Etiquetado: economía
Hoy por ti, mañana…
Hace unos días publicábamos un artículo sobre antiguas iniciativas de «trabajo comunitario para lo común». Hoy continuamos esa línea con «trabajo comunitario para lo particular», o esfuerzo colaborativo para la ayuda mutua. Trabajar por los demás buscando la reciprocidad mutua (sin exigirla, como el trueque) no es un invento de los que hoy reivindicamos economías colaborativas, es tradicional en nuestro país:
Carrunas (Zamora)
A menudo en los pueblos de la comarca de Aliste llamaban «a carrunas»: salían todos los carros del pueblo para traer piedras de la sierra con el fin de ayudar a la construcción de la casa a las nuevas parejas. Estas luego daban una fiesta para agradecérselo.
Los vecinos también se ayudaban cuando llegaba la cosecha, para la trilla, etc. No necesariamente había recompensa, sino que la ayuda era continua y recíproca.
Tornallom (Valencia)
“A Tornallom” es una antigua tradición de la huerta valenciana, según la cual los agricultores se ayudaban los unos a los otros, con el objetivo de crear una sinergia y aprovechar mejor el tiempo y los recursos, de manera que, si un día ayudabas en el campo del vecino, él te devolvía el trabajo en tu campo otro día.
Andecha (Asturias)
El término «andecha» deriva del vocablo latino indicere (anunciar) y consiste en un trabajo personal, voluntario y gratuito que se ajusta al esquema de la reciprocidad equilibrada: “Hoy por ti, mañana por mí”. La andecha se inscribe por ello dentro de los trabajos que el derecho laboral denomina amistosos, benévolos y de buena vecindad.
La mano de obra de la andecha es reclutada atendiendo a lazos familiares, de amistad o vecindad, para hacer frente a los habituales trabajos del ciclo agrícola que resultan más acuciantes y a aquellas tareas que son particularmente gravosas para las familias del pueblo que atraviesan circunstancias especiales como viudedad, enfermedad o similares. La andecha también se convoca para ayudar en el acarreo de materiales en la construcción o reparación de un edificio.
Mutualismo comunitario
El mutualismo comunitario , como describe Carlos Díaz en este interesante artículo, es la vía que completará a nuestro Estado de Bienestar, que no puede darlo todo (cada uno de nosotros, a título individual, tampoco). Se hace necesario recuperar prácticas que, como vemos, vienen de lejos. Las nuevas «economías colaborativas» no son alternativa innovadora de jóvenes hippies. Son propuestas «normales» para gente «normal».
Por otra parte, y refiriéndonos al mundo de las personas mayores al que especialmente nos dirigimos, es en modelos de ayuda recíproca donde encontramos prácticas que sirven especialmente a la autonomía personal. Hoy no queremos ser asistidos desde una «caridad» que pone a alguien por encima del otro, sino desde la «solidaridad» entre iguales. Eso aumenta la autoestima, y con ello la autonomía. Queremos dar y recibir en todo caso. Es una cuestión de dignidad como personas.
Las experiencias que comentamos arriba y en el artículo anterior no miraban la edad de los participantes. Las personas mayores son clave en las inciativas colaborativas, principalmente porque aportan madurez y experiencia, también mayor disponibilidad de tiempo. En un jubilar o senior cohousing un vecino ayuda a limpiar la casa del otro, éste arregla el interruptor de su vecina, ésta imparte clases de yoga para todos, todos colaboran con el vecino que tiene un problema económico, aquél que por cierto ayuda a limpiar la casa del otro…
Qué hacemos con las pensiones
El pasado jueves, en la Escuela de Relaciones Laborales de Madrid tuvo lugar un acto de presentación de la Asociación de Mayores Universitarios (AMU), organización federada en la Unión Democrática de Pensionistas (UDP). La entidad, de reciente creación (2013) y representada allí por su presidente, Juan Carlos Ortigosa Perochena, se declara solidaria, pluralista, no confesional e independiente; tiene como objetivos la representación del colectivo de Personas Mayores y Pensionistas y la promoción de la mejora de sus condiciones de vida, la sensibilización, los derechos a la no discriminación, la educación, salud, seguridad, los intereses económicos, culturales y sociales, de ocio y tiempo libre, de este colectivo.
