Etiquetado: persona mayor

Pintar con el corazón

Cuando afirmamos que en una «quinta generación de residencias de mayores», un senior cohousing – o jubilar – una pieza clave para la salud es el soporte que da la comunidad (las amistades, la vecindad…) en absoluto descartamos la eventual necesidad del trabajo de profesionales del ámbito sociosanitario.  En cada caso se habrá de contar con los servicios profesionales adecuados, proporcionados por los sistemas de salud público o privado de que dispone cada persona o por los que la cooperativa desee contratar. Porque el objetivo es seguir en casa hasta cualquier nivel de dependencia.

El tipo de cuidado coherente con un jubilar, que cuenta con la participación y la autonomía de las personas como ariete frente al envejecimiento biológico, pasa necesariamente por un «modelo de atención integral y centrado en la persona«. Cuando hablamos de «profesionales sin bata» nos referimos a equipos de profesionales de apoyo, personas que están al lado de las personas que requieren sus servicios. La atención centrada en la persona exige que ésta no sea tratada como «paciente» sino desde la integralidad como persona. Desde hace décadas el trabajo en gerontología se comprende desde una visión multidimensional porque así son las necesidades de las personas. Cada vez más profesionales quieren trabajar desde la empatía, como expresan desde la Fundación NewHealth dicen querer «volver a ser lo que nos trajo al mundo de la sanidad», y se atreven incluso a «pintar con el corazón»:

«Ponerse en la piel de los demás, ser capaces de comprender lo que la otra persona siente en una situación determinada» es uno de los puntos que resumen el trabajo de los nuevos roles y equipos de atención de los y las profesionales que trabajan desde el modelo de atención centrada en la persona. Así se expresa en el cuaderno 4 de una interesante serie que publica la Fundación Matia y el Gobierno Vasco, en cuya redacción han trabajado cuatro grandes de la gerontología: Teresa Martínez, Pura Díaz-Veiga, Mayte Sancho y Pilar Rodríguez.

El cambio de rol no es fácil, existen múltiples resistencias (propias y ajenas), existen dificultades aunque también alternativas que hay que saber descubrir… Cada vez se va acumulando más experiencia y por ello los equipos profesionales cuentan con más apoyo, dentro y fuera de su ámbito laboral.

Una pieza clave en el modelo de atención centrado en la persona es el/la profesional de referencia (cuaderno 5). Se trata de aquella persona que conoce a la usuaria, a sus personas de confianza, es alguien que muestra cercanía y disponibilidad.

Cuaderno 4. Profesionales. Nuevos Roles y equipos técnicosEl conocimiento de que hablamos no se refiere al historial clínico, sino a la biografía  y proyecto de vida de cada persona, las preferencias en relación a la atención. Esta profesional sabe identificar, no solo las incapacidades (habitual en un modelo tradicional de cuidado), sino las competencias de la persona, reconocer las capacidades mantenidas y orientar para que la persona cuidada pueda tomar sus propias decisiones y adquirir el control sobre su vida cotidiana. Para ello cuenta con los recursos de la persona que requiere de cuidado, pero también con los que aportan los entornos en que vive, las actividades que realiza, las otras personas con que aquélla cuenta (familias, amigos y amigas…).

Evitar en el trabajo profesional la rutina aburrida, buscar la creatividad, nuevas opciones, porque los sistemas centrados en las personas también han de contar con las necesidades de éstas que son las profesionales. «Personas que cuidamos a personas», ni más ni menos.

Aprovechamos la ocasión para dejar la serie completa de cuadernos sobre atención centrada en la persona:

  • cuaderno 1. La atención centrada en la persona. ¿En qué consiste este modelo de atención?
  • cuaderno 2. La atención centrada en la persona. ¿Cómo llevarla a la práctica?
  • cuaderno 3. Cómo y dónde quiero que me cuiden
  • cuaderno 4. Profesionales. Nuevos roles y equipos de atención
  • cuaderno 5. Profesional de referencia en centros
  • cuaderno 6. Unidades de convivencia para personas que necesitan ayuda
  • cuaderno 7. Conocer a la persona y apoyar su autodeterminación. El plan de atención y vida
  • cuaderno 8. Conocer a la persona y apoyar su autodeterminación. El grupo de apoyo y consenso
  • cuaderno 9. Vida cotidiana. Realizar actividades
  • cuaderno 10. Vida cotidiana. Las relaciones con los demás
  • cuaderno 11. Vida cotidiana. Los cuidados personales

Actualización del post (12-01-2015):

Portada Cuidar, Cuidarse y Sentirse Bien«Cuidar, cuidarse y sentirse bien»

Acaba de salir a la luz un interesante documento en relación al tema tratado. Incluimos enlace para su descarga de la Guía para Personas Cuidadoras según el Modelo de Atención Integral y Centrada en la Persona, cuaderno que forma parte del Proyecto de la Fundación Pilares “Cuidamos contigo”, en colaboración con la Obra Social La Caixa. Ha sido elaborado por Pilar Rodríguez Rodríguez, Pura Díaz-Veiga,Teresa Martínez Rodríguez y Ana García Mendoza.

