Etiquetado: derechos

La Persona: Atención y Autonomía

Por: Mª del Carmen Meléndez Arias. Doctora en Derecho, Abogada
carmenmelendezarias@gmail.com

La demografía de las sociedades avanzadas del siglo XXI, entre las que se encuentra España, plantea una realidad compleja determinada por el progresivo envejecimiento de la población, manifestado en el aumento de los mayores de sesenta y cinco años, debido a los avances médicos y científicos que tienen como efecto la superación de enfermedades mortales de necesidad en el pasado.

La esperanza de vida aumenta y correlativamente la sociedad envejece; en el caso de las personas con discapacidad, la situación puede ser más grave, al ser en muchos casos el envejecimiento prematuro una de las secuelas características de la deficiencia.

Si añadimos los cambios sociales como la reducción del número de componentes de la familia, la incorporación de la mujer al mundo laboral, me refiero a esta última circunstancia, al ser los miembros femeninos los que tradicionalmente asumían el cuidado de los mayores. Y por último la movilidad que exige el desarrollo profesional, nos lleva a la reflexión de cómo afrontar esa etapa de nuestra vida en la vamos a necesitar apoyos que atenúen la pérdida de facultades, pero a la vez queremos mantener nuestra autonomía viviendo de acuerdo con nuestras preferencias, que por encima de todo queremos que sean respetadas.

La persona es la condición que se vincula al ser humano como consecuencia de su naturaleza dotada de inteligencia y voluntad, siendo el único ser que es dueño de su vida y capaz de crear relaciones que tienen como efecto la constitución de derechos y obligaciones.

La existencia de la persona es previa a toda norma, es la razón de ser del ordenamiento jurídico, el fundamento del Derecho. Ese significado institucional, tiene como primera consecuencia, el reconocimiento de la dignidad como valor fundamental, superior, principio de principios, y así lo proclama la Constitución española de 1978 en su artículo 10 párrafo 1: “la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son el fundamento del orden público y de la paz social” ; recogiendo la tradición del Derecho español, que resumió el profesor De Castro , en su reflexión: el “deber general de respeto a la persona”, interpretada unánimemente como resumen del pensamiento de nuestra legislación, doctrina y jurisprudencia.

De la dignidad de la persona y de su personalidad, emanan los derechos fundamentales: la libertad, (artículo 17 de la Constitución), de tantas facetas en su ejercicio como formas y actividades posibles en la vida, siendo de interés en el asunto que nos ocupa, la libertad individual vinculada a la autonomía, es decir la posibilidad real y efectiva de organizar todos los ámbitos de la vida personal.

La igualdad (artículo 14), definida como no discriminación, igualdad de oportunidades, eliminación de desigualdades, de dificultades y de desventajas. Ambos con un alcance especial en las situaciones de vulnerabilidad, como son la enfermedad, la discapacidad, o la tercera edad.

Los poderes públicos están vinculados por mandato constitucional a garantizar la protección de los derechos fundamentales y la dignidad de la persona en todas las circunstancias, la familia en el artículo 39, las personas con discapacidad en el 49 , y las personas mayores en el 50 . La protección es un principio rector de la política social y económica con un valor normativo directo e inmediato.

El respeto total y absoluto a la persona es la esencia del desarrollo de toda acción de atención a las personas vulnerables, garantizado en nuestro Derecho, en virtud de los Derechos fundamentales de nuestra Constitución, y en su desarrollo en numerosas figuras jurídicas que presentan las alternativas oportunas de previsión de la protección jurídica, patrimonial y social, que serán objeto de nuestro análisis en próximos artículos.

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Buen trato a las personas mayores

El pasado martes 15 de junio fue la fecha designada desde hace cuatro años como Día Internacional de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. El Secretario General de Naciones Unidas recuerda que no hablamos tan solo de «cuidadores despiadados», sino de familares que participan «en entornos privados y reservados» en otro tipo de maltratos como «el abandono y el abuso psicológico, financiero y físico. Las investigaciones indican que la edad, el género y la dependencia aumentan los riesgos de abusos y que las mujeres sufren las peores consecuencias.»

