y esta celebración es un hito importante no solo para ellos, sino para el conjunto del movimiento del cohousing, ya que permite ver cómo —después de años de trabajo— estos proyectos acaban haciéndose realidad. Y, en particular, para la Asociación Jubilares, que ha apoyado desde el inicio este proyecto.

Desde este blog, como ya hicimos el 4 de mayo en la celebración en la propia finca Villa Rosita, en Torrelodones, en la Asociación Jubilares queremos compartir y hacernos eco de la alegría por esta gran noticia.

Más información en la web del Jubilar Villa Rosita.

Comunidades de cuidados: el principio del Cohousing

¿Por qué las nuevas comunidades de Cohousing generan tanto impacto actualmente? Pero ¿por qué hay tan pocas? Miguel Ángel Mira es Arquitecto, socio fundador del estudio Milla, Mira y Navarro, y también es fundador y actual presidente de la Asociación Jubilares.

Miguel Ángel nos habla de las comunidades colaborativas o de cuidados como forma de vida, que nacen con el compromiso inicial de cuidar las relaciones y la comunicación entre las personas. Son lugares donde se juntan personas para dar, espacios basados en un principio de confianza, grupos de personas que han decidido responsabilizarse de su propio proyecto vital, que quieren decidir por sí mismas, junto a otras que pueden tomarle de la mano. Si ese espacio diseñado sobre los afectos incluye la participación en el diseño de dicho entorno capacitante, estamos hablando de cohousing. Por todo ello, también comprendemos que son «comunidades de cuidados«.

Las charlas TED pretenden hacer accesible todos los conocimientos más profundos o difíciles al mayor público posible.como una iniciativa de medios global dedicada a ‘ideas que vale la pena difundir’, que parte de una nueva era de difusión de información utilizando el poder del video en línea. Las charlas son gratuitas y han sido traducidas a más de 100 idiomas con la ayuda de voluntarios de todo el mundo. La audiencia ha crecido a aproximadamente mil millones de visitas por año. La iniciativa TEDx facilita licencias gratuitas a los organizadores locales que deseen organizar sus propios eventos similares a TED. En este caso, el evento, organizado por Ana Cabrera, se llama TEDxSoria porque la comunidad a la que se dirige es Soria y todos los participantes están vinculados de una u otra manera a este territorio. Recomendamos ver y aprender de las otras charlas que formaron parte del evento de 14 de octubre. Se pueden encontrar aquí: https://tedxsoria.com.

Mayores LGTBI+, una oportunidad de convivir y envejecer sin prejuicios

“… Sabemos que salir del armario es un proceso infinito. Un ritual de repetición. Una y otra vez parece extraño que la mayoría de las personas (heterosexuales) no entiendan que aquellos a quienes se les requiere una y otra vez una explicación desean tener espacios donde desaparezcan estos rituales…«

El colectivo LGTBI es tan diverso como la sociedad en general. Sin embargo, a la hora de estar atendido en un servicio, las personas que pertenecen a él se sienten discriminadas por su orientación sexual. A raíz de esto, el colectivo reclama más sensibilidad y empatía; no un trato especial, sino ser respetadas tal y como son. Aunque vivimos en el siglo XXI parece que sigue siendo difícil aceptar al “otro”, incluso vemos casi diariamente agresiones homófobas tanto físicas como psicológicas, sin olvidar el “bullying”. Recordamos por ello que el año pasado celebramos el 50 aniversario de Stonewall, y por eso cada 28 de junio tiene lugar el «Christopher Street Day», conocido en España como el Día del Orgullo Gay. La Historia nos ha llevado hasta lo que somos en la actualidad, a vivir con orgullo quienes y como somos, sin pretensiones de ser especiales. Hemos conseguido leyes y más aceptación en la población y, sin embargo, no hay que dejar de luchar cada día por los derechos humanos.

¿Tenemos deseos y necesidades distintas que el resto de la población que envejece? En principio no; igual que todos, tenemos unos deseos y necesidades que expresan nuestro ser. Observando cómo está envejeciendo la población LGTBI y cuáles son sus necesidades en esa etapa de la vida, hay estudios que señalan que el colectivo sabe envejecer mejor y organizarse la vida a la hora de ser mayor. Toda una vida de autogestión sirve de experiencia para afrontar ciertos retos asociados al proceso de envejecimiento y la vejez.

¿Existe una forma ideal o mejor de vivir o convivir entre ellas o las demás? ¡Tampoco! Pero lean esta frase: “¡No es que no me guste vivir con otras personas mayores, sino que no quiero volver al armario!”. Es una expresión real, captada durante conversaciones y en un grupo focal. Es el miedo de muchas personas mayores del colectivo LGTBI: no poder ser como y quien eres, esconder tus deseos y ser rechazada. Por ello, países como Suecia, Holanda, Alemania, Austria, España o EEUU, entre otros, ofrecen ya servicios dirigidos a ellas, a través de asociaciones, fundaciones o empresas privadas tales como: apartamentos con servicios, residencias asistidas, housing, sellos gay-friendly, centros de apoyo etc., con el fin de vivir como quieres, sin dar explicaciones. ¡No se trata de hacer guetos” sino respetar la dignidad!

Hay que estar muy atento a lo que piden las personas y nadie tiene que decidir si es conveniente desarrollar un servicio específico para ellas o no; eso lo decide cada cual y depende de la sostenibilidad del proyecto. Lo importante es que participe, codesarrolle y diseñe el servicio centrado en las personas. Hay personas que deciden y quieren “ser mayoría en la minoría”. ¿Cuestionamos que los monjes o las monjas vivan entre ellos?

Que los OTROS envejecen de manera diferente es en cierta medida de perogrullo porque, para decirlo sin rodeos, todos los humanos envejecen específicamente. El envejecimiento es individual y el repetido eslogan «envejecimiento es diversidad“ resulta más bien molesto porque banaliza la diversidad y no tiene ninguna consecuencia real. “Las políticas de diversidad en el ámbito de la atención a las personas mayores, son bastante no performativas», como diría Sara Ahmed (2011).

Fuente: Homosexualität_en und Alter(n) Maria do Mar Castro Varela, 2016.