El acto fue presentado por Paca Tricio, Directora Gerente de UDP, la cual recordó la historia de esta confederación de más de 3.000 organizaciones, que representa a un millón y medio de socios. UDP nació en 1977 y nunca ha dejado de crecer y trabajar por los pensionistas de nuestro país. La asociación Jubilares es socia sectorial de UDP desde el año pasado.
Qué hacen los Estados (en concreto el español) con las pensiones
Las dos ponencias que tuvieron lugar a continuación mostraron dos caras de una realidad económica que nos preocupa: la sostenibilidad del sistema público de pensiones, y el empleo de esas pensiones para el sostenimiento de las familias. Miren Etxezarreta, catedrática emérita de economía aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, se muestra especialmente crítica no solo con las soluciones que desde hace décadas se están aplicando de cara a la sostenibilidad del sistema de pensiones, sino con el propio diagnóstico de la situación. Si las pensiones públicas dependen, como es el caso en España, de las cotizaciones de los trabajadores y éstos son cada vez menos (ya no solo debido al paro que ha generado la crisis, sino a la paulatina reducción del número de trabajadores necesarios en los países desarrollados), es evidente que no hay forma de acumular el dinero necesario que pagará las pensiones futuras. Hoy solo el 35,2% de las personas en España trabajan. Es decir, que un tercio de la población cubre las necesidades de todos.
La última reforma del gobierno actual (2013), así como la del gobierno anterior (2011), y mirando atrás, el pacto de Toledo (1988), también las reformas llevadas a cabo en otros países, el informe del Banco Mundial ( «Para evitar la crisis de la vejez«, 1994)… Todos ellos analizan el problema con argumentos como los expuestos y concluyen en fórmulas, dice Etxezarreta, «siempre en la línea de rebajar las pensiones públicas«. El último «Informe del Comité de Expertos sobre el factor de sostenibilidad del sistema público de pensiones» (se puede descargar aquí) propone fórmulas que adaptarán la cuantía de las pensiones a la situación demográfica y económica variable en el tiempo. Y proponen complementar con sistemas privados de pensiones. Todo ello servirá a un sistema de pensiones sostenible.
Pero hay OTROS expertos
Sin embargo otros expertos sostienen, como es el caso de Miren Etxezarreta, que esa visión del problema es parcial. ¿Por qué asumimos que «la financiación de las pensiones públicas no puede ser deficitaria y sí puede serlo el ejército?». Y concluye: «La financiación de las pensiones es un tema de redistribucion de la riqueza«. Para ello propone fórmulas alternativas a las tradicionales: si en los últimos años (crisis aparte) se ha seguido produciendo cada vez más con menos trabajadores… ¿por qué las pensiones han de depender del número de trabajadores y no de lo que éstos producen?, si hemos de ajustarnos el cinturón todos, ¿por qué no se suben nunca las cotizaciones? Pero además, ¿por qué las pensiones han de provenir exclusivamente de rentas del trabajo y no también del capital?, ¿por qué no se pagan con impuestos, como en el caso de Dinamarca?… Ir a la búsqueda de ingresos y no recortar el gasto, proponía en su día el único «experto» que no llegó a firmar el famoso informe. Las soluciones pueden ser múltiples.
Uno de los peligros más recurrentes acerca del problema de «financiación de las pensiones» es plantearlo como el problema de «las pensiones», o peor aún, el problema del «envejecimiento». Hemos asumido, como recordaba Paca Tricio, una imagen de las «personas mayores como objeto de gasto». «Nos ahorraremos 40.000 millones con la última reforma de las pensiones», nos dicen, pero… las personas mayores NO nos ahorraremos esa cantidad, sino que vamos a dejar de percibirla. Las palabras son importantes, los estereotipos nos marcan y nos excluyen socialmente. Sean cuales sean las mejores soluciones al problema, coincidimos en que el envejecimiento de la población no es el problema sino una oportunidad, y en todo caso tenemos derecho a participar en el debate sobre cuestiones que nos afectan a una parte importante de la población, las personas mayores. Hoy por hoy esto no es posible. La persona que va a ver reducida su pensión de jubilación ya no tiene oportunidad de cotizar más o contratar un plan privado. El cambio de las reglas del juego con carácter retroactivo es injusto y excluyente.