InvitaciónSomosMayoría2015-417x800Con esta ocasión tuvo lugar un bonito encuentro en la Plaza de Santa Bárbara de Madrid, una segunda edición de «Toma de conciencia del Buen Trato a los Mayores». Ante la indiferencia, la discriminación o el abandono, se reclamó la voz de los olvidados, la dignidad, los valores, la gratitud por los esfuestos que permitieron que esta sociedad llegue a ser lo que es.

El evento, organizado por Serpentina Senior y AMME Asociación de Mediadores para los Mayores y su Entorno, y patrocinado por Atepharma, contó además con la presencia de la delegada provincial de participación ciudadana y representantes de SIENA, Saluus, PHC, AMayores, Intersocial, El Enebral, Grupo Retiro, Jubilares

Buen trato

Gonzalo Berzosa, director de la Escuela de Familias y Discapacidad, recordó la gravedad de este mal «invisibilizado» y leyó el Manifiesto Buen Trato 2015.

Y es que la toma de conciencia pasa por detectar aquellos estereotipos negativos que justifican la discriminacion. Debemos eliminar esas «etiquetas» que asocian edad avanzada a tristeza, inutilidad, falta de autonomía, mal carácter… La campaña que se inició hace días desde @somosMAYORia sirvió para compartir en las redes sociales esas innumerables etiquetas que debemos desterrar. Aquí os mostramos un puñado de ellas:

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Detrás de estas engañosas etiquetas… hay personas. Personas que exigimos nuestros múltiples derechos. El Consejo General de la Psicología recuerda algunos de ellos: decidir, opinar, aprender, enamorarse, expresar emociones y sentimientos, denunciar, gestionar su patrimonio, vivir más y mejor, acceder a las nuevas tecnologías, disfrutar de su sexualidad, decidir sobre su muerte, la identidad personal, la dignidad, a no ser tratado de manera infantil, a la libertad de horario, a la intimidad, a elegir, a la promoción del empoderamiento, a tener el control, a no ser polimedicado ni sujetado.

Terminamos el artículo con estos Cuentos_para_ trabajar_el_maltrato_invisible editados por el Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya. Se pueden leer en castellano y catalán. Al final de cada cuento hay una pregunta. No es fácil… Te animamos a compartir si quieres tu respuesta en nuestro apartado «Deja un comentario» situado más abajo.

Cuentos maltrato

Casas accesibles, abiertas a la comunidad

¡3 de cada 4 edificios en España son innacesibles! El resultado, según Miguel Ángel Cabra de Luna, director de Relaciones Sociales e Institucionales de la Fundación ONCE, es que unas 400.000 personas se ven obligados a permanecer «encerrados en sus casas».

Observatorio de la Accesibilidad Universal en la Vivienda 2013El dato, basado en el Censo de Población y Vivienda de los últimos años,  podemos encontrarlo en el Observatorio de la Accesibilidad Universal en la Vivienda en España, documento elaborado por la misma Fundación ONCE, que ha analizado más de 1200 viviendas de primera residencia en todo el país. En el mismo documento se ofrecen otras escalofriantes estadísticas: únicamente el 2% de los edificios de viviendas cuentan con un acceso con características adecuadas de accesibilidad universal.

Hemos comentado en varias ocasiones no solo la necesidad sino el derecho reiteradamente reconocido a una «vivienda adecuada» para todas las personas. Es evidente que hay mucho camino por recorrer. La necesidad de acometer reformas para lograr la accesibilidad en la vivienda se ve seriamente enfrentada a las posibilidades económicas de los propios vecinos, que han de sufragagar sin apenas ayudas públicas los gastos para las adaptaciones correspondientes. Solo un 17% de las reformas se dejan de acometer por problemas técnicos. Es decir, en casi todos los casos la solución es posible, pero quizá no viable económicamente.

