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Se presenta en España el mapeo de iniciativas de viviendas colaborativas en Europa

En el marco de las Jornadas de Viviendas Colaborativas que se celebraron en Valladolid, el 22 de septiembre, organizadas por VIVA, AVS y el Ayto. de Valladolid, pudimos conocer uno de los proyectos más novedosos alrededor de este tema en Europa.
Se trata del proyecto Co-Lab Research, de la Universidad de Utrecht, un mapeo de iniciativas que Sara Brysch, investigadora del proyecto, presentó a todos los asistentes.

La influencia de este proyecto es que propone, basándose en las experiencias existentes, la definición de vivienda colaborativa y su clasificación general. Es decir, los proyectos de vivienda colaborativa existentes -aun con nombres distintos-, tienen rasgos comunes suficientes como para hablar de un modelo alternativo de vivienda, o un modo de vida. Más de 1.800 proyectos en Europa, que suponen casi 30.000 alojamientos (entre Países Bajos, Dinamarca, R.Unido y Suecia), no deja de ser un porcentaje minoritario de vivienda, pero llama la atención el fuerte impacto social (positivo) que está generando y su creciente demanda.

Además, el proyecto de la universidad de los países bajos también recoge las diferencias entre los proyectos, a otros niveles más instrumentales

Mapa de los paises que participan en el proyecto. En tono oscuro, los países que han aportado datos de experiencias concretas

La vivienda colaborativa la definen los procesos, no la arquitectura

Sara Brysch nos confirmó que el término “vivienda colaborativa” hace referencia a proyectos “de abajo a arriba”, que tienen cinco características comunes en toda Europa:

  • Intencionalidad de los residentes, de llevar a cabo una comunidad colaborativa
  • Visión común de los residentes
  • Toma de decisiones colectiva
    • y una vez que viven juntos
  • Usos y actividades compartidas
  • Alto nivel de participación de los usuarios en la vida cotidiana

A su vez también distinguió dos grandes grupos en los que dividir los diferentes proyectos de viviendas colaborativas:

  • Viviendas con orientación prioritaria a la vida en comunidad, como son el Cohousing, el Senior Cohousing, las Ecoaldeas o los pisos compartidos
  • Viviendas con orientación preferente a la auto provisión colectiva de vivienda asequible. Cumplen con la definición (iniciativa y diseño de los residentes), pero luego tienen menos vida en comunidad que el anterior tipo.

Entendemos por tanto que ambas líneas necesitan de sistemas horizontales de toma de decisión, basados en el cuidado de las relaciones comunitarias, y por ello, de herramientas específicas de aprendizaje y desarrollo personal y comunitario.

Sin embargo, la sub-clasificación que hace el Co-Lab de la línea 2 (orientación preferente a la auto provisión de vivienda asequible), incluye algún ejemplo que diluye en exceso la esencia participativa indicada en la definición general.

Diferentes sistemas de tenencia mutual

Quedó también patente en la exposición de Sara Brysch que existen muchos sistemas de tenencia distinta, pero predomina lo que, en la siguiente ponencia, llamó Pilar Alguacil “Sistemas Mutuales” (cooperativas, asociaciones, y en ocasiones fundaciones), pues son los más coherentes con la intencionalidad comunitaria y colaborativa.

Pilar Alguacil, catedrática de Derecho Financiero y Tributario por la Universidad de Valencia, coincidió en que no puede definirse la vivienda colaborativa sin la co-gestión de sus usuarios. También nos recordó que lo que más afecta al modelo en España es un cierto vacío regulatorio que deviene en dificultades para acceder a financiación, falta de seguridad fiscal, e incluso dificultad de acceso a suelo. No obstante, remarcó Alguacil, pese a la falta de marco regulatorio específico, en España ya se están llevando a cabo varias iniciativas.

El papel de las administraciones públicas

Maite Arrondo, Coordinadora del Grupo Relaciones Europeas e Internacionales de AVS, nos presentó una nueva iniciativa, el Proyecto Europeo de Red de Ciudades por la Vivienda Colaborativa, dirigido a las entidades públicas municipales a cargo de políticas de vivienda pública, destinado a intercambiar experiencias y conocimiento en las líneas de apoyo a estas iniciativas, respetando su definición e idiosincrasia y ayudando a despejar obstáculos en su camino.

