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Casas accesibles, abiertas a la comunidad

¡3 de cada 4 edificios en España son innacesibles! El resultado, según Miguel Ángel Cabra de Luna, director de Relaciones Sociales e Institucionales de la Fundación ONCE, es que unas 400.000 personas se ven obligados a permanecer «encerrados en sus casas».

Observatorio de la Accesibilidad Universal en la Vivienda 2013El dato, basado en el Censo de Población y Vivienda de los últimos años,  podemos encontrarlo en el Observatorio de la Accesibilidad Universal en la Vivienda en España, documento elaborado por la misma Fundación ONCE, que ha analizado más de 1200 viviendas de primera residencia en todo el país. En el mismo documento se ofrecen otras escalofriantes estadísticas: únicamente el 2% de los edificios de viviendas cuentan con un acceso con características adecuadas de accesibilidad universal.

Hemos comentado en varias ocasiones no solo la necesidad sino el derecho reiteradamente reconocido a una «vivienda adecuada» para todas las personas. Es evidente que hay mucho camino por recorrer. La necesidad de acometer reformas para lograr la accesibilidad en la vivienda se ve seriamente enfrentada a las posibilidades económicas de los propios vecinos, que han de sufragagar sin apenas ayudas públicas los gastos para las adaptaciones correspondientes. Solo un 17% de las reformas se dejan de acometer por problemas técnicos. Es decir, en casi todos los casos la solución es posible, pero quizá no viable económicamente.

La cuestión sobre la accesibilidad en la vivienda abarca diferentes ámbitos en los que trabajar:

  1. – La accesibilidad en el interior de la vivienda, que la haga realmente «adecuada» a las necesidades de cada persona. De esta forma podrá vivir de forma autónoma.
  2. – La relación entre vivienda y exterior. El «hogar» incluye a la comunidad en la que cada persona vive. No se puede vivir en un verdadero hogar si se está encerrado en el mismo. El límite ha de ser permeable.
  3. – La accesibilidad en el exterior, el barrio, la ciudad. Para la participación.
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Viviendas accesibles: permiten vivir dentro y fuera de ellas a cualquier persona. Imagen: http://www.casadomo.com

En el Análisis de encuesta sobre vivienda a personas mayores, publicado por el CEAPAT el pasado mes de noviembre, se expresa claramente esta doble necesidad: la comodidad en el interior, y la inclusión social en una comunidad más amplia. Ambas son imprescindibles entre sí:

«Según se desprende de los estudios sociales desarrollados por PNUD es imprescindible disponer de viviendas acogedoras y cómodas, de modo que se facilite el envejecimiento en el propio domicilio en situación de independencia, favoreciendo su participación activa en la sociedad.
Los entornos físicos accesibles, amigables y tecnológicamente avanzados promueven el desarrollo y el envejecimiento activo.»

Hace semanas planteábamos algunos aspectos importantes para el diseño y mejora de entornos donde envejecer. Un entorno empobrecedor provoca una mayor dependencia y fragilidad. Un entorno demasiado complejo produce frustración y falta de autoestima. Hay quien asegura que subir las escaleras de su chalé adosado es la clave de su saludable envejecimiento. Podría ser, pero en tal caso debería ser sólo una opción. Y ahí tenemos otra clave de diseño: los entornos (vivienda, edificio, barrio…) serán más adecuados cuantas más posibilidades ofrezcan.

Daybreak117web«Existe un desconocimiento generalizado de hasta qué punto el diseño de la vivienda determina la calidad de vida en la vejez y en qué medida afecta tanto a la capacidad de las personas para desarrollar su actividad de modo independiente como al mantenimiento de las relaciones sociales.
Si la vivienda no es adecuada acaba por constituirse en un factor agravante de la fragilidad, incrementando la exclusión e incrementando los niveles de dependencia. Además, las personas mayores no siempre pueden confiar en la proximidad de sus hijos o familiares allegados para compensar la falta de adecuación de sus hogares.

La vivienda, siempre y cuando sea adecuada, se sitúa en el centro de la estrategia para evitar la pérdida de autonomía. Por otra parte, la aspiración que hemos expuesto en relación con el deseo de envejecer en el propio domicilio es clara, sin embargo, en España el porcentaje de viviendas adaptadas según los datos recogidos en estadísticas SHARE se sitúa alrededor del 9% del parque total de viviendas, lo que resulta una paradoja.»