La cuestión sobre la accesibilidad en la vivienda abarca diferentes ámbitos en los que trabajar:

  1. – La accesibilidad en el interior de la vivienda, que la haga realmente «adecuada» a las necesidades de cada persona. De esta forma podrá vivir de forma autónoma.
  2. – La relación entre vivienda y exterior. El «hogar» incluye a la comunidad en la que cada persona vive. No se puede vivir en un verdadero hogar si se está encerrado en el mismo. El límite ha de ser permeable.
  3. – La accesibilidad en el exterior, el barrio, la ciudad. Para la participación.
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Viviendas accesibles: permiten vivir dentro y fuera de ellas a cualquier persona. Imagen: http://www.casadomo.com

En el Análisis de encuesta sobre vivienda a personas mayores, publicado por el CEAPAT el pasado mes de noviembre, se expresa claramente esta doble necesidad: la comodidad en el interior, y la inclusión social en una comunidad más amplia. Ambas son imprescindibles entre sí:

«Según se desprende de los estudios sociales desarrollados por PNUD es imprescindible disponer de viviendas acogedoras y cómodas, de modo que se facilite el envejecimiento en el propio domicilio en situación de independencia, favoreciendo su participación activa en la sociedad.
Los entornos físicos accesibles, amigables y tecnológicamente avanzados promueven el desarrollo y el envejecimiento activo.»

Hace semanas planteábamos algunos aspectos importantes para el diseño y mejora de entornos donde envejecer. Un entorno empobrecedor provoca una mayor dependencia y fragilidad. Un entorno demasiado complejo produce frustración y falta de autoestima. Hay quien asegura que subir las escaleras de su chalé adosado es la clave de su saludable envejecimiento. Podría ser, pero en tal caso debería ser sólo una opción. Y ahí tenemos otra clave de diseño: los entornos (vivienda, edificio, barrio…) serán más adecuados cuantas más posibilidades ofrezcan.

Daybreak117web«Existe un desconocimiento generalizado de hasta qué punto el diseño de la vivienda determina la calidad de vida en la vejez y en qué medida afecta tanto a la capacidad de las personas para desarrollar su actividad de modo independiente como al mantenimiento de las relaciones sociales.
Si la vivienda no es adecuada acaba por constituirse en un factor agravante de la fragilidad, incrementando la exclusión e incrementando los niveles de dependencia. Además, las personas mayores no siempre pueden confiar en la proximidad de sus hijos o familiares allegados para compensar la falta de adecuación de sus hogares.

La vivienda, siempre y cuando sea adecuada, se sitúa en el centro de la estrategia para evitar la pérdida de autonomía. Por otra parte, la aspiración que hemos expuesto en relación con el deseo de envejecer en el propio domicilio es clara, sin embargo, en España el porcentaje de viviendas adaptadas según los datos recogidos en estadísticas SHARE se sitúa alrededor del 9% del parque total de viviendas, lo que resulta una paradoja.»

Análisis de encuesta sobre vivienda a personas mayoresEl informe plantea una interesante estrategia de compensación de capacidades mediante la adecuación del entorno en que se vive. Y se analizan las percepciones de las personas mayores acerca de cada uno de los espacios o elementos de que se compone su hogar. Finalmente propone establecer políticas de concienciación, diagnóstico, investigación y promoción de la accesibilidad a diferentes niveles. Merece la pena la lectura atenta del texto.

En los jubilares las viviendas son adaptadas y adaptables a las necesidades cambiantes de sus moradores. Aprovechamos desde aquí para advertir, ahora que cada vez se oye más hablar del «cohousing» como opción de vivienda adecuada para las personas mayores, que su diseño arquitectónico (físico), por descontado accesible, siempre habrá de fundamentarse y completarse con la construcción de una comunidad (social) previa que facilita tanto la vida íntima o privada como la pública. Esa comunidad de tamaño medio es también clave de accesibilidad. Esa será finalmente la puerta que comunica con el mundo, que también es nuestro hogar.