Experiencias concretas; Bilbao, Barcelona, Rivas y Valladolid

José María Escolástico, Subdirector General del OAL Viviendas Municipales de Bilbao, nos ilustró cómo este organismo público y autónomo, con más de 100 años de historia, siempre ha mantenido un consenso en esta materia, y por eso hoy Bilbao es la ciudad de España con más viviendas protegidas por habitante, gestionando un parque de más de 4.000, de muy distinto tipo.

Mesa redonda sobre la experiencia en otras ciudades. Foto: @avs_gestores

La clave para ellos es conocer bien cuales son las necesidades y los tipos de demandantes de vivienda a precio asequible, para ofrecer distintos productos, actualizados, en las proporciones adecuadas a dicha demanda. De este modo, han puesto en marcha un proyecto piloto de viviendas en alquiler en las que dotan al edificio de algunas zonas comunes que invitan a una mayor relación entre los vecinos.

Artur Fornés, Abogado asesor del programa de cooperativas de vivienda del Ayutamiento de Barcelona, nos contó la experiencia de la Ciudad Condal, más avanzada en el modelo colaborativo, donde ya se han finalizado tres edificios de vivienda colaborativa (es decir, de alto protagonismo de los usuarios en el proceso) y nos mostró fotografías del edificio de La Balma. La presencia activa en Barcelona, desde 2004, de la Cooperativa Sostre Civic, es un hecho relevante para entender los procesos impulsados por el consistorio.

Miguel Ángel Mira, presidente de Jubilares, explicó cómo desde el comienzo del proyecto Cohabita Rivas, La EMV de Rivas Vaciamadrid estuvo de acuerdo en idear un procedimiento que respetara las claves participativas del proceso, apostando por el modelo de creación de comunidad de cuidados para el envejecimiento (Senior Cohousing) y explicó las claves o innovaciones jurídicas implementadas para poder llevar a cabo el proceso sobre dichas premisas. Para ello, firmó un convenio con la Unión de Asociaciones Cohabita Rivas, creada ad hoc por las asociaciones Microurbanía, la Asociación de Ingenieros Senior Caminos y la Asociación Jubilares.

Se estableció para ello una metodología en fases, que facilitara la participación de las comunidades en todo el proceso. En la actualidad, tres asociaciones -Cosmos de Rivas, La Corrala y Taray- siguen desarrollando los trabajos de formación de la comunidad (Taller 1), posteriormente acometerán el diseño del edificio (Taller 2) y finalmente el diseño de las estrategias de cuidados mutuos (Taller 3).

Loreto de la Fuente, Gerente de la Sociedad Municipal de Vivienda y Suelo de Valladolid (VIVA), nos explicó que VIVA desea apostar por el modelo de vivienda colaborativa mediante alquiler, e irán desarrollando su encaje próximamente.

En el debate posterior, en cuanto a la forma de acceder a suelo público, quedó patente que los modelos de cesión de derechos de superficie son más complejos jurídicamente que los de alquiler, pero que estos últimos no son accesibles a muchos municipios que no cuentan con fondos para construir los edificios sobre su suelo.

En otros países de Europa la figura de Community Land Trust (CLT) está resultando ser una alternativa de tenencia para asegurar la continuidad en el tiempo de los proyectos colaborativos públicos. Esta figura es distinta que el derecho de superficie, pues asegura la propiedad del suelo y su uso a perpetuidad (no con el límite temporal del derecho de superficie) y permite generar una inversión conjunta e incluso emitir títulos o participaciones, de tal forma que se ofrezca a una multiplicidad de inversores la posibilidad de invertir en un proyecto social, con rentabilidades ajustadas pero muy seguras, gracias a la idiosincrasia de los proyectos colaborativos: personas que responsable y voluntariamente se juntan para sacar adelante un proyecto de vida compartido y sostenible.