Análisis de encuesta sobre vivienda a personas mayoresEl informe plantea una interesante estrategia de compensación de capacidades mediante la adecuación del entorno en que se vive. Y se analizan las percepciones de las personas mayores acerca de cada uno de los espacios o elementos de que se compone su hogar. Finalmente propone establecer políticas de concienciación, diagnóstico, investigación y promoción de la accesibilidad a diferentes niveles. Merece la pena la lectura atenta del texto.

En los jubilares las viviendas son adaptadas y adaptables a las necesidades cambiantes de sus moradores. Aprovechamos desde aquí para advertir, ahora que cada vez se oye más hablar del «cohousing» como opción de vivienda adecuada para las personas mayores, que su diseño arquitectónico (físico), por descontado accesible, siempre habrá de fundamentarse y completarse con la construcción de una comunidad (social) previa que facilita tanto la vida íntima o privada como la pública. Esa comunidad de tamaño medio es también clave de accesibilidad. Esa será finalmente la puerta que comunica con el mundo, que también es nuestro hogar.

Por eso solemos decir que la arquitectura, incluido el diseño uiniversal, es condición necesaria, pero no suficiente. La comunidad incluyente es la clave de la autonomía plena.

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La medida de la felicidad

Help-Age International

Estos retratos representan un puñado de esos 809 millones de personas (el 11% de la población) que, teniendo más de 60 años, pueblan nuestro planeta. En 2050 ese segmento de la población rozará los 2.000 millones (un 20% del total). Faltan menos de cuarenta años… ¿Qué mundo nos espera?

Mapa Indice Global EnvejecimientoLa organización HelpAge International lo dice de forma contundente: «el mundo no está preparado para este fenómeno«. Con ocasión del Día Internacional de las Personas Mayores, que a iniciativa de la OMS celebramos cada 1 de octubre, HelpAge International presentó el primer Índice Global de Envejecimiento. Se trata de aportar con datos inéditos hasta ahora una foto global de cómo los países están apoyando el bienestar de sus poblaciones mayores. El objetivo es conocer la situación de los mayores e identificar las áreas en las que trabajar para progresar.

El Índice Global del Envejecimiento compara una serie de datos en cuatro ámbitos: estado de ingresos de las personas mayores, estado de salud, educación y empleo y entorno adecuado. Según el propio análisis de HelpAge, los mejores resultados están en relación con un mayor nivel de riqueza de los países, pero sobre todo con una historia de «políticas progresistas de bienestar social para todos sus ciudadanos de cualquier edad», y con un sentimiento de conexión social.

En el Resumen ejecutivo AgeWatch se puede observar la puntuación de cada uno de los 91 países en los cuatro ámbitos de estudio. En la página Age World Report Card se puede indagar más en profundidad sobre la situación de cada país. Y en este documento, el Informe del nuestro.

España se sitúa en ese ranking en el puesto 22, aunque está en la media en cuanto a Estado de Salud y por debajo de ella en Estudios y Empleo.

Nuestra salud objetiva es muy superior al bienestar psicológico. Nuestos 10,6 millones de personas mayores de 60 (un 22% de la población) tienen una esperanza de vida de 25 años a partir de los 60, y una esperanza de vida saludable de 19 años a partir de esa misma edad. Estos datos se sitúan entre los mejores del mundo. Sin embargo es relativamente baja la proporción de personas mayores respecto de las jóvenes en cuanto a un sentimiento positivo acerca del sentido de su vida (un 66,7%).

El porcentaje de personas mayores de 60 años con educación secundaria o superior es alto (43,4%) y en aumento. Sin embargo, más de un 56% de las personas entre 55.64 años carecen de empleo.

Mayores en la playaNuestro punto fuerte, el que el informe denomina «Entornos adecuados» (puesto nº14). Destaca el dato acerca de las conexiones sociales, el que da el necesario soporte emocional: un 92% de los mayores de 50 años tienen familiares o amigos con los que cuentan en caso de necesidad. El sentimiento de seguridad en su entorno físico (medido como falta de miedo a caminar a solas de noche) es elevado (71%) y alto es el número de personas de más de 50 años que están satisfechas con la libertad de elección en sus vidas y con el sistema de transporte público local (78%).