Por eso solemos decir que la arquitectura, incluido el diseño uiniversal, es condición necesaria, pero no suficiente. La comunidad incluyente es la clave de la autonomía plena.

La prometedora revolución del envejecimiento global

Un fenómeno mundial: cada vez hay más personas mayores (vivimos más años) en el conjunto de una población donde cada vez hay menos jóvenes (debido al paulatino descenso de la natalidad). Todos los días escuchamos o leemos noticias sobre «el problema» del envejecimiento, trasladando de forma más o menos consciente una imagen estereotipada que sitúa a las personas mayores como el origen de los males de esta situación:

envejecimiento y pensiones

envejecimiento y PIBLas proyecciones demográficas hacia el temido 2050 a menudo se superponen a la coyuntura de crisis económica global (elevado paro, escasez de cotizantes, economías en recesión…) y en contadas ocasiones se anticipa en el análisis una situación que tenga en cuenta ese mundo de oportunidades que el aumento de personas mayores ofrecerán a la sociedad: por ejemplo como consumidores, o como recursos humanos de alto valor por ejemplo por su experiencia o madurez ante las tomas de decisiones.

José Luis de la Serna, en su artículo de El Mundo de esta semana se centra en la salud: aquí el reto está en la imposibilidad de un sistema sanitario que debería hacer frente a una cifra desorbitada de dolencias achacables a la edad. Este médico cifra en un 75% las causas debidas al estilo de vida y las desigualdades sociales, e incide en el problema de la soledad como causa de deterioro de la salud, y la necesaria implicación y compromiso personal como clave en el desarrollo de la medicina y solución para mantener nuestra propia salud.

En cualquier caso, aunque decimos que el fenómeno del envejecimiento de las poblaciones es mundial, la experiencia de envejecer es muy distinta según en qué lugar del planeta se viva. Así, en una serie de estudios de la revista «The Lancet» se muestra un panorama donde «en la mayor parte de los países de mundo el bienestar subjetivo desciende con la edad, salvo en los países anglosajones con elevados ingresos»

Vivir en un país rico desde luego ayuda al bienestar de las personas mayores, pero se pueden añadir matices. El pasado día 6 de noviembre tuvo lugar el encuentro «Derechos y Bienestar. Una sociedad para todas las Edades», convocado por la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores. Un acto que sirvió, tras la exposición de varios expertos sobre el tema, para presentar el informe Agewatch 2014 (Índice Global del Envejecimiento) realizado por Helpage.

Este informe, como comentábamos hace un año, pretende aportar una visión acerca del bienestar económico y social de las personas mayores de todo el mundo, analizando de forma cuantitativa distintos indicadores dentro de los ámbitos seguridad de ingresos, estado de salud, competencias (educación y empleo), y entorno favorables.

España está situada en el puesto 21, siendo el tercer país de la lista en cuanto al estado de salud. Pinchando en la imagen se puede observar con más detalle la valoración de cada uno de los indicadores para nuestro país (en inglés). El resumen del informe en español se puede descargar aquí.

agewatch spain

Población envejecida: ¿decadencia o prometedora revolución?

Julio Pérez Díaz, demógrafo del CSIC, presentó en la mesa comentada una reformulación del asunto que estamos tratando: el mal llamado «envejecimiento poblacional» es una expresión que simplemente pretende alarmar. Hace un siglo, cuando la esperanza de vida al nacer era de menos de la mitad que hoy, Spengler escribía La Decadencia de Occidente, y posteriormente las dictaduras comenzaron a imponer políticas natalistas para contener ese supuesto peligro de la reducción del número de nacimientos. Según Pérez Díaz la realidad desmonta esa «decadencia». Lo que podemos observar empíricamente es que ha ocurrido todo lo contrario: no solo vivimos más , sino que hemos logrado hacer «mejores» seres humanos: mejor cuidados, con mejores estudios… en definitiva vivimos mejor.