Qué estamos haciendo las personas mayores con nuestra pensión
La última parte de las ponencias se centró en un estudio sobre la situación económica de las personas mayores y sus familias. Y es que hay que recordar que la paulatina reducción de las pensiones afectará a millones de familias que ya están viviendo en circunstancias difíciles. Más de la mitad de los pensionistas cobran por debajo de los 600€ y uno de cada ocho por debajo de los 300€. E incluso con esta situación, las personas mayores están en muchos casos manteniendo económicamente a sus familiares y amigos:
Javier Álvarez Souto presentó el informe La crisis económica y la solidaridad familiar de los mayores, un estudio realizado por Simple Lógica S.L. para el barómetro del mayor de UDP, en colaboración con IMSERSO. El dato más escalofriante, el que refleja el gráfico adjunto: casi el 60% de las personas mayores de 65 años están ayudando económicamente a familiares (fundamentalmente hijos) o amigos. Hace cuatro años tan «solo» era el 15%. Al tiempo, se ha reducido en un 40% la cantidad de mayores que reciben ayuda de otras personas.
Estos datos reflejan una situación altamente preocupante. El 70% de los que ayudan a otros considera esa ayuda «imprescindible». Por otra parte, los que menos tienen son los que más ayudan. Así, 9 de cada 10 personas con escasa capacidad de gasto considera que sin su ayuda la persona que la percibe no podría vivir dignamente.
El informe completo se puede descargar aquí o leer en la página de UDP.
Desde Jubilares queremos dar la enhorabuena a la Asociación de Mayores Universitarios por su labor y en concreto por la convocatoria del pasado jueves.
Esperamos participar en más jornadas de debate sobre los temas que nos preocupan a las personas mayores.
ECONOMÍA. ¿Salen las cuentas?
Mudarse a un Jubilar es más barato que quedarse en casa. Además, socialmente, este modelo puede ser la única alternativa para la supervivencia económica del sistema sanitario actual
Un Jubilar puede marcar la diferencia entre acceder o no a asistencia cuando se necesite. Nuestra evolución social, nuestro envejecimiento demográfico y una larga y previsible era de austeridad convierte a este modelo en casi la única herramienta capaz de proveer algún tipo de asistencia asequible a los mayores en un futuro próximo.
Una de las razones principales de aquellos que emprenden un Jubilar es “yo nunca podré pagar una residencia”. Este convencimiento encierra cambios de actitud, además de realismo económico.
Dependiendo de las fuentes consultadas, la estadística nos indica que el riesgo de ser dependiente entre los 65 y los 84 años está entre el 20% y el 25%.
Efectivamente ese riesgo sube hasta más del 60% para los mayores de 85 (EDisc1999 INE). Si la esperanza de vida está en el entorno de los 82 años (85 para los mayores de 65) (EV.INE 2012), quiere decir que tenemos una probabilidad relativamente alta de no ser dependientes nunca.
Pero por lógica prudencia casi todo el mundo se plantea una pregunta: ¿quién cuidará de mí o de mi pareja cuando lo necesitemos? El cambio social lleva a no desear ser una carga para los hijos. Por tanto, hoy ya y más en los próximos años, las personas mayores se enfrentan a la posibilidad de ser dependientes desde un planteamiento autónomo, afrontando su solución como una DECISIÓN VITAL PROPIA, igual que afrontaron otras de su vida anterior.
Veremos que en España, para aquellos que no tienen suficientes ingresos o ahorros en Planes de pensiones o de otro tipo, esta incertidumbre se resuelve principalmente por dos vías: la familia ayuda (más del 60%) y/o entra en juego la vivienda en propiedad, como principal ahorro.
El Jubilar es modernización en la medida que el mayor puede decidir sobre su vida sin involucrar a sus hijos, ya que la combinación Vivienda adaptada + Comunidad está resuelta para acceder a un buen envejecimiento de forma asequible. Veremos cómo en un Jubilar la economía de la vivienda y su adecuado diseño, unidos a las sinergias de la Comunidad ayudan a esclarecer e incluso resolver el problema asistencial.
