Etiquetado: vivienda para siempre
Ambiente «hogar»: zonas de paso
Hemos hablado en otras ocasiones del modelo «hogar» referido a partes importantes de la casa / jubilar /residencia… para personas mayores. Y es que todos queremos sentirnos siempre en casa.
Se comprende fácilmente que nadie quiera habitar dormitorios que parezcan habitaciones de hospital, así que hace ya tiempo que las residencias añadieron colores, las melaminas se sustituyeron por chapados de madera y se redondearon las formas. Añadiendo algún que otro detalle decorativo, un cuadro, una silla tapizada… se logró un ambiente más amable, pero aún frío, quizá un poco… «hotelero», como sugieriendo estar de paso por allí.
En los últimos tiempos hemos comprendido que para lograr un verdadero ambiente «hogar» necesitamos tres ingredientes esenciales:
1.- Elementos domésticos, realmente pertenecientes al ambiente de una casa. Preguntémonos: ¿esa lámpara / silla / cortina la pondría yo en mi casa?
2.- Versatilidad que permita la máxima personalización. Una pared blanca libre de objetos, lejos de resultar fría tiene la posibilidad de llenarse de los objetos que siempre poblaron nuestras anteriores viviendas.
3.- Llevar el ambiente hogar a todas las partes del edificio. Si quiero vivir «en casa» (vivienda/residencia/jubilar…) para toda la vida, hasta el pasillo que comunica mi dormitorio y mi comedor he de sentirlo como mi casa. La continuidad es imprescindible, ya que si se quiebra, aparecerá una sensación de que «salgo de mi casa» antes de llegar a la dependencia común a la que voy, que por tanto ya no estará «en mi casa». Por eso los espacios de circulación, ya sean interiores o exteriores, deben mantener una calidez y ambiente hogareño, para que todo el conjunto nos acoja por igual.
En las zonas comunes evidentemente hay que llegar a un compromiso. El reto es lograr que sea la casa de todos, y no de nadie. Porque pasamos buena parte de nuestra vida escogiendo los objetos entre los que queremos vivir, creando espacios de confort, rincones donde refugiarnos o amplios espacios para recibir amistades… Nuestros recuerdos del hogar se asocian al tacto de una tela, el sonido de una puerta, la vista de un marco de fotos, el olor de la casa al entrar, incluso el gusto de la comida preferida. No se trata de mantenerlo todo, la vida siempre fue cambiante… pero cada vez que nos mudamos, llevamos con nosotros de alguna forma nuestro hogar, en forma de objetos. ¿Hay razón para renunciar a ello?
Con-vivir el Alzheimer
El pasado sábado 21 de septiembre se conmemoró el que fue elegido por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Alzheimer como el Día Mundial del Alzheimer. El objetivo es dar a conocer la enfermedad y difundir información al respecto, solicitando el apoyo y la solidaridad de la población en general, de instituciones y de organismos oficiales.
Nos sumamos a la iniciativa. Como indicaba el año pasado el informe de la OMS «Dementia: A Public Health Priority» el Alzheimer y otras demencias son una prioridad a nivel mundial («Cuestión de Estado», dice el lema escogido este año). Cada año 4,6 millones de personas son diagnosticadas de algún tipo de demencia en el mundo. Se trata de una enfermedad que afecta de forma traumática no solo a los enfermos sino muy especialmente a las personas que los rodean.
Esta enfermedad no forma parte del proceso normal de envejecimiento.
Es importante destacarlo puesto que a menudo forma parte del conjunto de estereotipos negativos que se difunden sobre las personas mayores. Y ha de ser una enfermedad contra la que seguir luchando para finalmente erradicar.
El estigma es aún tan grande que muchos afectados (enfermos y familiares) sienten vergüenza y no acuden a las asociaciones. Así se lamenta Koldo Aulestia, presidente de CEAFA en esta entrevista con motivo de la conmemoración del 21 de septiembre. De este modo al drama del Alzheimer se suma el de la soledad. La del enfermo, y la terrible soledad de la persona cuidadora.
Recomendamos páginas como Alzheimer Universal o KNOWalzheimer para encontrar información, acudir a las asociaciones de enfermos y familiares de Alzheimer y otras demencias, que trabajan desde ámbitos locales en todo el mundo para sensibilizar y conocer la enfermedad, para reducir el estigma, para reivindicar unas condiciones mínimas basadas en los derechos humanos para las personas afectadas por el alzheimer, para reconocer el papel fundamental de los familiares y cuidadores, facilitar el acceso a tratamientos y cuidados, y tomar medidas de salud pública para prevenir la enfermedad.