La clave de todo ello no son las políticas públicas ni la consecución de objetivos previamente diseñados (no vivimos más porque nos lo hayamos propuesto) sino sobre todo por un cambio de valores y de comportamiento de las personas (por ej. nos cuidamos más). Pérez Díaz afirma que la situación que vivimos se explica principalmente desde la «Teoría de la revolución reproductiva»: la liberación de la mujer va acompañada de la transformación de una sociedad cada vez más productiva, más «eficiente» en el sistema reproductivo: hoy en España tenemos una media de 1,3 hijos por mujer, pero también también hay que pensar que no necesitamos tener 4 ó 5 hijos para lograr que sobreviva alguno (ya no mueren el 50% de los niños menores de 5 años, como ocurría hace un siglo).

«Mejorar la eficiencia reproductiva es una fórmula de éxito en todo el planeta». La revolución va extendiéndose en todo el mundo, aunque existen grandes desigualdades. En todo caso, concluyó Pérez Díaz, «demográficamente entramos en una etapa llena de promesas».

Esas promesas se pusieron de manifiesto en la mesa cuando la doctora Laura Ponce de León habló de un hecho extraordinario, el que sitúa a las personas mayores hoy como «salvadores de la familia». Cuando son ellas las que están poniendo los medios económicos para que subsistan todos los integrantes del núcleo familiar, cuando son ellas las que se están ocupando de los nietos mientras sus madres y padres trabajan… entonces «¿quién es el dependiente?».

Abuelos canguro. Fotografía: Maika Salfuero, para El Correo

Abuelos canguro. Fotografía: Maika Salfuero, para El Correo

El informe Agewatch 2104 se centra en la cuestión de las pensiones. Según Toby Porter, Director Ejecutivo de HelpAge International “La velocidad sin precedentes a la que está envejeciendo la población mundial supone un reto para los responsables de las políticas” . “Solo si actúan ahora tendrán la oportunidad  de cubrir las necesidades de sus ciudadanos y mantener sus economías”. Casi todos los países tienen algún tipo de pensión pero en las últimas dos décadas ha habido un gran incremento de las pensiones no contributivas o “pensiones sociales” financiadas a través de los impuestos. Ahora existen en más de 100 países y tienen el potencial de crear un ingreso básico regular para las personas mayores más pobres.

Y es que, como dijo en la misma mesa del día 6 de noviembre la Secretaria General de la OISS Gina Magnolia Riaño, las pensiones contributivas (las que dependen de las cotizaciones por el trabajo) son una fuente de injusticia social en lugares como América Latina, donde existe un altísimo nivel de trabajo informal. Es fundamental comprender que se es ciudadano independientemente de tener un trabajo formal. Es necesario implementar «políticas para dar techo, para garantizar derechos, independientemente del trabajo. Se trata del reconocimiento a la dignidad de las personas.»

Charles Knox-Vydmanov, coautor del Global Age Watch 2014,  explicó el relativamente bajo coste de este tipo de pensiones (sociales, o «no contributivas») en todos los países. Se pueden calcular en la página www.pension-watch.net para cada uno de ellos.

La respuesta está en las personas implicadas

¿El desafío es tan solo un sistema de pensiones sostenible? Hablamos de sostenibilidad como la forma de satisfacer las necesidades de la sociedad actual sin comprometer las de generaciones futuras. Ahí está el reto.

La solución a un problema complejo fácilmente implicará a muchas áreas de trabajo. Hemos de reinventar todo un sistema dirigido a un tipo de sociedad con necesidades cambiantes. El geógrafo Jared Diamond, en esta interesante charla TED simplifica la cuestión oponiendo nuestra sociedad «tradicional» a una «moderna». La futura sería una sociedad que recupera algo de aquélla primera. En todo caso el cambio se fundamenta en una reformulación de valores y la adopción de recursos humanos (lo que él llama «utilidad» de las personas mayores):