COSTE DE LA ASISTENCIA. RESIDENCIAS
Muchas personas no pueden ir a una residencia si no reciben una ayuda externa de unos 800 € al mes:
El coste medio de una residencia en España es de más de 1.750€/mes. En Madrid supera los 1.900 €/mes (PreRes2010), mientras que la pensión media de Jubilación* en España es de 946,0€/mes. -En Madrid es de 1.130€/mes.(MT de 2012)-.* medias sólo de jubilaciones contributivas
A la residencia se acude como último remedio, pues los hijos quieren ocuparse de sus padres mientras puedan. Finalmente se van a una residencia personas con dependencia alta y para un período de entre 3y5 años. La decisión de ir a una residencia no la suele tomar el interesado en solitario, especialmente en los casos de demencias:
El 78% de quien busca residencia tiene más de 75 años. El 48% de ellos padecen algún grado de demencia. El 82% de las búsquedas las hacen familiares o amigos. 1/3 de los ingresos son por demencia. (PreRes2010).
El 80% de la población considera que cuidar de un dependiente impacta en la economía familiar. El sentido de obligación de cuidado de los padres dependientes es mayoritario (91%), pero va acompañado de la sensación de sobrecarga. (FM 2012)
El 55% de los entrevistados afirma que le gustaría acoger a sus padres dependientes en su casa. (FM 2012)
El 30% prefiere la opción de cuidarles sin que los padres dejen su hogar. (FM 2012)
El 15% restante se decanta por otras vías (FM 2012)
El 70% de las personas que viven en residencias son severos o grandes dependientes (ACS-UAM 2011)
Sólo el 12% son válidos o tienen dependencias leves (ACS-UAM 2011)
COSTE DE LA ASISTENCIA. AYUDA INFORMAL, CUIDADOS FAMILIARES Y AYUDAS A DOMICILIO
Quien no prevé sus propios cuidados es altamente probable que termine por influir de forma significativa en la vida de sus hijas o hijos:
Cuidar a padres dependientes se puede resumir en dos opciones, casi a partes iguales:
1.- La familia cuenta en mayor o menor grado con cuidadores externos y remunerados.
Según distintas fuentes de ofertas de trabajo en internet, y sin atender los precios del mercado esclavo aparecido con la crisis, una persona interna 24h. cuesta entre 1.000 y 1.200€/mes.
2.- La familia asume el cuidado en exclusiva
Los que deciden cuidar ellos personalmente a los mayores se enfrentan a esta realidad: El 85% de los cuidadores cuidan a diario y el 40% dedican a esta actividad entre 8 y 24 horas diarias. Como consecuencia de la sobrecarga, un 45% de los cuidadores padecen enfermedades crónicas. 2 de cada 3 serán mujeres. Si el familiar decide abandonar su empleo para dedicarse al cuidado de un dependiente, la pérdida media para el hogar es de unos 20.000 €/año. (FM 2012)
Sin embargo todos los estudios apuntan un cambio: si en la actualidad un 69% de los cuidados los provee la familia, y de ellos 2/3 son mujeres amas de casa de entre 45 y 65 años, también en la actualidad el 60% de las mujeres de entre 25 y 44 años están activas, lo que sugiere una caída brusca en un futuro próximo del apoyo informal familiar en los próximos años. (CapViv 2005), si bien la crisis actual está alterando en este momento esta realidad.
Se tiene la percepción de que la Administración es responsable o corresponsable en el cuidado pero muy pocos confían en ser compensados por la Administración por dichos cuidados. (FM 2012). Los recortes de estos años (2011-12) prácticamente han hecho desaparecer las ayudas de la Ley de Dependencia
Las personas mayores necesitan hacer una previsión que les permita asegurar los posibles costes de su dependencia sin contar con ayuda externa (familia o administración)
MECANISMOS DE PREVISIÓN DE ASISTENCIA Y HÁBITOS CULTURALES (CapViv 2005, VPHI 2007)
Los estudios de Joan Costa, Joan Gil, y Oscar Mascarilla acerca de la capacidad de la vivienda en propiedad como instrumento de financiación de las personas mayores en España, describen en detalle la gama de mecanismos existentes en Europa y España. (CapViv 2005, VPHI 2007) para afrontar los gastos en dependencia:
1.- Los Seguros de dependencia (privados, públicos o mixtos) casi no tienen implantación en España
2.- Los sistemas de ahorro o previsión para incrementar las rentas disponibles (Seguro de rentas vitalicias y PIAS o Planes Individuales de Ahorro Sistemático) implican una previsión de al menos 10 años. Son productos muy interesantes fiscalmente, si se tiene capacidad de ahorro antes de la jubilación.
