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Senior Cohousing: salud, participación y creación de comunidad
Artículo previamente publicado el 10 de octubre de 2016 en el Blog de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, Imserso.
Es objetivo de la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, impulsada por la OMS, la creación de entornos que faciliten “un envejecimiento activo y saludable”, promoviendo la “participación de las personas mayores, teniendo en cuenta sus necesidades, percepciones y opiniones”.
En pocas palabras se dice mucho, vayamos por partes:
Recordemos, el Envejecimiento Activo se comprende como un proceso donde se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad: los 3 pilares están interconectados entre sí, de forma que no es requisito previo a un envejecimiento exitoso el carecer de enfermedad, sino más bien la salud puede ser consecuencia de un entorno que propicie bienestar.
Y es que ya en el documento de constitución de la Organización Mundial de la Salud se definió SALUD como «estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades«.
Autonomía, solidaridad y gozo en el Cohousing
Otra forma, a nuestro juicio más concreta y al tiempo sugerente, de expresar la salud como estado de bienestar es aquélla del Congreso de Perpiñán (1976): “la salud es aquella manera de vivir que es autónoma, solidaria y gozosa”. Así lo recuerdan Joan Subirats y Toni Vilá en su interesante artículo ¿Es la salud un tema estrictamente sanitario?, publicado en el último número de la revista Treball Social. Tres interesantes conceptos. La autonomía es incluso, en nuestro país, derecho subjetivo de ciudadanía desde la ley de «dependencia» de 2006. La solidaridad intergeneracional se reconoce como clave para un envejecimiento activo (participación – seguridad – salud) desde finales del XX. El «goce pleno y en condiciones de igualdad» es el objetivo propuesto por la ONU en su Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Autonomía, solidaridad y gozo son tres importantes objetivos para quien plantee transformar o crear un entorno adecuado para envejecer. Las comunidades autogestionadas de senior cohousing (jubilares) son buen ejemplo de ello:
1.- Son lugares que principalmente fomentan la autonomía personal, precisamente a través de la participación y una verdadera inclusión en la comunidad, a partir de la diversidad en la elección de actividades, en el protagonismo de cada una de las personas a la hora de decidir sobre su propia vida… Hay tanta comunidad como se quiera, tanta privacidad como se desea. Se mantiene una gran autonomía personal, incluso en situaciones de dependencia, porque hay comunidad.
Me alegro de vivir aquí y creo que todo ha sucedido de una forma armoniosa. Mi mujer y yo somos personas sociables que disfrutamos del hecho de tener justo al lado a la gente con la que mejor lo pasamos. Pero aquí hay un equilibrio muy preciso y definido entre las puertas abiertas y la vida privada. Jens Asger Hansen, residente de Munksoegard.
2.- Son lugares donde se hace patente la solidaridad como interdependencia: necesito de los demás, y yo también me entrego para, entre todos, alcanzar objetivos comunes. Son lugares donde de forma consciente (desde los primeros talleres de empoderamiento) o insconsciente (en la actividad diaria) se diseñan y se ponen en práctica acciones de solidaridad interna pero también para con una comunidad más amplia en la que se insertan. Son lugares donde las personas comparten conocimientos, trabajo, emociones y vivencias, también el deseo común de trascender a otros ámbitos sociales, naturales… Son lugares que fomentan la empatía, el diálogo en la diversidad, la inteligencia colectiva, y la ayuda a la dependencia gracias a una fuerte red de apoyo social.
Cuando los levantamos por la mañana nos decimos «¿qué puedo hacer por alguien hoy?». Es sólo un sentimiento discreto. Así que hacemos lo que podemos y lo hacemos discretamente. No necesitamos ver nuestras obras en el periódico o anunciadas en las líneas aéreas. Ted Andrewlevich, residente de cohousing en EE.UU.
3.- Finalmente son lugares destinados al gozo: al placer, el confort, la alegría y diversión, la amistad… Jubilar (del latín iubilare) significa «gritar de alegría». Las personas jubiladas o las que viven en un «jubilar» (las personas mayores en definitiva) cuentan con múltiples oportunidades para seguir gozando.
Huele bien a través de las ventanas de la cocina, donde se prepara la cena. Nuestras cenas colectivas suelen consistir en una ternera, cordero, huevos y pollo de nuestra pequeña granja, y verdura de nuestro huerto. Hace una tarde estupenda, así que decidimos cenar en la terraza, con vistas a la laguna. Todo el mundo echa una mano con las sillas y las mesas, y para poner las sombrillas.Después de cenar, una vez se han retirado las mesas, formamos dos equipos y jugamos a la petanca una hora o así. A un par de nosotros se nos da bastante bien, y hay un poco de guasa. Según termino el día, cruzo al gallinero y lo cierro por la noche. Unos pocos vecinos entran en la casa común a tomarse una botella de vino; los otros vuelven a su casa a relajarse con las noticias después de un día agradable. Olaf Dejgaard, residente de Munksoegard.
