Acompañamos a Torreperogil en el proceso participativo para que sus vecinas y vecinos decidan cómo envejecer mejor sin salir del pueblo

Este mes de mayo ha comenzado el proceso participativo “Diseñando nuestro futuro” en Torreperogil (Jaen), en el que Jubilares está coordinando distintos grupos focales y entrevistas para decidir colectivamente qué se necesita para que las personas mayores puedan vivir en el pueblo y envejecer con dignidad, identificando los recursos comunitarios y profesionales necesarios para ello.

El interés en el pueblo por este asunto quedó de manifiesto ya en la presentación del proceso, el pasado 19 de abril, al que acudieron muchas vecinas y vecinos y en el que Marga Torrego y Miguel Ángel Mira propusieron una mirada diferente sobre el envejecimiento que posibilite generar recursos más acordes con el deseo mayoritario, que es seguir viviendo en casa y en el pueblo.

El 17 de mayo comenzaron los grupos focales, que están demostrando la pertinencia del proceso y las ganas de participar y de expresar su opinión de todas las personas participantes. Hasta el momento se han celebrado sesiones con personas mayores —uno de ellos específico con mujeres—, cuidadoras. Se prevé celebrar un grupo con personal técnico del municipio y varias entrevistas con agentes clave para tratar de conformar un diagnóstico lo más preciso y útil posible para orientar futuras acciones.

Alegres de poder envejecer en el pueblo

Las primeras impresiones del proceso constatan que la vecindad torreña está contenta de vivir en el pueblo, hay vínculos comunitarios sólidos y multitud de actividades pensadas para las personas mayores. También se han expresado algunas áreas de mejora, como el transporte, el funcionamiento del centro de salud, mejorar la comunicación de actividades y eventos en barrios menos céntricos de la localidad o la limpieza de ciertos espacios públicos, así como espacios de mayor conexión con la gente joven.

En general, se detecta la necesidad de compañía, de recibir atención emocional y apoyo para el sostén de la vida cotidiana. Las mayores demandas que se han identificado hasta el momento tienen que ver con los apoyos cuando hay situaciones de dependencia. En este sentido, hay peticiones en un doble sentido: por un lado, más profesionales con una buena formación para atención domiciliaria, como han destacado las personas cuidadoras; por otro, recursos como un centro de día o una residencia parece que se perciben como una garantía para hacer posible seguir viviendo en el pueblo cuando se presentan situaciones de dependencia.

Se perciben diferencias claras entre hombres y mujeres: aunque los hombres tradicionalmente hayan participado más en la vida pública, cuando envejecen y se presentan situaciones de dependencia, presentan más riesgo de aislamiento y soledad. En cambio, las mujeres mantienen sus dinámicas vecinales y comunitarias.

El valor de iniciar procesos de escucha ciudadana específicos con personas mayores

El acompañamiento de Jubilares, que en esta ocasión está llevando a cabo Leticia Martínez Frías, facilitadora jienense con experiencia en la dinamización de grupos, es en sí mismo una forma de intervención social. La metodología aplicada, que reconoce en todo momento el protagonismo de las personas mayores en todo proceso de escucha ciudadana, contribuyen a generar reflexiones de gran calado.

Así está sucediendo también en Torreperogil. Los grupos focales están constituyendo espacios de confianza en los que reflexionar sobre el hecho mismo de envejecer, tanto desde la vivencia personal a la colectiva: ¿cómo envejezco yo y qué supone envejecer en este pueblo, en el seno de esta comunidad?

Leticia ha utilizado distintas dinámicas para que las personas mayores pudieran expresar cómo viven esta etapa. Junto con la experiencia para apreciar los momentos importantes y aprender de todo ello o el tiempo libre para disfrutar con la familia, han aparecido también inseguridades y cierto temor a la soledad o a convertirse en una carga para otras personas.

Estos momentos de introspección y de puesta en común han sido muy bien valorados. De hecho, en varios grupos se expresó la necesidad de contar con más espacios de este tipo, no solo de ocio o envejecimiento activo, sino de encuentro significativo con otras personas.

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