3.- La vivienda es el ahorro más generalizado (88,8% de los mayores tienen piso en propiedad -PMIB 2012-), y sobre ella gravitan los instrumentos de conversión de activos inmobiliarios en renta: la “vivienda pensión”, la “hipoteca inversa”, la “hipoteca inversa mixta” y la “cesión-alquiler”.
Sin embargo, estos productos ligados a la vivienda no terminan de tener éxito en España por diversas razones, todas bastante ligadas a cuestiones educativas -falta de previsión, falta de conocimiento, falta de información- y culturales -la vivienda es la herencia para los hijos-
En estos estudios nos recuerdan que la preferencia mayoritaria es la de quedarse en casa, en España y en Europa. Por tanto los productos financieros más usados serían dos: La Vivienda Pensión (VP) y la Hipoteca Inversa (HI)
Nos presentan entonces el concepto o TEORÍA DEL CICLO VITAL (Modigliani), por la cual el individuo racional no planea dejar herencias sino consumir los ahorros cuando se jubila.
Pues bien. Resulta que en España esta teoría no tiene mucho éxito, es decir, el 90% opta por dejar en herencia la vivienda y no usar ese capital para mejorar su vida durante la jubilación, y por tanto se suscriben pocas VP o HI.
Los autores realizan una encuesta para saber porqué y descubren tres razones principales: altruismo familiar -“que los hijos vivan mejor que yo”- (32%), inseguridad o aversión extrema al riesgo -“por si me pasa algo”- (25%), y finalmente, dejar herencia a cambio de cuidados -“para que mis hijos se ocupen de mi”- (25%)
Un Jubilar por tanto se adapta bien a esta “idiosincrasia” española, pues es un activo inmobiliario que puede trasmitirse.
LOS DESEOS DE LOS MAYORES Y SU EVOLUCIÓN
Hemos visto en grandes rasgos los deseos hoy de la gente mayor, en relación con la viabilidad asistencial:
1.- Para afrontar los cuidados que necesitaré, prefiero que me cuide la familia
2.- Me quiero quedar en mi casa hasta el final.
3.- Quiero dejar la vivienda en herencia a mis hijos.
Estos deseos en pocos años van a evolucionar para ser viables:
1.- No quiero ser una carga para los hijos o simplemente no me van a poder cuidar (empleo, emigración, nuevas relaciones sociales…)
2.- Ni mi casa ni mi comunidad son IDÓNEAS para envejecer bien, y por tanto es perjudicial intentar quedarme en ellas hasta el final. Me mudo, como lo hice antes de otras fases de mi vida, a una casa, mi nueva casa, más adecuada a esta fase que comienzo, manteniendo por tanto una propiedad inmobiliaria «heredable».
3.- Dejaré a mis hijos la mayor y mejor herencia posible, optando por un modelo que me permita gastar lo menos posible en mi vida cotidiana y en las ayudas que precise para mi dependencia, pero sin poner en peligro “envejecer bien”, con una vida digna y activa. No voy a ser “el más rico del cementerio”, ni voy a acabar solo ni aislado. Quiero morir dignamente, en casa, rodeado de los seres queridos, y no entubado en un hospital
Para muchos la respuesta ya ha sido «ME VOY A VIVIR CON AMIGOS». Efectivamente veremos cómo este modelo es el más VIABLE ECONÓMICAMENTE para alcanzar estos deseos
LA VIABILIDAD DEL MODELO JUBILARES
Los condicionantes económicos más habituales son:
.- No puedo o no debo gastar dinero en acondicionar mi vivienda actual
- Es una obra grande y cara, que podría depreciar el inmueble (pérdida de un baño o un dormitorio…)
- No puedo prever cuándo hacerla, y si cuando la necesito no la tengo, ya no seré capaz de hacerla
- No compensa, pues el edificio es de todas formas inaccesible
- No compensa en un adosado de 4 plantas acondicionar y vivir sólo en el sótano
- No compensa pues vivo en una comunidad sin vínculos ni comunicación entre los vecinos.