Creemos que es un texto útil para cuidadoras y público en general: guia_cuidar_web

 

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Mi (buena) vida a los 50

Bellingham CohousingBuscamos razones, causas y efectos para todo lo que hacemos. Nuestro sentido pragmático nos hace preguntarnos por qué vivir en un senior cohousing (jubilar) … «si todavía estoy bien».

Y ahí está la gran falacia: suponemos que un modelo residencial de mayores está relacionado con una cierta dosis de dependencia. El error es más que normal. Proviene de los estereotipos que nos van marcando desde la publicidad, los medios de comunicación, las películas…

Ayer un niño de 5 años me habla de «viejos». Le pregunto si sus abuelos lo son. «No», dice rotundamente. (Sus abuelos tienen 68 a 75 años). ¿Y qué es un viejo para ti? La respuesta inmediata: «Alguien que tiene el pelo blanco y usa bastón».

Lo tenemos interiorizado. Parece que uno no puede irse a un jubilar hasta que no haya clareado su pelambrera y definitivamente requiera de algo o alguien en quien apoyarse… Hoy desde Jubilares queremos dar razones para el que se plantee esto de vivir en un jubilar o senior cohousing, más allá de la clásica (ha de ser clásica, conocemos tantos casos…) conversación de bar en el que nos preguntamos ¿y si nos jubilamos juntos los amigos?

El más joven de los habitantes de Trabensol, como nos contaban ayer en el El País, tiene 67 años. Pero comenzaron esta empresa hace más de diez años. En otros países comienzan a plantearse esta forma de vida en la cincuentena. Aquí estamos empezando a asumir ese modelo del «50+»: La feria de mayores de Plusesmas se llamaba Vivir50plus. Nuestras amigas Anja Hoffmann y Ulrike Wehr proponen su modelo de cohousing llamado habitat 50 plus. La «comunidad de la experiencia» de las redes sociales se denomina post55… A los 50 hemos vivido la mitad de la vida adulta (echen la cuenta). Nos queda otra mitad por delante. Así que ahí tenemos una primera razón para replantearse la vida: qué quiero para mi segunda mitad de la vida.

Otra razón tiene que ver con nuestra situación familiar. Tirando de estadísticas, por supuesto: en la cincuentena es cuando vemos a nuestros hijos pasar a formar parte del mundo adulto. Y a nuestros padres encanecer y quizá empezar a usar bastón… Mirando a unos y otros quizá es un momento en que muchos pensamos «yo no querré ser una carga para mis hijos». «Yo quiero ser autónomo cuando sea mayor».

Así pues, la prevención es un motor real para involucrarse en un proyecto como el que planteamos desde nuestra asociación. La anticipación por lo que pueda venir: estaré incluido en una comunidad que me va a servir de soporte para los momentos de debilidad. Esta prevención es la que a los 50 nos hace dejar de fumar y cambiar hábitos de vida para que sean más saludables.

Pero no es la única razón. Diríamos que ni siquiera es la más importante. Y tampoco recomendable: no se trata de vivir como no queremos en previsión de un futuro que no conocemos. No es (tan solo) una alternativa a la residencia de mayores. Vivir en un jubilar es una oportunidad para una vida más plena, con diversión y con sentido, también cuando todavía no somos «viejos»: la participación en un entorno comunitario donde tengo algo que aportar (eso no tiene edad); la posibilidad de compartir experiencias, objetos, actividades o espacios, la multitud de posibilidades que se abre al vivir con amigos, las iniciativas que yo solo no me atrevería a comenzar, pero en grupo nos resulta fácil… La profesora de música cuenta con un espacio propio para impartir sus clases o dar conciertos. En su propia casa. La privacidad que se quiera. La comunidad que se quiera. La enfermera aún en activo sale de su casa por las mañanas y queda su marido, ahora en paro, trabajando en el taller común para lanzar su próximo proyecto en una feria de artesanía… A media mañana se acerca al apartamento de su suegra a ayudarle en las tareas domésticas que más le cuestan. ¿Todo ello requiere de una edad determinada?

¿Hay que esperar a peinar canas y usar bastón para tener esta vida?