Se ha pasado de una generación con pocas exigencias respecto a su hogar a una generación crítica e informada (cambio de demanda). Los nuevos perfiles tan heterogéneos no se sienten “ancianos/ mayores” en el sentido clásico, sino “jóvenes” y consideran importante la calidad habitacional, desean vivir el mayor tiempo posible en un entorno conocido y superar el día a día de una manera independiente y autónoma. Es justamente donde el colectivo LGTBI ve su oportunidad y reclama tener algo propio, suyo, en el sentido de “vivir como tú quieres, con dignidad, respeto y entre aquellas personas que sienten lo mismo que tú”, sin cerrarse a la diversificación, pero desde sus propias necesidades y deseos. Estas necesidades impulsan una demanda interesante para el sector gerontológico: es una oportunidad de mercado al tiempo que las personas del colectivo LGBTI logran tener espacios diseñados y ofrecidos por y para ellas mismas.

El modelo que se toma como referencia es el modelo de Berlín. El complejo gestionado por la asociación Gay de Berlín, que además es propietaria del mismo, desarrolló esta idea teniendo en cuenta las necesidades y los deseos de los usuarios. Desde la idea inicial hasta la inauguración ha pasado casi una década y, hoy por hoy, es un espacio intergeneracional y mixto en pleno centro de Berlín: un complejo de viviendas con 27 apartamentos de distintos tamaños, una unidad de convivencia de 8 personas con deterioro cognitivo.

El ejemplo de Ámsterdam es muy distinto: la asociación Roze Zorg facilita para el colectivo LGTBI mayor poder ir a una residencia tradicional siempre y cuando ésta haya recibido “la llave rosa”, un sello que demuestra que la residencia ha pasado todo un proceso para ser una Residencia Gay-Friendly de verdad.

Observando el mercado en general y atendiendo a qué está pasando alrededor de nuestro entorno, vemos que en los últimos 5 años han salido diversos proyectos de convivencia. En los últimos años he visitado algunas ciudades para conocer de primera mano qué ofrecen, por qué lo hacen y cuál es el futuro. Los conceptos y modelos ofrecidos por ciudades como Ámsterdam, Berlín, Chicago, Colonia, Estocolmo o Viena se basan en modelos actualmente discutidos en el sector gerontológico, como pueden ser el cohousing, intergeneracional, grupos y/o unidades de convivencia, microrresidencias, sellos de calidad gay-friendly, basados en una atención individualizada y centrada en el individuo y en una filosofía humanista. Los conceptos de cuidados ya existentes pueden facilitar un modelo de cuidado que promocione la identidad de lesbianas y homosexuales. Por ejemplo, utilizando la estructura AEDL de Monika Krohwinkel (2008, 2013), es posible detectar las necesidades y situaciones específicas relacionadas con la atención e involucrar en el proceso de cuidado (Disertación, Heiko Gerlach und Markus Schupp, 2017).

  • El enfoque de derechos aplicado al cuidado de las personas mayores las considera no solo beneficiarias de la asistencia social, sino también sujetos de derecho.
  • Hay evidencia sobre el bienestar y la mejora de calidad de vida de las personas mayores cuando viven en entornos con dimensiones y estructuras de convivencia similares a un hogar, incluso en caso de deterioro cognitivo o problemas conductuales.
  • Hay una clara relación entre el desarrollo de actividades que dan sentido a la existencia y el mantenimiento de las relaciones familiares y sociales con el bienestar de la persona mayor.

En todas las ciudades había y hay lista de espera (en algunas capitales de más de 250 personas), lo que indica que hay demanda y que los proyectos son interesantes desde el punto de vista económico. Todos ellos están basados en las necesidades del usuario y ofrecen “servicios centrados en las personas”.

La mayoría de las personas en todo el mundo (varios estudios lo han demostrado) quiere permanecer en su entorno y en su hogar, y el colectivo LGTBI es igual, por lo cual hay que ofrecer múltiples servicios según la demanda y necesidad. Pero para que la permanencia en el hogar se prolongue el mayor tiempo posible, las personas mayores requieren entornos y soluciones que compensen los cambios físicos y sociales relacionados con la edad. Los barrios y pueblos han de considerar las diferentes características de los usuarios, promover su empoderamiento y tener en cuenta aspectos como la viabilidad tecnológica, económica y funcional. Las condiciones y necesidades son cambiantes y ofrecen al sector gerontológico una oportunidad de crecer dentro del sector LGTBI. La demanda y la lista de espera demuestran que la economía plateada LGTBI es sin duda muy interesante y la innovación para un mejor envejecimiento imprescindible.

Podemos sentir orgullo por lo conseguido actualmente en España y los proyectos en marcha. No se trata de cuestionar sino de respetar que hay una demanda concreta y que no podemos ofrecer a una población tan heterogénea servicios homogenizados, ya no. Habrá diferentes modelos en el futuro, sea aquí o en otros países; lo importante, en mi opinión, es poder elegir dónde quiero ir a vivir o ser atendido. Por ello sería necesario desarrollar un abanico de servicios hacia la vejez, sea para el colectivo LGTBI o para la población en general.

“La perspectiva de sexo/género no debe limitar la visión o ignorar o descuidar otras condiciones de desigualdad. La atención consciente de la homosexualidad entre los profesionales y su anclaje conceptual no solo promueve la inclusión al colectivo LGTBI en la práctica de la atención, sino que abre una perspectiva adicional, por ejemplo, detectar las necesidades sexuales de personas heterosexuales y los estilos de vida que difieren en parte de la considerada heteronormatividad” (Enfoque diversity, van Keuk et al.).

Fuente: (Disertación, Heiko Gerlach und Markus Schupp, 2017)

Autor:

Stephan Biel, Enfermero, asesor y formador de innovación en gerontología social, cambio demográfico, y atención centrada en las personas.