.- No espero que las Administraciones se ocupen de mi dependencia (mi renta es demasiado alta)
.- No puedo pagarme una residencia privada (mi renta es demasiado baja), y no quiero vivir en una
.- No puedo pagar una persona interna 24h.sin que me ayuden los hijos.
.- No quiero ser una carga económica para mis hijos
Con estos condicionantes, la hipótesis de partida para acercarse al modelo Jubilares, en lo económico, será:
a.- Voy a usar parte de mis ahorros – mi vivienda- para acceder a una vivienda más adecuada y más barata, que dejaré a mis herederos.
b.- Voy a afrontar los posibles gastos en dependencia con esa diferencia o ganancia entre el precio de mi actual vivienda y el de la nueva.
c.- El mantenimineto de la nueva vivienda, el Jubilar, por su modernidad, y su organización especializada y comunitaria, debería ser más económica que mi actual vivienda.
Vamos a ir analizando este supuesto o hipótesis de partida.
VIVIENDA MÁS BARATA
.- MENOS SUPERFICIE:
Porque ajusto el programa a mis nuevas necesidades
Porque está diseñado para esta finalidad específica
Porque está hecho a medida de mis posibilidades
.- ADAPTADA Y ADAPTABLE, que no tendré que reformar
.- SUELO DOTACIONAL, mucho más barato que el residencial.
.- MENOS GASTOS DIARIOS (el 60% de la pensión se va en alimentación y vivienda -EPM 2010-)
Casa moderna que consume mucha menos energía
Comunidad que comparte gastos en alimentación
Comunidad supone mayor potencial de acceso a TICs y al Envejecimiento Activo y a sus redes de cooperación
MENOR GASTO EN ASISTENCIA
.- La ASISTENCIA se diseña justo a medida (AICP), con asesoramiento de la Fundación Pilares
.- La ASISTENCIA la PAGAMOS entre varios, y no yo solo (decisiones solidarias o de previsión de la comunidad)
.- La vida en un Jubilar, por ser una «comunidad con sentido», cubre sin coste más de la mitad de las dependencias habituales, tales como salir de casa o hacer algo sencillo en el hogar:
El número total de personas de 65 y más años con discapacidades en España (…) supone un 32’21%, de la población en ese grupo de edad. El 65% de las personas de 65 y más años con alguna discapacidad padecen al menos una del grupo. “Desplazarse fuera del hogar”. El segundo grupo de discapacidades que afecta a más personas (47,5%) de estas edades es el de “Realizar las tareas del hogar” (EDisc1999 INE)
MÁS CALIDAD DE VIDA ES MÁS SALUD Y MENOS GASTO ASISTENCIAL
.- Vivienda «más grande» porque las áreas comunes son una extensión de la vivienda privada: biblioteca más grande y más completa, magnífico taller, cocina y comedor cómodos para tener invitados, habitaciones para mis invitados pero fuera de mi apartamento….)
.- La salud es mejor gracias al envejecimiento activo, a la vida en comunidad y a la mejor adecuación del entorno. Hay diferentes estudios sobre calidad arquitectónica de la residencia geriátrica y mejora de la salud, con los ahorros derivados en medicamentos y cuidados. (Izal y Fernández Ballesteros, 1990; Regnier, 2002; Rabig et al. 2006; Kundstrup, 2011), así como del aumento de la mortalidad y la morbilidad asociados a la soledad, es decir, la buena vecindad ayuda a curar y a no enfermar (AIM 2012. ChD-2009)
Es decir, SI SE PREVÉ que en esta etapa habrá gastos extraordinarios y se decide AFRONTARLOS de forma AUTÓNOMA, mudarse a UN JUBILAR es una opción MÁS SEGURA, DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO, que quedarse en la vivienda «familar»
LA VIABILIDAD FINANCIERA
Las personas se hacen mayores y tienen sus necesidades, sin poder cambiar esa circunstancia en función del ciclo económico o financiero. Por tanto el modelo Jubilares no es temporal o coyuntural.