Es en este último punto donde nuestra asociación pretende aportar su granito de arena en la transformación del entorno físico y social de las personas mayores hacia ambientes, como los «jubilares«, de amistad, apoyo mutuo, prevención (con la previsión de sistemas de asistencia integral y centrada en la persona), de viviendas para toda la vida… Ello posibilita, como reza el texto de las reivindicaciones de CEAFA en el Día Mundial del Alzheimer_2013 que logremos los objetivos propuestos: «mantener a las personas con Alzheimer en su entorno de vida habitual«, y «promover su máxima autonomía y el mantenimiento de sus capacidades«.
Creemos posible vivir en casa hasta cualquier nivel de dependencia. También con Alzheimer. Esto se logra con un entorno físico inmediato (habitación, vivienda, edificio, barrio) adecuado, pero también con la promoción de culturas de vida en comunidad en la que las personas encuentren previamente el soporte emocional adecuado para superar embates como el que suponen este tipo de enfermedades.
Diseño de «viviendas para toda la vida»: exterior y límites
Entre los Ejemplos Internacionales que vamos publicando, de comunidades tipo senior cohousing o cooperativas de mayores, aunque nos sirven para ilustrar, aunque sea de forma aproximativa, lo que es un «jubilar«, a menudo encontramos carencias que desde nuestro punto de vista resultan llamativas.
Las «viviendas para todos«, las «viviendas para toda la vida«, dejan de serlo en muchos casos por la existencia de escalones, por el confuso diseño para personas con dependencia cognitiva, etc. Muchas de aquellas experiencias contaban con «irse finalmente a una residencia». Creemos que es una pena, sobre todo porque en una buena parte de los casos esto se podría evitar.
Nuestro consejo es prever la dependencia, sin que ésta obligue a diseños «hospitalarios» u «hoteleros». No es necesario. Se trata de que la arquitectura hogareña sea adaptada… y adaptable. Como cuando una pareja compra un coche grande previendo que podría tener hijos, pero no incluye la sillita ni elige un autobús.
Además en la mayoría de los casos el «diseño para siempre» no es más caro. La arquitectura bien pensada puede ser incluso más económica.
En este y próximos artículos iremos publicando claves de diseño para lograr viviendas para toda la vida. Servirán al lego para reflexionar sobre la arquitectura que vemos a nuestro alrededor e ir formando pensamiento crítico. Esperamos que sirvan asimismo de ayuda a los arquitectos y empresas relacionadas con el mundo de la gerontología, y más específicamente con el del «senior cohousing» o «jubilar».
En este texto de Victor Regnier, Profesor de Arquitectura y Gerontología de la Southern California University, incluido en el libro «Innovaciones en residencias para personas en situación de dependencia», se aportan al menos 60 claves de diseño para viviendas asistidas para personas mayores con necesidad de cuidados por fragilidad o dependencia cognitiva o física. Destacamos en las siguientes líneas algunas de estas características, las aplicadas a la ubicación del conjunto y su diseño exterior, son buenas ideas que si no son necesarias en todos los casos, sí recomendamos para el diseño exitoso de un jubilar:
– Relación con el vecindario: inclusión en una zona residencial e integración con el paisaje existente
– Instalaciones abiertas a la comunidad más amplia del barrio o el municipio, más allá de los límites de la cooperativa. Ej. aula para dar clases, comedor abierto al vecindario.
– Patios con elementos paisajísticos, bien proporcionados y protegidos. Sirven para múltiples actividades, pero además pueden ser el único espacio exterior para residentes con pérdida de memoria. Se puede contar con el agua, también con fauna (ej. acuática, pero también pájaros u otros animales domésticos).
– Espacios intermedios entre interior y exterior. Porches cubiertos o acristalados. La situación de espacio protegido en el límite del edificio da seguridad a muchas personas personas, especialmente las que padecen demencia.
– En relación con lo anterior, parece bueno disponer e algún espacio luminoso y cerrado, con vegetación, para los días de invierno y/o en lugares fríos.
– «El sitio de la barbacoa«. No necesariamente para este uso, se trata de un lugar exterior con buena capacidad, para «alojar una serie de actividades que incluyan comer, bailar, escuchar música, etc.» Con «buen control del sol y del viento«. Conviene que se diseñe en extensión de otro espacio interior, como sala de estar o comedor.
– Sombras. Pérgolas, toldos y parasoles para controlar el sol. También «es importante mitigar el deslumbramiento».
– Espacios de paseo en forma de bucle (especialmente recomendados para personas con demencia), con espacios para sentarse y relajarse cada cierto tiempo. Se trata de evitar esos peligrosos espacios de confusión.
– Espacio para el uso infantil. De cara al empleo de familiares, o personas del barrio, etc.
Como siempre, el objetivo es la mayor autonomía hasta el final. La mayor parte de las personas mayores no pasarán siquiera por una etapa de dependencia; pero contar con ello es más que razonable para garantizar una vida digna para todos.