Visto todo ello… ¿quién hará frente a ese desafío que plantean las personas mayores? Evidentemente, las propias personas mayores. La respuesta a «la falsa alarma del envejecimiento poblacional» está en nosotros mismos. Seremos los que redefinamos nuestros valores, los que asumamos la responsabilidad que hoy las instituciones han robado a las propias personas, seremos las que señalemos otras vías de distribución de los recursos, nuevos (o renovados) sistemas sociosanitarios, de seguros o residenciales… Por suerte, como dice Jared Diamond, los viejos  «son mejores que los jóvenes supervisando, administrando, asesorando, pensando estrategias, sintetizando, enseñando y concibiendo planes a largo plazo». Así, mientras los jóvenes se asustan con un futuro amenazador, las personas mayores iremos paso a paso transformando ese mundo prometedor en que vivimos.

Viviendas «adecuadas». Es de ley

Derecho a una vivienda digna. Sergio Barranco

Derecho a una vivienda digna. Sergio Barranco

Tenemos derecho a una vivienda DIGNA: coherente con nuestra naturaleza (humana), confortable, resistente a las condiciones ambientales, con el tamaño adecuado, en condiciones de salubridad e higiene…

Pero además, tenemos derecho a una vivienda ADECUADA: a nuestras necesidades, condiciones o circunstancias. como seres humanos que nos relacionamos con los demás y con la naturaleza, que permita nuestro desarrollo personal, la participación social, la libertad y la autonomía…

Por cierto que una vivienda adecuada solo es posible en un entorno adecuado: infraestructuras, espacios públicos, equipamientos,…

Esto no solo es válido para las personas mayores, ni para las dependientes, ni para las personas con discapacidad, ni para las inmigrantes, ni para las que poseen pocos recursos, no solo es un derecho de las personas que se están muriendo, ni de las que trabajan lejos de su hogar, ni de las que no recuerdan dónde está su casa… ¡Es para todas!

Viviendas y entornos que promuevan el encuentro y formación de tejido social, en lugar de aislarnos, que compongan lugares donde vivir todos juntos. En realidad no es mucho pedir, ya estamos en 2014:

Constitución Española (1978). Art. 47

«Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.»

Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Art. 25

«Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.»

Pacto Internacional del los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966). Art. 11.1

«Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia…»

Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006). Art. 28.1

«Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a un nivel de vida adecuado para ellas y sus familias, lo cual incluye alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a la mejora continua de sus condiciones de vida, y adoptarán las medidas pertinentes para salvaguardar y promover el ejercicio de este derecho sin discriminación por motivos de discapacidad.»

Ejemplos Internacionales (VII): Awichas bolivianas

awicha

“No quiero rejuvenecer, ya he sido niña y he corrido, he jugando como niña, ya he sido joven y he bailado, he enamorado, he gozado y sufrido mi juventud, he criado hijos y me han dado alegrías y penas, ahora quiero ser vieja, quiero gozar y sufrir mi vejez, eso es lo que correctamente me toca”.

Awicha en la lengua aymara quiere decir «abuela», pero también se aplica, en sentido cariñoso, a las ancianas de la comunidad.

«Ser mujer, pobre, india y vieja en medio de la ciudad» es, según Mercedes Zerda y Javier Mendoza (ver La Comunidad Awicha en La Paz, Bolivia), equivalente a marginación social. Las awichas están sujetas a una múltiple discriminación y se sienten inútiles en la ciudad.

Las cuatro awichas que fundaron en 1985 la casa autogestionada del Pampahasi, en La Ciudad de El Alto (La Paz, Bolivia) buscaban ese hueco dentro de la ciudad. Querían una casa, tal y como cuenta en «Mi historia de la comunidad awicha de Pampajasi» Elena Apílanez, «en la que vivir y morir juntas», compartiendo «escenas y momentos de la vida cotidiana». Se guiaron por sus tradiciones y se organizaron de forma natural como ellas sabían: estableciendo turnos para dirigir la comunidad, en una aceptación de responsabilidades casi ritual. Para el sistema de servicios colectivos así creado se contó desde el principio con las mujeres mayores en una primera propuesta intergeneracional.