Este modelo, y cualquiera en donde una cooperativa o un particular hacen una vivienda, necesita financiación, ya que mientras dura el proceso hay gastos que hay que afrontar (toda la construcción y todos sus gastos asociados), y la vivienda –los ahorros- no están «disponibles» para ir pagando esos gastos hasta que no se mudan los usuarios a su nueva vivienda.
Hemos mencionado antes los estudios de J. Costa, J. Gil, y O. Mascarilla sobre la capacidad de la vivienda en propiedad como instrumento de financiación de las personas mayores en España (CapViv 2005, VPHI 2007). Recordamos dos productos financieros de los que encontramos en estos estudios.
La vivienda pensión
La vivienda pensión es una fórmula mediante la cual la persona mayor propietaria de una vivienda puede transmitirla, obteniendo a cambio una renta por ella y continuar habitándola mientras viva.
La hipoteca inversa
La hipoteca inversa consiste en un préstamo realizado por una entidad financiera que permite a una persona mayor recibir una cantidad mensual complementaria a su pensión, durante un plazo de tiempo concreto (generalmente entre 10 y 20 años), a un interés fijo negociable, y estableciendo su vivienda como garantía), y con el consentimiento de los herederos como recomendación. La edad mínima límite para acceder a este tipo de préstamo suele ser los 70 años, si bien no es obligatorio.
Naturalmente, sobre una vivienda libre de cargas puede hacerse una hipoteca por la cantidad necesaria. De ahí que sea importante que el Jubilar sea más barato que la vivienda en qué vivimos, pues será más fácil financiar el proceso.
Por tanto los bancos tienen que participar en el proceso, como instrumentos imprescindibles en cualquier actividad inmobiliaria, poniendo a disposición de los usuarios los instrumentos financieros existentes.
COSTE SOCIAL DE LA PERMANENCIA EN CASA CON CUIDADOS INFORMALES. EL JUBILAR COMO SOLUCIÓN AL COLAPSO SANITARIO
Más de la mitad de las estancias en hospitales corresponde personas mayores de 65 años. (INE 2008)
Sin embargo, cuando hay cuidados «profesionales» de por medio (actualmente en España fundamentalmente en las Residencias; en el futuro también en los Jubilares) sólo son enviados a urgencias entre un 15% y un 20% de los residentes, por períodos inferiores a 2 días, y en 1/3 de los casos para descartar una rotura en el caso de una caída. La mayoría de las personas que viven en un centro «profesionalizado» mueren “en casa” (es decir, en la residencia, el jubilar…), mientras que la gente que vive “en casa», solos o con la familia, mayoritariamente muere en un hospital (más del 50% de estancias hospitalarias son de mayores de 65 años)(INE 2008)
Si la Comisión Europea invita a encontrar NUEVAS VÍAS para que los mayores permanezcan incluidos en sus comunidades con los apoyos necesarios para vivir dignamente hasta el final de sus días, ¿cómo se combina esto con semejante ocupación hospitalaria por gente que supuestamente se ha quedado en casa para recibir allí los apoyos adecuados, como le han recomendado? ¿cómo es que van al hospital? ¿no pueden realmente recibir los ncuidados en casa? y si estas personas TIENEN que ir a un hospital, ¿Podrá el sistema sanitario soportar esta demanda de hospitalizaciones en un futuro?
Las personas que viven en un Jubilar utilizarán los servicios sanitarios de forma más racional, puesto que están asesorados asistencialmente según el modelo de Asistencia Integral y Centrada en la Persona (AICP). (AICP-PR 2010). Esta asistencia a domicilio es mejor, más económica y es la que recomienda la Comisión Europea.
En España las administraciones están planteándose prestar este tipo de asistencia (AICP), y el programa Etxean Ondo, la primera experiencia que se lleva a cabo en una Comunidad Autónoma de nuestro país con el fin de poner a prueba un modelo de AICP, en domicilios y residencias, ha dado ya paso a un programa piloto en Soria a cargo de la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Castilla y León. Se espera que las experiencias de AICP se extiendan.