Contacto: BC Biel Consulting, Barcelona. lgtbiq@bielconsulting.eu

“No todo el mundo sabe vivir en la libertad y en la responsabilidad”

Pedro Martín de Hijas

Pedro Martín de Hijas es experto en diseño de organizaciones y socio-director de la consultora Qáurea. Tras una licenciatura (Ciencias Físicas) que no duda en calificar de “error” y una larga carrera profesional ligada a las nuevas tecnologías, hace seis años decidió parar para hacer inventario y descubrió que el verdadero hilo conductor de su trabajo era el desarrollo de las personas y los equipos. “Me hice la siguiente pregunta: ¿En qué medida las organizaciones deben ser como las conocemos? ¿Puede haber otra manera de funcionar?”. En su búsqueda de respuestas ha adoptado enfoques tan diversos como el Programa de Desarrollo Directivo del IESE-Universidad de Navarra o la certificación como coach de la Asociación Española de Coaching. Pero fue en un libro, el bestseller de Frederic Laloux Reinventing organizations, donde halló la pista que le llevó a la sociocracia. Desde aquel feliz encuentro, se ha convertido en uno de los mayores expertos de nuestro país. Es miembro de Sociocracy for All (SoFA) y de su capítulo hispanohablante Sociocracia Práctica (SoPRA). El próximo 18 de junio impartirá un curso sobre sociocracia organizado por la Asociación Jubilares.

¿Cómo definirías la sociocracia?

Hay tres definiciones que me gustan mucho. Una es la de Gilles Charest, que la define como una escuela de libertad y responsabilidad. Para Juan Jiménez Rocabert es la gobernanza para el bien común. Según Gerard Endenburg, la expresión que mejor caracteriza lo que es la sociocracia es que la toma de decisiones condiciona el comportamiento de una organización. Estas tres definiciones permiten hacerse una idea bastante aproximada.

Dada tu experiencia en la aplicación de la sociocracia, ¿te atreverías a decir qué no es la sociocracia?

La sociocracia no es fácil y por tanto es una buena aproximación decir aquello que no es. No es un ejercicio de poder tradicional, vertical. Y si lo disfrazas acaba siendo tan dañino como la estructura vertical de poder. No es un modelo de pensamiento lineal, sino sistémico, tienes que contemplar muchas perspectivas.

¿Qué novedades introduce la sociocracia respecto a otras metodologías?

Una de las claves es la toma de decisiones por consentimiento, basada en la inteligencia colaborativa, que implica el reconocimiento entre pares: todo el mundo tiene el mismo valor a la hora de aportar y desarrollar una propuesta o idea. Otra clave es que articula una forma de organización humana muy parecida a los organismos vivos, orgánica, con muchas posibilidades de crecimiento. Un tercer aspecto es el cuidado de las personas, en el sentido de que hace aflorar y por tanto nos hace prestar atención a las realidades del ser humano: los egos, el poder… Creo que al término de una reunión, todos nos damos cuenta de en qué momento nos hemos salido del tiesto: cuándo se ha desbocado el salvaje que llevamos dentro: el que impone, el autoritario, el que siempre quiere tener razón. La sociocracia te ayuda a tomar conciencia de ello, a nivel individual y colectivo. Desde lo colectivo el individuo puede aprender mucho, y además de una manera amable.

¿Qué crees que aporta a los grupos en los que se aplica?

Una de las ventajas de la sociocracia es que se puede aplicar en distintas dosis: a una organización completa, que tiene interés en introducirse en este enfoque sistémico sobre cómo autogestionarse, pero también se puede utilizar alguno de sus procedimientos en una reunión, sin necesidad de explicar los fundamentos teóricos de la sociocracia: facilitación, rondas diferenciadas, diálogo ordenado… De esta forma estás organizando de una manera eficiente, transparente y equitativa: estos son los tres principios de la sociocracia: equidad porque facilita dar voz a todo el mundo, ordenar la conversación y que todas las voces sean consideradas a través de las rondas y una buena facilitación; transparencia porque todo se dice en una reunión, todo se documenta, todo está al alcance de todos y, aunque esto es complicado también hace posible que todo el mundo trabaje sobre bases de información comunes. Y por último eficacia, porque una vez que se interiorizan este tipo de herramientas que al principio pueden parecer algo farragosas, rígidas, todo el mundo admite que gana en eficacia, claridad y respeto mutuo. Tras una reunión sociocrática se sale con más energía de la que se entra, justo lo contrario de lo que experimentamos habitualmente en la gran mayoría de reuniones. Esto no significa que todas las reuniones sociocráticas funcionen bien, pero cuando no funcionan bien, es un toque de atención que debe alertarnos de que algo no se está haciendo correctamente.

¿Funciona mejor en un tipo de organizaciones que en otras: empresas, ONGs…?

Funciona en las organizaciones que tienen el nivel de conciencia necesario para querer que funcione. Lo importante es que se llegue a la sociocracia desde la sinceridad, no como una pose como la que hemos vivido a veces en el mundo Agile, donde te das cuenta a veces de que hay un barnizado cosmético pero por debajo sigue existiendo lo mismo. No es sencillo que toda una organización quiera trabajar en esto. En muchas ocasiones lo que sí me encuentro es gente que está cognitivamente dispuesta, pero te das cuenta de que aún no está preparada a un nivel más esencial, más espiritual. Para que funcione, la sociocracia exige el trabajo y el desarrollo de cada una de las personas, que deben ser conscientes de que necesitan ese nivel de desarrollo; en muchos casos ocurre que se adoptan ciertas pautas externas pero los principios no permean realmente en las personas y sus interrelaciones. No es fácil.

¿Es necesario trabajar paralelamente otras habilidades personales o grupales para aplicar la sociocracia?

Absolutamente. Tanto a nivel individual como grupal. La sociocracia no resuelve todo, requiere de otras disciplinas y visibiliza esa necesidad. La sociocracia tiene algunas herramientas propias, las rondas de entrada y salida, los ejercicios de evaluación de roles y de propuestas… Hay una voluntad muy clara de revisar lo que se está haciendo, evaluarlo y entrar en un ciclo de mejora constante. Pero tiene que estar complementada con la vocación de cada persona de dominar su ego y asumir que todos tienen que ceder poder. Al hilo de la definición de Charest, yo diría que en una organización no todo el mundo sabe vivir en la libertad y en la responsabilidad. Teóricamente, las capas más poderosas de una organización clásica, piramidal, viven en la responsabilidad pero disfrutan del poder; esas capas deben ceder mucho poder, esa es la primera dificultad. Las capas de abajo muchas veces sufren el poder pero asumen poca responsabilidad. Lo asambleario puede parecer muy bonito, pero luego te das cuenta de que ya no es tan bonito trabajar todos en la misma dirección, como adultos, no porque me obligan sino en el ejercicio de mi responsabilidad personal. Sé por experiencia que estos dos conceptos que cognitivamente son fáciles de entender, en la práctica no son nada sencillos.