El creciente interés acerca del modelo “cohousing” en nuestro país ha sido impulsado principalmente por las personas mayores (no fue así en otros países donde era la juventud pionera en la transformación innovadora del modelo de vivienda o barrio). Es por ello que la Unión Democrática de Pensionistas UDP (miembro asimismo del grupo de trabajo de Ciudades Amigables) ha incluido recientemente en su web un interesante blog sobre Cohousing.
Herramientas: metodología participativa, creación de comunidad
La participación es herramienta común para lograr los tres objetivos. También lo son cualesquiera métodos para la creación y cohesión de la comunidad. Así, el cohousing es entorno paradigmático para la mejora de la salud, tal y como la hemos formulado. Pero no es el único, ni mucho menos. Conviene tomar los principios enunciados y releer las líneas escritas más arriba pensando en la transformación de las residencias o centros de mayores, en nuestra propia comunidad de vecinos, en el barrio o aldea, la ciudad global…
La Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores propone 8 áreas temáticas sobre las que reflexionar con el objetivo de lograr entornos para la mejora de la calidad de vida de las personas mayores (y por tanto, de todas). Parece interesante añadir, dentro de la metodología que propone la OMS, al trabajo con los grupos focales otras reflexiones sobre temas transversales para una verdadera transformación de la ciudad como ecosistema centrado en las personas: cómo lograr más autonomía, más solidaridad, más gozo. Es una cuestión de salud.
(Por: Javier del Monte Diego. Asociación Jubilares. Citas de Durrett, C. (2015). El Manual del Senior Cohousing. Autonomía personal através de la comunidad. Madrid: Dykinson. Fotografías de las webs de las asociaciones canadiense y de EEUU de Senior Cohousing)
¿Envejecimiento activo?
Que no nos vendan la moto. Hoy algunos llaman «envejecimiento activo» a cualquier cosa. Tampoco el ejercicio físico, respirando el aire puro del parque, trabajando ejercicios mentales, ni siquiera con la risa lo lograremos…
… en soledad no hay envejecimiento activo (seguridad, participación y salud)
Abierto por vacaciones
Aunque estos días no publicaremos artículos, la asociación Jubilares sigue durante el mes de agosto a vuestra disposición. Podéis visitar la web http://www.jubilares.es, la página de facebook http://www.facebook.com/jubilares, podéis llamarnos (91 308 70 38), visitarnos (C/ Zurbano 58 1ºC, Madrid) o escribirnos (info@jubilares.es).
Desde este medio, nuestro/vuestro blog, os deseamos para este periodo estival mucha participación, seguridad y salud. Nos vemos en septiembre.
¡Denuncia a tu vecino!
Encontramos en un portal inmobiliario (cuyo enlace esta vez omitiremos): «Para solucionar los problemas entre vecinos nada mejor que conocer los derechos y obligaciones que nos asisten». Nada mejor… ¿De verdad no hay nada mejor?
A nadie se le ocurriría decir a un niño que sus problemas de relación con los amigos del cole se le solucionarán leyendo la normativa autonómica sobre centros educativos, o que los problemas de pareja acaban código civil en mano. Pero, ay, con los vecinos…
Buscando en internet no es difícil encontrar información sobre «cómo denunciar a un vecino», las causas son múltiples; y hasta «denuncias a vecinos por falsas denuncias a vecinos».
Diríamos que una causa de tanto papel en los juzgados sobre el tema es la falta de educación para la convivencia. Primero solemos elegir la casa, luego nos encontramos de sopetón con el vecino, con el que además compartimos: un portal, una escalera, una fachada, el silencio (o no) de la noche en el edificio… Pero no sabemos compartir.
Pues bien, frente al consejillo del jurista proponemos dos opciones creemos que más satisfactorias (por más humanas):
1.- Elige antes y crea tu propia comunidad. Para hacerse un jubilar (o un cohousing para edades más jóvenes como los que propone Sostre Civic) primero se crea la comunidad y luego el edificio. No es un asunto menor. Primero nos conocemos, luego convivimos. Y es seguro que después de haber iniciado un proyecto común seguiremos emprendiendo otros ya dentro de un espacio compartido , y seremos más capaces de hablar entre nosotros, y seremos más generosos como para olvidarnos de la norma jurídica en la que nuestra relación se basa.
