Etiquetado: independencia

Buenas intenciones

¿Queremos mimos, que nos traten «como un rey»?

Cuánta ayuda anula, incapacita o humilla; eso sí cargada, como se cuenta en el corto de Marta Rubio, de «Buenas Intenciones»…

Necesitamos, más que las buenas intenciones de otros, que se respeten nuestras intenciones. Y eso no está en confrontación con la edad o ningún grado de dependencia (si es que la hay). La atención integral y centrada en la persona requiere de la persona cuidadora aprender a escuchar (y preguntar), y favorecer siempre el desarrollo integral de la persona. Exige respetar al máximo su dignidad y autonomía, fomentando las capacidades personales para una vida en todo caso lo más independiente posible. Todo ello, incluidos dentro de una comunidad, en la que en todo caso se puede (y debe) participar.

El protagonista del corto ni siquiera muestra signos de enfermedad, es simplemente «mayor», y se comprende que, tras la pérdida de su esposa, se podría sentir «vulnerable». La respuesta de la persona que ha decidido tutelar se fundamenta en el miedo: al dolor por la muerte del ser querido, a un accidente (corte con el cuchillo), a los «peligros de la calle»… Y el miedo de la cuidadora se traslada al cuidado, y finalmente se transforma en una aparentemente segura inacción.

La comparación que el corto hace con un bebé nos parece asimismo pertinente. Se nos dice: los hijos han de cuidar de los padres como éstos a su vez hicieron con sus niños… Pero… ¿cómo se cuidó a los niños? ¿Un sujeto «cuidador» y un objeto «cuidado»? La reflexión se puede llevar a la atención a personas de cualquier edad con discapacidad o dependencia («son como niños…»). Hoy, sin embargo, comprendemos que en la educación infantil y juvenil, o la atención a personas con dicapacidad física o psíquica… la protagonista es la persona, y los derechos y principios éticos son los mismos: Decálogo de la Atencion Centrada en la Persona (en Alzheimer Universal).

¿Y cuando se pone más difícil? Alzheimer, demencias y otras enfermedades…

MED_cartel_del_dia_mundial_del_alzheimer_2014_para_webLa durísima labor de las personas cuidadoras (y especialmente la cuidadora informal, principalmente mujer, que desarrolla un trabajo no reconocido socialmente y para el que a menudo no está siquiera psicológicamente preparada) nos lleva a una cierta indulgencia, que no debería diluir los principios enunciados anteriormente en un mar de «buenas intenciones». La responsabilidad que se asume con la atención a personas vulnerables exige la ayuda de toda la comunidad para con estas personas cuidadoras. El Estado, en cumplimiento de la Ley de Dependencia, asociaciones de familiares, las familias, vecinos… todos podemos participar en esta tarea donde la formación, como recientemente nos recuerda Pablo A. Barredo (Diario de un cuidador) también cobra un papel fundamental.

Postit Yo decidoEl próximo domingo, 21 de septiembre, se celebra como cada año, el Día Mundial del Alzheimer. El lema de 2014 es «SOLIDARIOS», y el gesto es un post-it para recordar. Ahí va el nuestro. Creemos que el bienestar y desarrollo personal, el deseo de (también el derecho a la) autonomía, la felicidad o la dignidad humanas no tienen edad. Y tampoco grado de dependencia.

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Topografía de un camino desconocido

Tras las vacaciones, comenzamos con ilusión un nuevo apartado, Vidas. El texto que nos ha enviado «AnLo», socio amigo de Jubilares, pretende ser según sus propias palabras, una «reflexión personal, ejemplo vivo y real sobre las motivaciones al cohousing…» Podéis enviarnos vuestros escritos a info@jubilares.es. Muchas gracias.

Al estar próximo a terminar su décimo-septenio*, con sus 68 agostos recién cumplidos, AnLo se sentía bien viviendo en un piso alquilado de 62 m2 en el Centro de Madrid, en Arganzuela, por 650€/mes, luz y agua incluidas. Tiene a tiro de piedra todo tipo de servicios, terrazas incluidas, por supuesto, las de su calle y de las adyacentes, así como muy buen transporte de Bus, Metro y Renfe junto, ahora, a las bicicletas eléctricas del Ayuntamiento. Un hijo vive cerca y los otros dos a media hora de metro. Varias amistades viven a distancias similares. Pero AnLo se siente con ganas de «más». De otro tipo de vida, algo diferente.