Imagino que muchas personas pueden ver en la sociocracia una superestructura incluso molesta: ¿roles, rondas, etc.? ¿Qué le dirías a quienes puedan pensar que la introducción de una metodología añade ruido y trabajo a la construcción de un equipo y a la operatividad del mismo?

Es cierto que la sociocracia tiene una cierta estructura, unas ciertas normas. Me gusta hacer una analogía con juegos que algún nivel de complejidad, por ejemplo, el baloncesto o el fútbol; sus normas ocupan varias páginas, en cambio un chaval coge un balón y sabe dirigirse a la portería, luego aprenderá qué es una falta y mucho después puede que hasta aprenda lo que es un fuera de juego. En este ejemplo, ayuda mucho que aprendan viendo un montón de partidos, disfrutan de una formación inconsciente. Con ello quiero decir que toda disciplina necesita práctica y que, dado que todavía no se televisan partidos de sociocracia, hace falta formación. Si no tienes una mínima estructura, es difícil, pero la estructura es bastante sencilla. La clave es práctica, práctica y práctica, obviamente con un cierto nivel de humildad para reconocer los errores. Como en cualquier disciplina, cuanto más trabajas más sensación tienes de que te falta mucho por aprender, pero en sociocracia no se tarda mucho en ver el retorno, los beneficios.

En España todavía no hay tradición de invertir en herramientas de construcción de equipos, comunidades. Se deja un poco al sentido común. ¿Estás de acuerdo en esta apreciación?

El carácter latino, individualista, influye, como también influye la cultura de la improvisación. Cuando quieres establecer un estándar de eficiencia, respeto a los demás, precisión, hace falta preparación. La capacidad de improvisación por sí sola lleva a la desorganización. La improvisación te tiene que pillar con todo planificado y ordenado. A partir de ahí, improvisas genial. La sociocracia tiene que ver con esto: tienes que planificar y tener conciencia de que quieres trabajar en grupo, buscar la equivalencia de todos, escuchar.

¿En qué medida las organizaciones no ven la necesidad de invertir en esto? Yo diría que hay un problema inicial más grave, una cierta confusión: todavía vivimos en una sociedad en la que a nivel organizacional tanto político como socioeconómico, frente a la complejidad y al caos de cada día, fundamentalmente seguimos actuando con un pensamiento lineal: “esto lo arreglo yo” o “esto se soluciona en dos tardes”. En sociocracia el pensamiento es sistémico, requiere escucharse unos a otros y trabajar desde una perspectiva múltiple. Siguiendo ese pensamiento lineal, las organizaciones quieren soluciones rápidas: “suena bien esto del autogobierno, póngalo en marcha con esa gente de abajo, que nosotros aquí tenemos que seguir dirigiendo”. Dirigiendo, por supuesto, con una mentalidad jerárquica e impositiva. Esto denota una falta de conciencia brutal, común a todas las personas pero más grave en el caso de quienes detentan mayor poder y tienen, por tanto, más responsabilidad.

¿Qué crees que puede aportar la sociocracia a la construcción de comunidades de cohousing sénior?

Creo que lo fundamental son los tres principios de la sociocracia: equidad, transparencia y eficacia. Los proyectos de cohousing no son nada sencillos, impactan muchísimo en las personas, tanto las que ya se conocían de antes como las que están empezando a conocerse. El tema, la convivencia, es sustancial y necesita tiempo y maduración. La sociocracia es un mecanismo de vertebración y canalización de la interrelación entre los seres humanos que es buena para familias, un club de amigos, para organizar un viaje… Trabaja con la inteligencia colaborativa, los pasos están bien estructurados y son visibles: el proceso es muy bonito e incluye etapas de divergencia y de convergencia. Finalmente, con un poco de entrenamiento los procesos acaban siendo muy eficientes. Cualquier grupo con voluntad de hacerlo lo consigue.

“La sociocracia y el Toyota Way”

Parafraseando un lema de la empresa japonesa de automoción, famosa por sus procesos de mejora continua y respeto a las personas, Pedro Martín de Hijas recuerda una anécdota que ilustra bien que no todas las personas están realmente preparadas para la sociocracia. “Hace unos tres meses, en un grupo de gente de muy distintas generaciones, del mundo de la política y la gran empresa, vinculados –sobre todo los de mediana edad y sénior– a posiciones de poder, durante una sesión con rondas de aclaraciones, reacciones, etc.,  hubo una persona que no pudo aguantarlo y exigió tomar la palabra. De hecho, la había pedido en múltiples ocasiones y no se le había dado porque no le correspondía, pero hacia el final exigió hablar aunque no fuera su turno y muy enfadado dijo a las dos personas facilitadoras: “Es que vosotros tenéis mucho poder”. Quienes estábamos facilitando le contestamos: “No, el que tiene poder es el proceso, nosotros somos guardianes del proceso”. El hombre en cuestión estaba muy enfadado porque por primera vez muchos años, el grupo le había callado. Para mí es muy significativo: la fuerza del grupo calló a una persona acostumbrada a no callarse jamás. Me gusta cómo lo expresa la empresa Toyota, que a nivel interno trabaja bien los procesos de mejora continua y el respeto a las personas: el Toyota Way es para todos, pero no todos están para el Toyota Way. Lo mismo sucede con la sociocracia”.

Aislamiento y apoyo social en mayores ante situaciones de emergencia (especial Coronavirus)

Por: Beatriz De Gregorio Domínguez – Trabajadora Social

“Ahora mi soledad es mayor, solo salgo para lo necesario”

Hoy más que nunca, son las personas mayores las principales protagonistas de la epidemia por coronavirus (también llamada Covid-19) y el sector de población más vulnerable, principal grupo de riesgo de dicha enfermedad que se propaga por todo el mundo.