2.- Aprende a convivir. Para el caso de las típicas comunidades de vecinos, es decir, para el 80% de la población que vivimos en edificios con más de una vivienda. ¿Y si hacemos un esfuerzo por conocernos, ya que convivimos entre las mismas paredes? Ante el posible escepticismo del lector, proponemos la lectura de esta ilusionante noticia. Es de hace un año, pero ha vuelto a difundirse en estos días y no tiene desperdicio.
Hace ocho años, Cruz Roja Gipuzkoa creó el programa ‘Promotor de salud y portal solidario’ para promover la salud a partir del concepto de buena vecindad. Hoy, estos portales solidarios implican a casi 50.000 viviendas, e implica un espíritu de la responsabilidad ética y moral a las comunidades de vecinos.
Esa responsabilidad desde luego que se educa en las escuelas. En nuestro país carecemos, en términos generales, de educación en inteligencia emocional y social, para el trabajo en equipo, para la colaboración mutua… Esto se aprende y se pone en práctica desde niños. Recomendamos el magnífico libro de J.Antonio Marina «Aprender a Convivir». Nunca es tarde. Como dicen los responsables de los proyectos de Cruz Roja José Antonio Fernández y Maider González, empatía, comunicación asertiva, pensamiento creativo, toma de decisiones… son hábitos que deberíamos trabajar. Y si no lo hemos hecho antes, hagamos «gimnasia para la convivencia».
Aprender leyes y denunciar, o aprender hábitos de convivencia. Los segundos, además, mejoran la salud.
Autocuidados mutuos
El mes pasado se hizo pública una encuesta a profesionales sanitarios sobre el valor de los autocuidados. Cerca del 95% consideraba que son medidas eficaces y reducen consultas innecesarias. Por ello, en la Semana del Autocuidado que el semFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria) celebró el pasado mes se presentó información útil (nociones básicas, consejos, páginas web, cuándo acudir al medico de familia…) sobre patologías en la consulta en las que el autocuidado puede jugar un papel clave. Asimismo se contó a la población qué no debe faltar en un Botiquín, se presentó un vídeo explicativo así como un Decálogo del autocuidado. Diez puntos para vivir más, mejor y más feliz, con recomendaciones sobre alimentación, consumo de alcohol, actividad física, conducción responsable, uso racional del medicamento y actitud positiva ante la vida.
Acudir a fuentes fiables, como las comentadas arriba, o la Red Internacional del Autocuidado de la Salud, es clave para no caer en la desinformación que dan las miles de fuentes incluso contradictorias de internet.
En todo caso, como dice Nuria Sastre, de la Asociación para el Autocuidado de la Salud, «cada vez somos más conscientes de los beneficios que tiene el autocuidado responsable». En esta toma de conciencia, las administraciones saben que «hoy en día, desde la prevención, desde el tratamiento, desde la alimentación adecuada, con medicamentos y con productos de autocuidado, con alimentos, con información, con formación, con educación sanitaria, a través de las redes sociales, los ciudadanos podemos desarrollar un autocuidado que nos permitirá disfrutar individualmente de una vida saludable», pero también permitirá un sistema de salud más eficiente. Como se expresaba en el artículo de El Mundo del mes pasado, «Cuanto más autocuidado hay, más sostenible es el sistema».
Aplicado a los mayores, precisamente una de las conclusiones del encuentro de agosto de 2012 «Envejecimiento Activo: promover la autonomía a través del compromiso y la responsabilidad social» fue la de que el autocuidado es uno de los factores que condicionan la posibilidad de «envejecer bien» y sobre los que podemos intervenir.
Desde Jubilares queremos añadir un paso más a todo lo dicho: el valor del autocuidado se eleva cuando añadimos el cuidado del que está al lado. Así, podríamos hablar de un concepto interesante, los autocuidados mutuos. Los que tienen lugar en un entorno comunitario donde la autonomía personal es la clave. Los que aparecen en un piso compartido, en un cohousing, en una aldea, en un jubilar.
Así, la información, la formación, la alimentación, la vida saludable (buenos hábitos, deporte, actividades estimulantes, etc.)… son mayores si son compartidos. Se recibe el apoyo de la persona que vive junto a ti, que también quiere cuidarse y quiere que tú estés bien. Se trata de un nuevo concepto del cuidado mutuo, que debe formar parte de la educación de la sociedad y se basa en el respeto y la responsabilidad.
El entorno físico del jubilar propicia todo esto. El entorno social, por descontado, como ya hemos comentado. Además la asistencia externa es menor en etapas de no dependencia o dependencia baja. Finalmente, el gestor de casos, experto en asistencia integral y centrada en la persona, aconseja (ojo, no tutela) para una vida realmente saludable.
Los autocuidados mutuos son la clave para la sostenibilidad del sistema, sí, pero sobre todo para la mejora de la salud de una sociedad avanzada que cuenta con la responsabilidad de las personas que la componen.