Mejorar el entorno físico y social es imprescindible («el mundo no está preparado…» ). Y en España, donde aún existe exclusión y soledad, debemos seguir trabajando en ello. Las estadísticas solo reflejan situaciones «medias». Pero es esperanzador observar que partimos de una situación en la que los mayores, con una alta esperanza de vida, mayoritariamente se sienten acompañados, seguros y libres. Reforzar esos lazos humanos, mejorar la seguridad psicológica y fomentar una mayor autonomía y capacidad de decisión es tarea de todos (y específicamente la nuestra) para lograr un verdadero bienestar para todos.

¿Aprender a respirar sin aire?

The Pale King, David Foster Wallace

«Un tipo con claustrofobia se va poniendo más y más grave hasta que tiene tanta claustrofobia que se pone a chillar y a montar un escándalo, así que lo agarran y lo llevan a un manicomio, y en el manicomio le ponen una camisa de fuerza y lo aíslan en un un cuartucho diminuto con un desagüe en el suelo, un cuarto del tamaño de un armario que salta a la vista que tiene que ser lo peor del mundo para un claustrofóbico, pero ellos le explican a través de una rendija de la puerta que son las reglas y procedimientos, que cada vez que alguien grita lo tienen que aislar. Y entonces sí que el tipo está jodido, está claro que va a pasar la vida ahí dentro porque mientras grite y se intente noquear a sí mismo contra las paredes lo van a dejar en ese cuartucho diminuto, y mientras esté en el cuartucho va a gritar, porque el problema es precisamente que es claustrofóbico. El tipo es el ejemplo viviente de que hay casos en que las reglas y procedimientos tienen que dejar cierto margen de maniobra, porque si no, de vez en cuando se va a producir alguna cagada ridícula y alguien va a vivir un auténtico infierno.

Aprendí que el mundo de los hombres tal como existe hoy en día es una burocracia. Se trata de una verdad obvia, por supuesto, aunque también es una verdad que causa enorme sufrimiento a quienes no la conocen.

Pero lo que es mas importante, descubrí  – de la única manera en que un hombre aprende  realmente las cosas importantes – el verdadero talento que se requiere para triunfar en una burocracia. Me refiero a triunfar de verdad: a que te vaya bien, a marcar la diferencia, a servir. Descubrí la clave. La clave no es la eficiencia, ni la probidad, ni la reflexión ni la sabiduría. No es la astucia política, el don de gentes, el cociente intelectual puro y duro, la lealtad, la amplitud de miras ni ninguna de esas cualidades que el mundo burocrático llama virtudes y que buscan en sus tests. La clave es cierta capacidad que subyace a todas esas cualidades, más o menos  igual que la capacidad de respirar o de bombear aire subyace a todos los pensamientos y acciones.

La clave burocrática subyacente es la capacidad para soportar el aburrimiento. Para operar con eficiencia en un entorno que descarta todo lo que es vital y humano. Para respirar, por así decirlo, sin aire.

La clave es la capacidad, ya sea innata o condicionada, para encontrar el otro lado del trabajo de a pie, de lo nimio, de lo que no tiene sentido, de lo repetitivo  de lo absurdamente complejo. Para ser, en pocas palabras, inmune al aburrimiento.»

De David Foster Wallace en “El rey pálido” (citado en el blog El Traje del Emperador)

¿Por qué soportar el aburrimiento, lo nimio, lo que no tiene sentido, lo repetitivo y absurdamente complejo? ¿Por qué conformarse con un entorno que nos ahoga? Encontramos entornos que descartan «todo lo que es vital y humano» en instituciones geriátricas, en las políticas, en la comunidad de vecinos, en la comunidad educativa… La imagen que describe Foster Wallace es aplicable a los múltiples entornos en los que vivimos. Nos toca adaptarnos o transformar. La primera opción es individual, la segunda exige un esfuerzo colectivo.

¿Aprender a respirar sin aire?

Creemos con verdadera convicción que será mejor abrir las ventanas.