Ante el miedo y las consecuencias que les puede ocasionar a la salud, muchos ponen en marcha medidas preventivas para hacer frente al contagio. En estos momentos, es imprescindible contar con una buena red de apoyo social y soporte mutuo en este grupo de población, como una manera de evitar su aislamiento para poder continuar con su vida normal, sobre todo en aquellas personas que viven la soledad más de cerca.

¿Nos ayudamos? Cartel solicitando / ofreciendo apoyo social

Esta es la razón por la que, se ha querido recoger varios testimonios para conocer la realidad social de aquellas personas mayores españolas que viven solas en su domicilio.

Hay quienes se muestran más desconfiados y hacen previsiones futuras, como María Francisca, de 75 años y Josefina, de 83 años:

“He dejado de ir a misa, a la universidad de mayores y a un grupo de cocina al que iba. Lo que hago ahora es consultar Internet, llamar por teléfono, coser, leer y ver la televisión. He comprado provisiones, entre ellas, alimentos y medicinas para cuatro o cinco semanas. Hay que tener paciencia y esperar a ver qué pasa. Esta situación me causa preocupación, por mis hijos y mi familia y me preocupan los hospitales, si va a estar todo muy ocupado y si hay suficiente preparación para lo que se viene.

Estoy aislada en mi casa, salgo para comprar y ya está. Si el tiempo me lo permite salgo a pasear, pero no me meto en aglomeraciones ni hago uso del transporte público.

Ahora mi soledad es mayor, solo salgo para lo necesario. Tengo hipertensión media y no quiero ser una carga para los demás. Creo que, si yo necesitase algo, mi familia vendría a atenderme. Pero llevo así casi un mes, previniéndome de cosas, por mi desconfianza.”

María Francisca, 75 años

“Ya no doy la paz en misa y cojo un taxi en vez del autobús. Me lavo las manos en cuanto llego a casa y llevo en mi bolso alcohol desinfectante. Las llaves de casa ahora las limpio con frecuencia, al igual que el bastón.

Sigo las normas que marca la televisión porque soy factor de riesgo. Y en estos quince días, salgo a la calle lo menos posible. He comprado lo necesario para esta semana y la que viene. Cuando recibo visitas, tengo un gel desinfectante en la entrada para que se limpien antes las manos.”

Josefina, 83 años.

Y otras que se muestran con actitud más decidida, no por ello sin tomar las precauciones necesarias, como José Antonio, de 88 años y Juana Mari, de 90 años:

“Tomo preocupaciones mínimas y sigo mi vida normal. Soy optimista o fatalista, llámalo como quieras. Intento no acudir a reuniones multitudinarias, sigo utilizando el transporte público y me lavo las manos con frecuencia. Pero sigo con mi vida normal y de vez en cuando voy a comer a casa de mis hijos.”

José Antonio, 88 años.

“Los martes iba al Vips con unas cuantas amigas y ya no vamos hasta que pase todo esto. En ese sentido, he dejado de hacer cosas. Procuro no entrar en el metro y tampoco coger el autobús, si lo veo muy lleno me voy andando.

He comprado la comida suficiente, no tengo pánico por no poder comer, ya que siempre tengo provisiones en el congelador por si vienen mis hijos.

Tengo miedo a esta psicosis que hay, voy con más precaución. Estoy preocupada, porque yo ya no estoy ni en el riesgo, dan por hecho que ya voy a cascarla, aunque solo sea por cabezonería voy a aguantar. Está lo que Dios quiera…”

Juana Mari, 90 años.

Es evidente que algunas de las personas mayores han tomado medidas necesarias por el momento que nos acontece. Unas son más desmesuradas que otras, dependiendo de la percepción y situación personal.

No obstante, siguen recibiendo visitas de sus familiares o amistades, aunque algunas de ellas se han visto limitadas.

Por esta razón, el bienestar emocional de las personas mayores puede verse afectado en circunstancias de aislamiento. Desde la familia, llevar a cabo acciones como estar en contacto telefónico con ellos/as, pueden ser actuaciones especialmente útiles para favorecer su bienestar y mantenerse informado sobre su estado de salud y de esta manera, evitar ponerlas en riesgo.

Debido a los efectos del coronavirus, se ponen en marcha medidas que incluyen una mayor atención domiciliaria, la restricción de visitas a las residencias de mayores y el cierre de algunos de los centros de mayores españoles.

Si lo aplicamos al cohousing o vivienda colaborativa, resulta de interés, sobre todo si se trata de un cohousing exclusivamente de mayores, ya que al convivir y realizar actividades todos juntos en un mismo edificio, pueden aplicarse al igual dichas normas restrictivas. No obstante, éstos tienen la suerte de contar con el apoyo social de una comunidad, a diferencia de los que viven solos en su domicilio, cuya comunidad no es tan evidente y pueden llegar a ser más propensos a dicho aislamiento.

Por todo ello, es importante ofrecer a las personas mayores la información y los recursos precisos para que puedan solicitar la ayuda necesaria en estos momentos y evitar así su desatención y aislamiento, brindando el apoyo social suficiente y llevando a cabo las medidas oportunas para que puedan seguir adelante.

Del primer cohousing en Dinamarca a la lucha contra el aislamiento social en Massachussets (Ejemplos Internacionales XVI)

El reportaje de PBS NewsHour que hemos subtitulado al español nos muestra el ambiente de Saettedammen, el primer Cohousing de Dinamarca, de principios de los 70, y Rocky Hill, un Cohousing en Massachussets, inaugurado en 2006.