Grupo Fundacional Cohousing COP Madrid 009

Y este tipo de vida nuevo no es porque SÍ. Hay una biografía e hilo de vida de AnLo que conducen a ella. Veamos la trayectoria residencial y vital de AnLo para entender mejor lo que busca y lo que no. Las recuerda todas ellas con cariño no exento de valoración de pros y contras de cada una:

  • De sus dos primeros septenios (de 0 a 14 años) constan figuras y paisajes como los chicos y chicas vecinos, compañeros de juegos en el patio, hasta la incomodidad material en una corrala de 30 vecindades con corredor dando a un patio común donde se sentía vigilado por la vecindad por el mero hecho de salir o entrar no digamos si con extraños.
  • El tercer septenio ( de 14 a 21) fue más intenso en vida comunitaria y control social (propios de todo colegio internado) así como en gozo social de las amistades para toda la vida, quizás propiciadas por las hormonas de la adolescencia y por las zonas de juego del internado así como por el ritmo intelectual con sus buenas dosis de tiempo de estudio y reflexión.
  • El cuarto septenio (de 22 a 29) fue el de la Universidad. El día no parecía tener limites de 24 horas ni las actividades de cines, forums, teatros, copas, talleres, reuniones políticas, escaramuzas de protestas todo ello por y pese a vivir en un modesto piso alquilado de cuatro estudiantes en el barrio universitario de Argüelles por donde, una vez acabada la jornada de clases y biblioteca, paseaba en busca de amigos y de hembras.
  • El quinto septenio, (de 29 a 36) ya terminada la Universidad, transcurrió de aquí para allá entre un barrio de las afueras, Saconia, al norte de la ciudad, propio de profesores y de gente joven, a otro barrio más acomodado y céntrico, el de San Bernardo, todos ellos con con muchos servicios y vida ciudadana abundante. Su viaje-estancia en USA marca el transito a la vida profesional con la apertura de un Gabinete de Psicología que creció a costa de estudio, esfuerzo e intercambio dentro ya de una vida familiar con una excelente Compañera madre de 3 hijos -una niña y dos chavalotes-
  • El sexto septenio (de 36 a 42) es el del tramo exhaustivo de la Profesionalidad y de vida de Ciudadanía Responsable, entre el barrio San Bernardo y la Calle Gral. San Jurjo desde donde viaja a múltiples ciudades y transitaba la mandorla de la ciudad con cines, bares visitas a amistades.
  • El séptimo septenio (de 42 a 49) se cambia a un piso grande, luminoso, con colegios públicos cercanos para los hijos, bares a tiro de un paseo y buenas comunicaciones con el centro y con su trabajo. Trabajo que se estabiliza e ilusiona de una nueva FORMA en una INSTITUCIÓN PUBLICA.
  • El octavo septenio (de 49 a 56) si bien es el incio de la decadencia laboral, que no profesional, sigue la familia con los problemas habituales que se amansan en un parque cercano con amistades y juegos para los niños y en bares del barrio con copas con los vecinos.
  • El noveno septenio (de 56 a 63) se dan cambios prometedores tanto de puesto de trabajo como de actividad profesional que no tardan en pinchar, pinchazo que incluye la reestructuración de la vida familiar con los hijos ya criados y fuera del Nido. AnLo se separa amistosa pero dolorosamente.
  • El décimo septenio (de 63 a 70) es el de la pre y jubilación soltería, donde se busca vida después del trabajo para lo que decide no apurar hasta los 70 en el curro, trabajo e institución ya aburridos y sin norte. Pero los cambios de hábitat y de tiempo libre, sin trabajo, el tiempo y las ilusiones crecen y se renuevan con un nuevo tipo, ritmo y lugar de vida, mas modesto pero con alma renovada.

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«Un lugar donde descansar, pensar y reflexionar, recordar y soñar, comer y dormir, leer y oír música, ver TV y escuchar la radio, charlar al teléfono o/y cara a cara, recibir amigos y trabajar… con tranquilidad, con comodidad y estética. Eso es el «Hogar» actualmente para mi en mi décimo Septenio de vida…»

Jubilados y Niños2

… Todo esto no quita sino que requiere otras actividades sociales tanto cívicas, como científicas y políticas.