Como hemos visto antes el que los mayores se queden en casa podrá suponer el colapso del sistema sanitario o al menos una grave merma de calidad en la atención hospitalaria si no reciben los cuidados apropiados. Conscientes de ello las administraciones intentarán extender la AICP para poder asegurar la mejor asistencia a los mayores en sus domicilios, y por ser indirectamente un apuntalamiento para el sistema sanitario.
Dicho esto un Jubilar es el lugar idóneo para administrar la AICP, ya que se diseña desde el principio para ello. Pero de momento la AICP han de pagarla sus usuarios. Sería lamentable que muchos no se hagan un Jubilar a causa del temor a este gasto, pensando que ahorrarán más si no se mueven de sus casas actuales (es decir, acudiendo a urgencias cuando estén enfermos).
Pero como es lógico donde se puede administrar la AICP de forma más efectiva y económica es en los Jubilares, mejor que en viviendas dispersas y no adaptadas.
Por tanto es previsible, o desde luego deseable, que en un futuro las administraciones apoyen la creación de Jubilares, en la idea de extender la AICP con cargo a la sanidad pública, entendiendo este servicio no como un gasto –las personas mayores tienen derecho a ir al centro de salud o al hospital- sino como un más racional y óptimo empleo de los recursos sanitarios públicos, con el doble objetivo de dar el mejor servicio asistencial y el de evitar el colapso del sistema hospitalario
REFERENCIAS
AICP-PR 2010: RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, Pilar (2010). “La atención integral centrada en la persona”. Madrid, Informes Portal Mayores, nº 106. [Fecha de publicación: 04/11/2010]. http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/pilar-atencion-01.pdf
AIM 2012: Loneliness in Older Persons. A Predictor of Functional Decline and Death. Carla M. Perissinotto, MD, MHS; Irena Stijacic Cenzer, MA; Kenneth E. Covinsky, MD, MPH. Archives of Internal Medicine 2012;():1-7. doi:10.1001/archinternmed.2012.1993. Published online June 2012
ChD-2009: Charles Durrett. Senior Cohousing: A Community Approach to Independent Living. – Handbook. 2009. El término Cohousing se atribuye a Charles Durrett
CapViv 2005: Joan Costa-font, Joan Gil-trasfí, Oscar Mascarilla-miró. Capacidad de la vivienda en propiedad como instrumento de financiación de las personas mayores en España. CAEPS, Universidad de Barcelona. Edad y Vida 2005
EDisc1999 INE: Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999. INE. Madrid, 2000
EV.INE 2012: La esperanza de vida al nacimiento alcanza los 78,8 años en los hombres y los 84,8 años en las mujeres. Nota de prensa del INE de 18 de enero de 2012. http://www.ine.es/prensa/np697.pdf.
EPM 2010. Encuesta de Personas Mayores. 2010. IMSERSO. El 60% del gasto viviendo en casa es la propia vivienda (40%) y la alimentación (20%). http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/msps-encuesta-mayores-2010-02.pdf
FM 2012: María Ángeles Durán. El trabajo no remunerado en la economía española’. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para la Fundación BBVA. Nota de prensa: “Las familias españolas quieren asumir el cuidado de sus mayores dependientes pero reclaman el apoyo de las administraciones” http://www.europapress.es/sociedad/noticia-familias-quieren-asumir-cuidado-dependientes-20120709141313.html
INE 2008: Encuesta de Morbilidad Hospitalaria 2008. Instituto Nacional de Estadística. Junta de Extremadura P.75 http://www.estadisticaextremadura.com/gestore/docs/varios/morbilidad//emh08.pdf
Izal,M.; Fdez-Ballesteros, R. (1990). “Modelos ambientales sobre la vejez”.
Knudstrup 2011. Jornadas Internacionales sobre innovaciones en residencias. Madrid. Fundación Pilares y F. Caser . Knudstrup, Mary-Ann (2011). “Evidence on the relationship between architectural design and subjective well-being”. http://www.fundacionpilares.org/jornadas_knudstrup.php
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