Ambas comunidades están conformadas por personas de todas las edades, que viven en 27 y 28 unidades residenciales, respectivamente. Comparten un modelo de tenencia similar y muchos valores y objetivos comunes, como la solidaridad intergeneracional, la búsqueda de autonomía personal, la necesidad de empatía para llegar a acuerdos con los demás, el mutualismo comuntario, el apoyo social en la vida cotidiana (como una «familia extensa»), una forma de «envejecer en casa» y prevenir el aislamiento social y la soledad no deseada…

Mira el vídeo «El Cohousing previene la soledad no deseada» (Duración: 8’44»):

Saettedammen

«En 1967, Bodil Graae escribió una crónica en Politiken con el nombre «Los niños deben tener cien padres». Aquí, alentó a las personas que podrían estar interesadas en formar una comunidad en el hogar a comunicarse con ella, como muchos lo hicieron. «

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Comunidad Saettedammen, primer cohousing en Dinamarca

En 1972, 70 personas se convirtieron en la primera comunidad de residencia de Dinamarca, sí, la primera del mundo. Cuentan con una gran área común y una casa común, donde organizan fiestas, comen juntas.

Se organizan en dos entidades sin ánimo de lucro: la de propietarias y una de carácter público.

Sætedammen se encuentra en Ny Hammersholt, a 3 km de Hillerød ya 5 km de Allerød. Aquí se puede descargar el libro que editaron para el 25º aniversario (en danés).

Comida común cohousing

Comida común en el cohousing Saettedammen, Dinamarca

Rocky Hill

Qué mejor para descubrir qué es el cohousing que leer los compromisos de esta comunidad de Rocking Hill:

  • Apoyar y cuidar a cada miembro de la comunidad, desde niños a mayores, y tratándonos con amabilidad, compasión y respeto.
  • Acoger a personas de diversas identidades, como raza, etnia, espiritualidad, edad, capacidad, orientación sexual, identidad de género, composición familiar y estatus socioeconómico.
  • Construir relaciones y conexiones a través de interacciones diarias, comidas comunitarias, actividades, celebraciones, rituales, trabajo y ayuda mutua.
  • Criar hijos juntos en comunidad.
  • Un proceso de toma de decisiones que genera consenso al solicitar y valorar las opiniones de todos, asegurar que todos sean escuchados y que se traduzcan en decisiones que todos puedan aceptar vivir.
  • Resolver conflictos a través de una comunicación honesta, directa y respetuosa.
  • Prestar atención, tiempo y trabajo a nosotros mismos, a nuestras familias y hogares, a nuestra comunidad en Rocky Hill, a la comunidad en general y al mundo.
  • Mejorar nuestra administración colectiva e individual de la tierra y minimizando nuestro impacto en el planeta.
  • Crear y mantener un ambiente emocional y físico que fomente y apoye la preocupación y el bienestar mutuos.

Más vídeos en nuestro canal de Youtube Jubilares.

Asturias reconoce el Cohousing como Centro de Servicios Sociales

Las iniciativas de «senior cohousing» (viviendas colaborativas de personas mayores) tendrán derecho al sistema de servicios y prestaciones a la dependencia si contemplan un compromiso de cocuidado basado en el modelo de Atención Integral y Centrado en la Persona (AICP).

Una gran noticia que afianza el modelo de covivienda de mayores en España. Desde este mes de febrero de 2019 los denominados «Alojamientos Colaborativos» se conciben por parte de la Consejería de Bienestar, Servicios y Derechos Sociales del Gobierno del Principado de Asturias, como un tipo de equipamiento que tiene cabida en el sector de los servicios sociales, ya que no se consideran meras «viviendas» si incluyen entre sus objetivos «el apoyo ante situaciones de dificultad (cuidados personales entre otros) y la promoción de una vida social activa y colaborativa dentro y fuera de su comunidad».

Axuntase

Cooperativa Axuntase, Asturias

Un breve documento del servicio de inspección y acreditación de centros, aparentemente muy técnico, expresa de forma muy concreta y operativa por parte de la administración el apoyo al modelo que venimos proponiendo desde nuestra asociación Jubilares, el SENIOR COHOUSING + AICP. En sus tan solo 6 páginas plasma una definición abierta y flexible de iniciativas que denomina «alojamientos colaborativos», reflejando sus imprescindibles valores, características físicas (tanto en las unidades de uso privativo como en sus zonas comunes) y condiciones organizativo-funcionales.

Alojamientos Colaborativos, un modelo de innovación social

Creemos que este texto es de una enorme trascendencia puesto que por primera vez una administración autonómica hace un esfuerzo de definición de este modelo residencial y de convivencia como equipamiento acreditado y con derecho a recibir las ayudas que le corresponde como tal. Esta vez no leemos una declaración de intenciones, ni buenas palabras de apoyo al cohousing… En esta ocasión el texto tiene consecuencias de carácter práctico y jurídico, algo que muchos grupos o comunidades en formación, no solo en Asturias, esperaban con interés. Es por ello que animamos a las diferentes administraciones a tomarlo como referencia en adelante.

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La motivación que Asturias expone para reconocimiento de las iniciativas de covivienda de mayores es doble: 1) porque promueven el envejecimiento activo, la vida colaborativa y la autonomía personal, pero también 2) porque se trata de entornos para los cuidados en situaciones de dificultad. Es en este sentido en el que valoramos asimismo el carácter innovador de esta acción técnica y política: más allá de la relación del modelo internacional «cohousing» con el bienestar y calidad de vida de las personas mayores, en España hemos apostado por dar un paso más: han de ser viviendas «para toda la vida», accesibles, adaptables a las necesidades cambiantes, donde las personas que autogestionan el centro se comprometen a proveer de una estrategia que permita permanecer incluso hasta cualquier nivel de dependencia. Para ello contamos con un modelo de cuidados, el de la Atención Integral y Centrada en la Persona: un modelo eminentemente flexible, que emplea de forma eficiente los recursos necesarios en cada momento (especialmente la comunidad de apoyo), y que se fundamenta (como el cohousing) en un absoluto protagonismo del proyecto de vida de cada persona.

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COHABITA RIVAS, un innovador proceso participativo de Senior Cohousing

El Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid presentó el 7 de febrero esta iniciativa pionera en España, ya que además de la cesión de suelo público contempla el apoyo en el proceso de codiseño de cooperativas de mayores.

“Cohabita Rivas” cuenta con la participación de las asociaciones Jubilares y Microurbanía, así como de la Asociación de Ingenieros Sénior Caminos (AISC).