Tras su diferentes modalidades de vivir y de vivienda, anda -hace 6 años separado- buscando una nueva forma de vivir y de vivienda a través de conocidos y amistades hechas en su Colegio Profesional. Ya es el tercer piso alquilado en el barrio de Delicias y se encuentra a gusto. A 5 minutos andando vive en un estudio simpático su nueva Compañera. AnLo desde ahí accede fácilmente a las 5 tertulias o grupos de trabajo así como a museos, cines, teatros, mercados y parques.. Pero intuye ya que «nuevos septenios requieren nuevos hábitats y nuevas dinámicas».

¿Como serán sus siguientes septenios, si han lugar?:

  • ¿Cómo será su décimo-primer septenio (de 70 a 77) ?
  • ¿Cómo será su decimosegundo septenio (de 77 a 84) ?
  • Y si llega a haber décimo-tercer septenio (de 84 a 91), dónde, cómo y con quien vivirá?

Dónde, cómo y con quién y cerca de quiénes le gustaría vivir para hacer qué cosas? ¿Es posible ser dueños parciales de nuestras vidas en algún tramo de estas?

Vivirá AnLo en casas de alquiler, cómodas y pequeñas que, tras gastarse en 20 años 144.000€ (a razón de unos 7.200€ /año), nunca serán propiedad para sus hijos a los que sin embargo ira coercionando a que le ayuden con sus goteras de salud, hoy, achaques mañana, dependencia desde el decimosegundo o décimo-tercero septenio…

Cuando AnLo venda la casa familiar y reciba su parte o, sin tal, y con su Pensión y un mero crédito bancario avalado por alguien (Asociación de Vecinos Cohousers) más solventes que su mera persona, podrá comprarse un piso de unos 55 a 62 metros cuadrados en un lugar bien comunicado y bien dotado para poder seguir con el tipo de vida que le gusta y que no es otro que el del hilo de su vida con novedades.

El hábitat -casa y barrio- deberá contar con estos 7 requisitos:

  • Accesibilidad económica para alquilar o comprar con las ventajas que puede dar la unión y no ser solo un individuo
  • Independencia en su micro-habitat de 45 metros cuadrados y 17 comunitarios,

    Con relaciones de vecindad enriquecedoras por la diversidad y trato de vecinos conocidos y con algunos pocos amistad…

  • Vida con apoyos en común en unos cuantos parámetros (Ocio, cultura, ayuda y cuidados de unos y otros para cosas sencillas
  • Mantenimiento en su decimosegundo septenio de una calidad de vida físico-residencial, socio-cultural y cognitivo-emocional
  • Estar dispuesto antes a prestar él ese apoyo a otros, mientras las fuerzas le acompañen
  • Tener paciencia para invertir además de dinero, tiempo, esfuerzo, diálogo con sus hipotéticos vecinos con quienes haría unos estatutos que abarquen más que gastos comunes

Pero ponerse de acuerdo sobre los requisitos mínimos comunes no es fácil (a qué precio, dónde, quiénes con qué prestaciones fijas y voluntarias): hace falta moverse personal y colectivamente, hablarse, conocerse, seleccionarse y negociar con los demás «compañeros de viaje».

Hay quien dice que este AnLo es un poco Marciano, que solo sueña con romper moldes…Otros dicen que es un explorador de nuevas pautas de vida…El piensa que será mejor Padre liberando a sus hijos de cuidarle y mejor ciudadano cuidando a otros. Pero casi todos entienden que AnLo es un utópico-pragmático y que poco tiene que perder y sí mucho que ganar… La verdad es que nadie conoce la topografía de un camino desconocido.

Y tú, ¿qué piensas?

Cordialmente te agradezco que me hayas leído hasta aquí.

AnLo

* Septenios, periodos de unos 7 años, es la clasificación del hilo de la vida que hacen autores de la Antroposófica como Gudrun Burkhard que yo desconocía hasta que me lo dió a conocer una colega de Psicólogos Veteranos y de Cohousing. Cada uno constituya y describa como estime oportuno las etapas de su vida.