Hay que decir que la casa comunal de Pampahasi tuvo un apoyo externo clave, la de la organización Helpage International, así como de la sueca Svalorna. Ellas ayudaron a que del primer grupo embrionario (14) se pasara a 40 habitantes de una gran casa en torno a un patio central.

La estructura socio-territorial y económica de la comunidad aymara es la del tradicional «ayllu», donde el territorio es propiedad común y los preceptos fundamentales la autogestión y la autodeterminación. Las relaciones humanas, dentro y fuera del ayllu se basa en los principios de reciprocidad (ayni) -como sustento básico de las relaciones humanas y postulado lingüístico por medio del cual emana la preocupación por la persona con la que se interactúa- y de intercambio (mink´a) basado en el servicio comunitario que las personas y familias prestan a favor tanto de otras familias. La filosofía aymara también asume un principio de complementariedad, el que da lugar a la creencia de que ningún se existe por sí mismo sino teniendo un complemento.

Las awichas deciden de forma consensuada, las tareas se reparten equitativamente, se organizan comisiones de trabajo y semanalmente evalúan los resultados. Es la propia comunidad la que decide quién pasa a formar parte de la misma. Los primeros años solo estaba formada por mujeres, posteriormente se incorporando los hombres ancianos (achachilas). Hoy exigen tener más de sesenta años y encontrarse en una situación socioeconómica que no les permita otros apoyos familiares. El usufructo de la habitación asignada a cada persona es vitalicio, y a su muerte no es heredable, sino que pasa de nuevo a la comunidad awicha, quien asigna un nuevo morador.

Las casas comunales incluyen zonas de cría de animales, comedores comunitarios (que sirven también a personas externas a la comunidad) y áreas de trabajo artesanal que sirve a la generación de ingresos propios.

El crecimiento de la comunidad, que hoy supera la centena, pasó por una decisión que Jubilares también comparte: el número de las comunidades no puede ser tan grande como para que la estructura de autogestión se malogre: así en 2005, cuando se rodó el vídeo, ya se habían formado 5 casas dentro de la estructura de Pampahasi. Y años más tarde ya existen seis grupos urbanos y otros siete rurales, relacionados también entre sí en esa red intergrupal que también es clave en nuestro modelo de jubilares.

En este vídeo los miembros de la comunidad awicha de Pampahasi hablan de sus preocupaciones y esperanzas y explican cuál es el objetivo de su organización que, según sus palabras, es facilitar un envejecimiento saludable integral en el marco de la autonomía y respeto a sus tradiciones.

El ejemplo nos parece interesante porque una vez más demuestra la fuerza de la comunidad de personas frente a una sociedad que individualmente las excluye. Porque obervamos que la necesidad de vivir con y como uno elige libremente es universal y profundamente humana. Porque acredita, como en muchos otros casos de cohousing,  que la autogestión es posible aún en los casos en que las condiciones son desfavorables.

Los valores que transmiten este pequeño grupo de personas son muchos: se han convertido en referente al respeto al mayor (propio de su propia cultura aymara), en reivindicación de la ancianidad como parte de la vida. Dice María:

“En la radio han dicho: ‘Aunque el cuerpo esté anciano, siempre hay que tener el espíritu joven’. No entiendo eso, ¿acaso es malo tener un espíritu anciano como nuestro cuerpo?”

Piensan que tienen una labor importante que hacer: sienten la responsabilidad de fomentar y transmitir una cultura (ej. música y danza nativas). La comunidad awicha es hoy una importante impulsora de un movimiento que reivindica los derechos de las personas mayores, en Bolivia y en el mundo. Ha sido referente de políticas y programas de protección de los mayores. Es miembro de la Red Defensa del Anciano, pertenece a la Red  del Consejo de Venerables Ancianos de la Paz, la Asociación Nacional del Adulto Mayor y la Red «Tiempos» de Latinoamérica y el Caribe.