El Ayuntamiento de Rivas presentó el jueves 7 de febrero Cohabita Rivas, un proyecto pionero en España para fomentar la creación de viviendas colaborativas para mayores (también llamadas cohousing sénior). Este tipo de viviendas son cooperativas autogestionadas de personas mayores que viven en un entorno diseñado por ellas mismas, donde se promueve el envejecimiento activo, la recuperación de la vida vecinal y se garantiza el derecho a la vivienda a un precio asequible y al margen de lógicas especulativas.

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Lleno en el Salón de Actos Edificio Atrio en la presentación del programa Cohabita Rivas. Fotografía: Pedro del Cura vía Twitter, 8-2-2019

La EMV contempla no solo la cesión del derecho de superficie de diversos solares públicos para las cooperativas que surjan de esta iniciativa, sino también el acompañamiento en el proceso de codiseño participativo de la comunidad.

Es precisamente este último aspecto el que otorga a Cohabita Rivas su carácter novedoso, ya que es la primera vez que en España un ayuntamiento no solo cede suelo público para el desarrollo de cooperativas de vivienda para mayores, sino que además se implica con recursos técnicos y financieros en el proceso de construcción de las comunidades y de codiseño de los inmuebles.

Las asociaciones Jubilares y Microurbanía, dos entidades especializadas en el modelo de cohousing, así como la Asociación de Ingenieros Senior Caminos (AISC) han colaborado con el consistorio de Rivas en el diseño del proyecto y actuarán como facilitadoras de las comunidades de mayores que se constituyan, asimismo de la mano de profesionales de la Cooperativa Tangente.

Jubilares y Microurbanía consideran que la medida impulsada por el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid es un ejemplo de política pública innovadora y audaz para favorecer el ejercicio pleno de los derechos a los/las mayores. A juicio de ambas entidades, el cohousing sénior favorece un proceso de envejecimiento digno, con los cuidados, el respeto a la autonomía personal y el impulso a la participación social que demanda la población de mayor edad.

Función social del cohousing

El cohousing propone una relación diferente con la vivienda: la cooperativa es la propietaria del conjunto residencial y cede el derecho de uso a cada socia/o. A diferencia del modelo tradicional, basado en la división horizontal de la propiedad y que fomenta la especulación, esta fórmula, muy extendida en países como Dinamarca, Holanda, EEUU, Suecia, Alemania… apuesta por la función social de la vivienda reconocida en la Constitución.

Otro rasgo diferencial de las viviendas colaborativas es que en ellas lo importante no es el edificio, sino las personas. Por eso, antes de construir, cada comunidad debe pasar por un proceso participativo en el que codiseñan el entorno arquitectónico, con amplias zonas comunitarias destinadas a favorecer la convivencia y espacios de uso privado necesarios para respetar la intimidad individual. También incorporan los principios éticos de un modelo de cocuidado basado en la Atención Integral y Centrada en la Persona, que busca mejorar la calidad de vida en todas las etapas de la vida y sea cual sea el nivel de dependencia. En este sentido, funcionan plenamente como equipamientos de bienestar social.

La función social del cohousing sénior también se ve reflejada en el papel que estas comunidades suelen desempeñar para el resto de la sociedad, ya que es frecuente que alberguen o promuevan recursos sociales para el barrio y el municipio en el que se ubican.

Como expertos en cohousing sénior, esperamos que otros Gobiernos locales adopten políticas similares a la impulsada por Rivas para afrontar el escenario demográfico previsto para los próximos años, en el que tanto el porcentaje de población de más de 65 años como la esperanza de vida seguirán aumentando. En este marco, el cohousing representa una solución idónea para muchos colectivos y una referencia para transformar las políticas de vivienda.

¿Cómo participar en Cohabita Rivas?

✓ PLAZO DE INSCRIPCIÓN. Del 11 al 20 de Febrero. Online. De 8:00 a 20:00 h.
✓ AFORO LIMITADO. Cuatro grupos de 30 personas. Máximo 120 Inscripciones.

DUDAS Y CONSULTAS

✓ En www.emvrivas.com/cohabita-rivas/ se encuentra la información necesaria.
✓ Horario de atención personal: 11, 14, 18 de Febrero. De 16:30 a 18:30. Edificio EMV. Segunda planta.
✓ Correo electrónico de contacto: cohabita.rivas@gmail.com
✓ Los participantes recibirán un mail con la confirmación de la inscripción, y un cuestionario o encuesta, que deben rellenar y devolver a la misma dirección.
✓ COSTE DE PARTICIPACIÓN INDIVIDUAL. 800 €:

Etapa I. Febrero-Junio 2019. 270 €
Etapa II. Septiembre 2019-Junio 2020. 530 €

✓ BONIFICACIÓN ETAPA I y ETAPA II. Parte de las cantidades aportadas por participantes se devolverá a las cooperativas resultantes.
✓ COSTE DE INSCRIPCIÓN. 100 € (pago a cuenta sobre primer pago de 270€)

ESQUEMAS FASES DEL PROCESO

JORNADA-COHAB_RIVAS_Esquema-general

LAS PARCELAS

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Lo esencial del proceso. DOCUMENTO “LEO Y ACEPTO”

Reproducimos la siguiente información que describe los conceptos básicos que las personas interesadas deben leer con atención, firmar y entregar junto a la inscripción. Se trata de las líneas esenciales que muestran cómo es el modelo residencial propuesto, así como otras diez claves de este procedimiento innovador de impulso y acompañamiento a las comunidades autogestionadas en Rivas:

A/ Sobre el Modelo Residencial Colaborativo de Mayores es imprescindible conocer y aceptar las siguientes definiciones

1. Modelo participativo.

Un Senior Cohousing es una iniciativa de “abajo a arriba”, por lo que la EMV de Rivas actúaúnicamente como facilitador del proceso, y mediador con el propietario del suelo, elAyuntamiento de Rivas.

Los promotores y gestores son, por tanto, los participantes y las cooperativas que formarán en su momento. Las comunidades son autogestionadas, y pueden recabar los apoyos que estimen oportunos, además de los que se ofrecen y recomiendan en este proceso.

2. Derecho de uso.

Entendido como herramienta de tenencia adecuada al fin propuesto. El edificio es de propiedad de la Cooperativa, y no hay división horizontal.