Las alternativas de vivienda se abren paso en IMSERSO

¿Dónde queremos envejecer?

Respondemos rápidamente, como lo hace la inmensa mayoría de las personas mayores: 9 de cada 10  quieren vivir en su casa, incluso aunque vivan solos. Es un dato de la Encuesta a las Personas Mayores 2010 de IMSERSO.

Vivir en casa

No es tan fácil lograr ese deseo. Las razones son múltiples:

-La vivienda resulta inadecuada (barreras arquitectónicas, falta de ascensor, condiciones térmicas inadecuadas, con problemas de seguridad, con necesidad de mantenimiento que la persona mayor ya no se siente capaz de afrontar, etc.)

– La persona mayor requiere ayuda para realizar tareas domésticas o quehaceres diarios fuera de sus hogares. A menudo es difícil llevar la ayuda a la vivienda existente, sobre todo en el medio rural. O no hay recursos para contratar dicha ayuda…

Estos son los motivos que se esgrimen en el documento que el pasado jueves se presentó en la sede de IMSERSO: «Propuestas para el desarrollo de las orientaciones del Consejo de la Unión Europea relativas a las personas mayores». El texto no se refiere tan solo a la cuestión de la vivienda, sino que plantea medidas y propuestas a los problemas que preocupan a las personas mayores, todo ello en coherencia con las orientaciones que la Unión Europea expuso con ocasión del Año Europeo de Envejecimiento Activo 2012.

En el documento de debate se exponen propuestas relativas al empleo, a la participación en la sociedad (envejecimiento activo no solo como un derecho, sino como deber ciudadano), a la igualdad de oportunidades y a la vida independiente (fomento de salud, alojamiento, transporte y fomento de autonomía a todos los niveles).

Merece la pena su lectura atenta. Nosotros queríamos centrarnos, como corresponde al principal objetivo de nuestra asociación, la mejora del medio físico y social, en el problema de la vivienda:

Las propuestas para enfrentarnos a las dificultades arriba expuestas (principalmente, vivienda inadecuada, o aspectos de la vida cotidiana no suficientemente resueltos) son, en muchos casos, bien conocidas (aunque no suficientemente dotadas económicamente por la administración): subvenciones para el arreglo de viviendas, eliminación de barreras arquitectónicas, prestación de ayuda doméstica para el día a día (dentro y fuera del hogar), implementación de servicios de teleasistencia…

Nuevos modelos de vivienda

Pero además se incluyen medidas novedosas, en la línea de lo que venimos reclamando en los últimos años desde asociaciones como Jubilares: nuevas alternativas residenciales para la vida independiente. Así pues, el IMSERSO hoy propone:

«Por lo que se refiere a la atención social de las personas mayores en sus propias viviendas, con el fin de que puedan mantenerse el mayor tiempo posible en su medio habitual de vida, convendría tomar las siguientes medidas: (…) Impulsar ayudas de vivienda para las personas mayores, prestando especial atención a las que viven solas, a través de subsidios de alquiler, iniciativas de viviendas en cooperativa y similares. (…) Fomentar (…) nuevos modelos de vivienda que den respuesta a sus necesidades y pueda participar activamente en la sociedad.»

Para las personas mayores con discapacidad  «Es preciso promocionar fórmulas y opciones residenciales diversificadas: viviendas de apoyo, apartamentos y pisos asistidos, pisos compartidos, residencias, etc., que faciliten que las personas mayores con discapacidad puedan envejecer en el entorno donde han vivido…»

Creemos muy positivo y conveniente este enfoque en la politica sobre envejecimiento activo, en concreto sobre el alojamiento adecuado para dicho envejecimiento activo. Existen alternativas de vivienda a las tradicionales y es preciso que entre todos (y la Administración juega un papel esencial) ayudemos al impulso de las distintas propuestas, más aún de las que parten de los propios implicados. Es el ejercicio coherente con una política de fomento de participación de las personas mayores, y de la apuesta por su autonomía.

Llevarnos la casa

Vivir en «nuestro entorno» puede significar desde vivir en nuestro barrio, en nuestra propia comunidad hasta vivir con nuestras cosas, o con nuestra gente (en otro lugar). Queremos vivir en nuestra casa. Y cada persona habrá de decidir qué es «su casa».