Las cooperativas serán de autogestión de servicios (manutención, alojamiento, transporte, apoyos…). Los comuneros, mediante el abono de unas cuotas, tienen un derecho personal de uso sobre las zonas de uso privado y las de uso comunitario del edificio.

Por tanto, NO ES un modelo de inversión inmobiliaria con servicios, ni una segunda residencia.

3. Equipamiento de bienestar social.

Caracterizado en los estatutos de las Cooperativas por el compromiso de apoyos a los  residentes en situación de dependencia, definido como “El compromiso de diseñar estrategias destinadas a que los residentes que lo deseen puedan vivir integrados en la comunidad y con dignidad hasta cualquier nivel de dependencia, y hasta el final, sobre un modelo MAICP (Modelo de Atención Integral y Centrada en la Persona)”. Estas estrategias deben quedar plasmadas en un Programa de Intervención Social que desarrollan las comunidades en la fase final del proceso, mientras se está construyendo el edificio.

4. Equipamiento de barrio.

Cohabita Rivas promueve que estos centros, además de su función dotacional intrínseca antes expuesta, den cobijo a recursos sociales para el barrio y el municipio.

5. Comunidades Colaborativas o Intencionales.

Trascienden una comunidad de vecinos o una organización de servicios asistenciales, creando vínculos significativos a través de la vida en comunidad, la alta participación y la autogestión.

6. Modelo de Atención integral y centrada en la persona. (MAICP)

Las comunidades se comprometerán a desarrollar estrategias para que todas las personas residentes tengan la oportunidad de vivir hasta el final, también en situaciones de dependencia.

Las cooperativas co-diseñarán espacios, servicios, intervenciones y apoyos necesarios para permitir el desarrollo integral de los proyectos de vida de las personas en su entorno, desde la participación en actividades significativas, la continuidad e integralidad de los cuidados, la accesibilidad universal, y favoreciendo su autonomía personal en todo momento. Las ayudas mutuas, el co-cuidado, y la acciones de voluntariado y solidaridad interna son relevantes, e inherentes al modelo colaborativo.

7. Edad mínima. Envejecimiento activo, compañía y autonomía.

Destinados a personas mayores de más de 50 años, con carácter inclusivo, cuya intención es envejecer en un entorno colaborativo. Seguridad, Participación, Salud y Aprendizaje a lo largo de la vida son los cuatro pilares del envejecimiento activo, enfatizan la defensa del derecho a la Autonomía Personal, y alejan el fantasma del aislamiento y la soledad no deseada. La seguridad la genera un entorno resonante y previsible, anclado en los valores del grupo. La seguridad es imprescindible para participar y vivir en comunidad. Y de ahí se generan condiciones de salud, entendida, según la definición de la OMS, como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Conectados, activos y autónomos se encara una vejez digna, resiliente y feliz, incluso en situaciones de dependencia.

8. Co-Diseño intencional.

Las cooperativas cooperan en las tareas de diseño activamente, puesto que todo el complejo se considera un “hogar continuo”. La arquitectura está al servicio de la vida en comunidad y la accesibilidad universal, priorizando estrategias de conexión visual y encuentro espontáneo. NO SON hoteles, ni hospitales, ni residencias geriátricas. Las amplias zonas comunes, cuyo programa establecen los comuneros, son entendidas como la parte pública de las unidades residenciales, y son abiertas y accesibles a todos. Hablamos de arquitectura adaptada y adaptable a situaciones de dependencia, sin llevar a cabo obras.

9. Tipología edificatoria.

La optimización de los recursos y la vida comunitaria definen las principales características comunes que podemos encontrar en las instalaciones de un cohousing senior:

  • Superficie construida en torno a 3.000 m2
  • Número de unidades residenciales en torno a 30. Cada unidad cuenta con aprox.
    60 m2 útiles, en la tipología de apartamento completo.
  • Amplias zonas comunes (40% de la superficie construida aproximadamente)
  • Edificación compacta de dos plantas.

Los m2 construidos definitivos, así como el número de unidades residenciales, la distribución espacial, la tipología, etc. se definirán en cada grupo de acuerdo al diseño participativo, a la normativa aplicable, y a las condiciones de cada parcela concreta.

B/ Sobre el proceso COHABITA RIVAS es imprescindible conocer y aceptar las siguientes condiciones particulares

1. El proceso Cohabita Rivas se desarrollará según la hoja de ruta y el calendario previstos, y expuestos en https://emvrivas.com/cohabita-rivas/ . Las sesiones se desarrollarán los fines de semana, y el trabajo previo y las reuniones internas entre sesiones las organiza cada grupo según sus conveniencias.

2. Es requisito para participar disponer de una dirección de correo electrónico, y accesibilidad a medios digitales.

3. En el proceso debe inscribirse cada miembro de la unidad residencial de forma individual.

4. Las personas que se incorporen en distintas fases del proceso han de asumir las decisiones acordadas anteriormente, con los sistemas de revisión que los propios grupos establezcan.

5. Las personas que finalmente formen parte de las cooperativas adjudicatarias de los
inmuebles, han de empadronarse en Rivas Vaciamadrid.

6. Las cooperativas adjudicatarias del suelo serán las promotoras de la construcción, y en ellas recaerá la financiación.

7. La viabilidad económica de la comunidad se estudia a partir de la viabilidad individual. Participar en el proceso supone tener disponibilidad económica para ello.

8. El coste de la construcción, del canon de derecho de uso, del mantenimiento y de los apoyos y cuidados, no se pueden determinar hasta la constitución de la cooperativa.

9. En cada unidad residencial pueden convivir hasta dos personas, y al menos una de ellas debe tener mínimo 50 años. De las dos personas, una puede tener Grado I de dependencia.

10. Los grupos donde haya personas con discapacidad deberán incluir las estrategias a seguir en su proyecto social. Deben apuntarse todos los integrantes de la unidad familiar a los talleres, siendo el grupo quien regulará.

Cohabita

 

Más información útil en este documento: PREGUNTAS COHABITA RIVAS

… y siempre actualizada en la página de la EMV de Rivas Vaciamadrid